“No hay peor ciego que el que no quiere ver…”

    Expuestas que ya fueron las cifras facilitadas por tan “prestigioso” organismo, la OIM, y totalmente cuestionadas en la verosimilitud del porcentaje que podríamos asignarles a los “caídos” transaharianos (seguimos hablando de fríos números, pero de números detrás de los cuales está la vida de personas, con nombres, de los cuales, sus deudos nunca sabrán más… qué… un día partieron…). Nos toca así llegar al otro foco inmediato, Siria, caminando oportunamente a los más lejanos geográficamente, América del Sur – Central, pero al menos para mí más próximos en lo espiritual. Después, ya para finalizar, el océano Índico, actualmente olvidado, mor al dicho “Ojos que no ven, corazón que no siente”.

      Independientemente de la cuantiosa corriente humana inmigratoria generada por claras razones de índole económica – social, a las que en parte hice referencia en el escrito precedente, debemos unir las que se producen como consecuencia de las persecuciones étnico – religiosas, políticas o simplemente por huir de la violencia, caso este último, que tristemente se da con más frecuencia de la que en principio pensar se puede, afectando en gran medida a niños y jóvenes. Cuando se habla de Siria y de los inmigrantes Sirios, siempre se suele hacer, dando por hecho, que es un problema creado por un sátrapa que hereditariamente los manda, no gobierna, y por los gastos en “modelitos” de “grandes modistos”, que hasta épocas recientes su flaca esposa lucía.

       Nada más ajeno a la realidad: la confrontación que asola y desangra Siria, genera en su gran mayoría inmigrantes económicos, que por añadidura huyen de la violencia, manejados y controlados por “mafias tratantes de humanos”; los cuales por acción u omisión, y mal que les pese, son ayudados por esa caterva de papanatas, buenistas, y otras especies análogas: “que en su mirar para otro lado”, a la política o no política del país y a la intromisión orquestada desde fuera, dan pábulo a las “víctimas colaterales”, a encuadrar dentro de lo que estratégicamente se dio en llamar “guerras asimétricas”: conflictos armados de baja intensidad (¡Joder…! sí llegan a ser de alta intensidad…) que surgen en el mundo, tras la teórica desaparición de los bloques, que se establecen en las conferencias de Terán y Yalta y se confirman al finalizar la segunda guerra mundial. 

      La situación actual de Siria, a la que muy sucintamente hago mención en el párrafo precedente, a fuer de tenerme que extender más de lo que quisiese y tratando de resumirla; la hay que encuadrar en las secuencias por todos conocidas y por casi todos olvidadas o interesadamente tergiversadas, que independientemente de las próximas inmediatas, surgen de algo mucho más antiguo y prosaico, que las “primaveras árabes”, que con total ignorancia e incluso mala fe, fueron aplaudidas y apoyadas por esos papanatas y buenistas a los que ya me referí con anterioridad. A la inicial desaparición acaecida, de uno de “dichos bloques”, por la caída del “insostenible decorado” en el que malvivían los pueblos subyugados por el comunismo, que contrariamente al “simplismo” en el que con frecuencia se suele incurrir, no tiene su inicio en la “Perestroika” (1990 – 1991). Da comienzo a mediados del año 1984 ante el reiterativo fracaso de los planes quinquenales, siempre incumplidos, con el consiguiente estancamiento de la economía e inmovilismo social, fruto de aquel “socialismo real”, que lideraba la URSS.

     Ya a mediados de 1990, como consecuencia de una (la perestroika) viene la otra, la “Glasnost”, (a traducir como “apertura o transparencia”), donde de forma manifiesta se trata de dejar atrás la nefasta y nefanda herencia y memoria del criminal I. Stalin. Uniéndose a las reformas de ámbito económico, aquellas otras que afectaban a los derechos y libertades de las personas y consiguientemente a las de índole socio -profesional. La aproximación a occidente es clara y a ello contribuyen la mejora de las relaciones con los Estados Unidos, a la vez que se enfriaban las homónimas con los regímenes comunistas de países en vías de desarrollo, incluida la “finca caribeña” de los hermanos Castro. Siendo muestra evidente de ello, la retirada de tropas de Afganistán. Momento oportuno para aclarar, que mal que les pese a los “piramidales”, “popcorn”, “los lumínicos o iluminados de la unidad de flujo luminoso” y “dioce” carreristas, culi – cagados afines. El “Okupa de los altares”, fue un mero observador, que a lo único que contribuyó, fue a fomentar la corrupción, la ignorancia: hasta es muy posible, la falsedad curricular de algunos de sus nombramientos y a mirar para otro lado,  en la pederastia en que se movían algunos pertenecientes a sus huestes.   El derrumbe al que se hace referencia, fue la clara impotencia económica y técnica de seguir lo que en su día se llamó, la “guerra de las galaxias”, claro está, “made in USA” y en consonancia con la “Doctrina Reagan” piedra angular, sin la cual, mal que les pese a unos y a otros, este mundo occidental, a “destruir por algunos desde adentro”, seria infinitamente peor de lo que es. ¡Que ya es decir…!

     Ese vacío inicial y “rio revuelto” en el que algunos pretendieron “pescar”, dio tiempo y lugar a cambios significativos en algunas situaciones inerciales, mientras que enquistaba otras: así, para poder aproximarse a la sangrienta situación que se vive en Siria a partir de 2011, obliga a mirar sucintamente las especiales características del país como mezcolanza confesional, que definen claras posiciones de alianzas o enfrentamientos políticos en el mundo islámico. El uso indiscriminado de los términos: “alauita” - “chiita” - “sunita”, son importantes claves para acercarse a las circunstancias que se sufren tanto en Siria, como en Irak e Irán y que son extrapolables a Oriente Medio en particular, incluyendo la Turquía del “moderado” futuro sultán amigo de la “die Hausfrau Kartoffel“. No debiendo olvidarse en modo alguno, que la islamización de Siria es posterior a la existencia de una esplendorosa Iglesia Cristiana Siria (a ésta hice referencia en mí escrito de fecha agosto 28 ‴Una vez más “vuelvo por mis fueros”… ‴ con los “posos“ que dicha iglesia “deja“ de “Iglesia – Estado“.

