Ante una masacre… a quien le importa la orientación sexual de los asesinados.

           La rapidez de acaecimientos terroristas, me impiden otra reacción que la ya, por reiterativa no menos paliativa, al menos para mí, de rogarle a Él nos imparta la cordura necesaria, para que no caigamos en justificar la injusticia, en base a la mala administración de la justicia humana. Pidiéndole encarecidamente a su santísima madre María (bajo cualquiera de sus múltiples advocaciones), haga de celestial mediadora entre Él y los vilmente asesinados, por extensión a ese Administrador Divino, que alguno nos imaginamos con una gran llave. Sin abandonar claro está, a los deudos y amigos que tienen que enfrentarse a la razón de la total sinrazón. Él acoja a los unos y les de fortaleza de espíritu a los otros, y por extensión a todos nosotros “infieles” expuestos a la irá de los sin Dios.

           Dejando al margen mis personales creencias religiosas y  orientación de índole sexual, creo que sobradamente manifestadas ambas a través del presente blog, me causan gran indignación las “cabeceras” de noticiarios televisivos, radiados o escritos, donde de forma inexplicable hacen en todos los casos referencia a la condición de discoteca “gay”, del lugar, donde impunemente fueron vilmente asesinadas unas personas, a todas luces inocentes. A tan luctuosa noticia, creo la complementaria de igual modo, si se aclarase el color de la piel, religión o talla de blue jeans  de los asesinados. Los guays y tolerantes tienen cierta propensión a confundir las “churras” con las “merinas”, dejando muy cortos espacios a los correctamente políticos. Que tan correctos son ellos, que no se sabe dónde empieza lo político y donde su corrección y falseamiento de las más elementales realidades.

          A mis cortas luces, tan intolerantes son los “masacradores de infieles”, como aquellos otros que se hacen eco de la orientación sexual de una víctima, sea  en un crimen encubierto bajo lo “pasional” o “religioso”, pues ambas son meras escusas  reprobables para tratar de justificar lo injustificable: la libertad, que por derecho propio, tiene toda persona a disponer de la suya, con responsabilidad y respeto a la concerniente a los demás.

         Espero y deseo que la “barrabasa” premiada con el Princesa de Asturias y sus múltiples aplaudidoras y adalides, tengan la suficiente decencia, decoro o algo por el estilo, para salir a la palestra y manifestar su condolencia pública por los asesinatos de Orlando; evitando toda mención a su condición de ciudadanos de los EE.UU. de América, inclinación sexual, color de piel o religión. Aprovecho el presente comentario para manifestar mi más sentido pésame a esa gran nación USA.

         También desearía que esas autoridades religiosas de la I.C.A.R., se den cuenta que el predicar la fe en la que dicen vivir y servir (sin caer en el adoctrinamiento proselitista), podría ser una forma de enseñar a esos equivocados, que existe un Dios tolerante, que no hace distingos entre buenos – malos – fieles o infieles. Entiendo, que cuando esto digo haya quien hable de mi “apego” a las iglesias maronita y armenia, otros al judaísmo puro y duro. Lo que sí puedo afirmar, es que en ninguno de los casos me podrán asociar al “pensamiento humo”, ni a esa jodida corrección política por la que Santiago dejó de ser “matamoros” para pasar  a ser un simple caminante más con “tesela” y todo.

                            Capt. Willie.