domingo, junio 19, 2016
No quisiese llegar a clasificar a las personas por colectivos…
El agrupar o calificar a las
personas por colectivos, es algo a lo que por principio me niego rotundamente. No
obstante, existe un tipo repetitivo de individuos, que funciona en base a la más
miserable de las cobardías, que es aquella, del que tira la piedra y esconde la
mano. Así puedo observar, que a este mi blog, al cual se acede libremente y sin
más censura que la que pueda imponer en un momento dado el propio soporte (gmail.com);
del cual y al día de hoy, solamente fueron suprimidos por mí algunos
comentarios de personas que guiadas por
su cariño o respeto eran tan laudatorios que me producían vergüenza. Conste que
ya anticipé, que por haberla usado poco (la vergüenza), dada la lógica acumulación
a través de los muchos años que cuento, al día de hoy poseo mucha.
viernes, junio 17, 2016
Donde está el respeto que exigimos a los demás…
En este relativo y relativista mundo que
nos toca vivir, donde la pérdida del
concepto y significado de los
vocablos están a medio camino entre la nada y el más absoluto de los absurdos, Él
en su inmenso poder, nos acoja bajo su celestial
protección. De lo contrario estamos jodidos, pues el primer indocumentado
(tercera acepción del DRAE) con el que topemos, haciendo uso de su libertad, en
la gran mayoría de los casos, cayendo en el más absoluto de los libertinajes
(las tres acepciones del DRAE son totalmente válidas) puede montarte un
“pollo”, que más se parezca a un “capón”, pero de los gordos.
lunes, junio 13, 2016
Ante una masacre… a quien le importa la orientación sexual de los asesinados.
La rapidez de acaecimientos
terroristas, me impiden otra reacción que la ya, por reiterativa no menos
paliativa, al menos para mí, de rogarle a Él nos imparta la cordura necesaria,
para que no caigamos en justificar la injusticia, en base a la mala administración
de la justicia humana. Pidiéndole encarecidamente a su santísima madre María
(bajo cualquiera de sus múltiples advocaciones), haga de celestial mediadora
entre Él y los vilmente asesinados, por extensión a ese Administrador Divino, que
alguno nos imaginamos con una gran llave. Sin abandonar claro está, a los
deudos y amigos que tienen que enfrentarse a la razón de la total sinrazón. Él
acoja a los unos y les de fortaleza de espíritu a los otros, y por extensión a
todos nosotros “infieles” expuestos a la irá de los sin Dios.
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