     La imagen nada simplista actual, podría resumirse: País árabe, con una población estimada antes del conflicto, de 21 millones de habitantes, que podría descomponerse en los siguientes grupos religioso - étnicos: la mayoría numérica Sunita; 13% Kurdos; 10,5%; Cristianos y 10,5% Alauitas (sub - rama chiita). Estos últimos (sobre dos millones doscientos mil) asentados en Siria y con cierta presencia en el extremo S. de Turquía, N. W. de Líbano y N.W. de Irak. Como ya se anticipó, son una peculiaridad dentro del islam, relativizando en cierta medida, como alegóricos, algunos de los cinco pilares de asiento de la fe islámica: caso de las cinco plegarias; el ayuno en el Ramadán o la peregrinación a realizar al menos una vez en la vida a la Meca. Del mismo modo tienen una particular visión en términos de la reencarnación de sus almas. Hecho éste, que justifica la consideración de herejes que merecen para otras ramas del islam.

      Dentro de esas peculiaridades que condicionan a su vez la actual Siria, es a destacar, que dicha comunidad minoritaria alauita, concentrada especialmente en la costa mediterránea, alrededores de la ciudad de Latakia, copa los principales resortes del poder en el estado. La actual dictadura fue instaurada en 1971 por Hafez al Asad, padre del heredero y su continuador, “el carnicero” de Damasco: Bashar Al Asad, quien al frente del partido único el Baas, “socialista y panárabe” (por sus enunciados ya incurre en distintas contradicciones, que lo único que hacen es diluir esa minoría que le da soporte). A este partido, por supuesto pertenecen los mandos superiores de las fuerzas armadas, servicios de inteligencia y dirigentes económico – sociales.

     La animadversión del régimen hacia Israel, lógicamente nace del nexo de unión que se establece entre alauitas – chiitas; lo cual explica por sí sola la triple alianza: régimen teocrático Iraní – régimen de Al Asad y su ejército – Hizbulá o milicia chiita, verdadero estado incrustado, para su desgracia dentro del Estado Libanes.

     Independientemente de la ya enunciada y reiterativa orquestación externa, interesada en la desestabilización y destrucción como tal. del propio estado Sirio y desaparición del país: impresiones que confirman las manifestaciones de Antonio Guterrez como Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados “ACNUR”, realizadas a finales del pasado año 2015, al finalizar su mandato. Coincidentes en su totalidad, con las del experto en relaciones de Oriente Medio, Yaron Friedman, profesor perteneciente a la Universidad de Haifa, las cuales indican sin lugar a dudas dicha finalidad interesada. A éstas por acción u omisión, colaboran de forma clara, la mayoría sunita (afecta a las dictaduras monárquicas o “emiratales” del golfo pérsico y de los “golfos del petróleo”), a las que en un extraño “ménaje à trois”, se unen izquierdistas e islamistas extremistas. “Menaje à trois”, en el que se legitima Israel para los recientes ataques a supuestos arsenales iraníes, en tránsito por el territorio sirio, y destinados a Hizbulá. La actual crisis del régimen Sirio, pone sobre aviso a Israel, ante la posibilidad tangible que ese flujo armamentístico incluya armas químicas, sofisticados misiles e incluso material nuclear iraní, amenaza no desdeñable a corto plazo. Pues si bien Al Asad y su régimen son para el estado Israelí un enemigo irreconciliable, hasta que se inició la revolución actual en 2011, él era el garante del control del territorio sirio y de sus arsenales y armamento en tránsito, mientras que las hipotéticas circunstancias que puedan concurrir tras su eventual caída, son una incógnita que se contempla con enorme preocupación. Máxime cuando el poder que se le atribuye dentro de la coalición a tres, a la Hermandad Musulmana, es el que es, siendo dicha hermandad los mismos que se hicieron con el poder en Egipto tras el derribo de Hosni Mubarak.

    Con esta pandemia nacional, que ya transcendió a lo regional y consiguió involucrar directamente al secretario “del zar de todas las rusias, incluida la de él”, al secretario del “buen musulmán”, y está logrando desestabilizar toda Europa, en base a la “emisión masiva” de inmigrantes económicos. No deja de ser alarmante que ante la pasibilidad de los dos “cretinos” anteriormente citados y con la necesaria colaboración del “moderado” futuro sultán de Turquía, su amiga la “die Hausfrau Kartoffel“, “el putero”, “el heladero de turno”, “el vago e inútil y su saltimbanqui”, “el salvador de Grecia y de los griegos”, unido al “peronista desubicado” y corte de ojetes de los que se rodeó últimamente. Cuando se quieran dar cuenta y por “ceguera total” derriben o dejen derribar al régimen del “carnicero” de Bagdad, Al Asad, la autocontención impuesta al armamento a entregar a Hizbulá desaparecerá con él. Dejando todo en manos de una potencia como Irán, con casi noventa millones de habitantes y con un arsenal atómico fuera de control (dígannos, lo que nos digan). ¿Ante esta hipotética realidad a corto plazo, al margen de Israel, la contempló alguno de los citados “soplagaitas”? ¡Claro, el/su gran problema son los emigrantes Sirios!

 (*) “El buen musulmán”, a decir de su abuela paterna, casado con la de las anchas espaldas, que por no ser racista, habla de blanquitos.

                            Capt. Willie