En
ese “joder la marrana” característico y común a unos indigentes intelectuales
de la clase dirigente en lo político, económico y religioso, los cuales hace
años perdieron el N. y ni en base al indebido uso de los GPS, consiguen ponerse
a rumbo. En ese “desnortado”, al que se hace referencia, un mal día despertamos
con la presencia aquí y ahora, de un virus (del lat.
virus, jugo vital, ponzoña), que para mal de muchos estúpidos, vividores,
majaderos y afines al “estultismo pijo
progre”,
no pudieron culpar de él, al “imperio” y por supuesto al “césar” del mismo: Mr.
D. Trump.
“Jodidos” por no poder inculpar al “malhechor por antonomasia” (los USA)
de todos aquellos males que aquejan o aquejen al mundo mundial y en clara
disposición de disculpar, en base a la ideología “progresista” (vulgo
comunista, sucedáneo de “hijoputismo alcahuete dictatorial”) al propagador de
dicho virus. Virus y letalidad que ocultó mientras pudo con premeditación,
alevosía y mala fe. Los “penosos” dirigentes de este residuo de civilización occidental
cristiana, se vieron desbordados y en base a sus inconfesables veleidades e
intereses partidistas: “robinacios”, “feminaceos” y afines, nos sometieron a
los ciudadanos, más bien “siervos contribuyentes” de una voraz hacienda
pública, que todo consume y sus bolsas llena, en rehenes de una situación en
cierta medida imprevisible.
También les recuerdo a
los del “antropogenismo” mal conocido, teledirigido y peor administrado, que el
“aceleramiento rotacional” experimentado como consecuencia del gran terremoto
del Indico de 2004, la variación del “momento
inercial”, consiguiente de “momentos externos de precesión” o el más conocido
de variación de la “oblicuidad de la eclíptica”, todos ellos cuantificados y expresados
matemáticamente, están ahí, lo mismo que está la “peste” incubada, multiplicada
y diseminada por la China comunista y la consiguiente ocultación de la misma.
Señores “ecologistas”, nunca ecólogos, ahora
se les presenta la oportunidad del siglo… manifiéstense contra el coloso
comunista y la real pandemia que nos brindó, la cual no deja de ser tan antropogénica,
como la contaminación que Vds. hacen de la ciencia.
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