lunes, julio 10, 2017

Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad…

P. Joseph Goebbels

    De acuerdo al decir de un buen amigo de reciente hallazgo, el “personaje” al que se atribuye tan “lapidaria frase”, en su argot, no pasaría de ser, eso, un “fusilado a medias”. Pues tiene narices… Goebbels, las tenía, como cualquier gentil “ilustrado” pintaría a un judío. Preconizar “la raza área”, desde su poco más de metro y medio de estatura y constitución física, tiene bemoles, pero… que dicha “milonga colase”, avala de por sí y para sí, su famosa frase.

   El tiempo, que de acuerdo al famoso tango de G. Coria y J. Filiberto, consigue incluso borrar hasta “los caminos un día recorridos”; nos lleva a ver a los USA y al U.K. como unos potenciales “no amigos”, de la “muy demócrata de toda la vida, esta vieja y envejecida Europa”. Con la única y excepcional diferencia: que los primeros, desde el mismo día de su independencia, a D. g. carecieron de toda dictadura (a pesar del paso por la Casa Blanca de personajes como el “buen musulmán y la de las espaldas de estibador portuario”). Los segundos, los actuales “subjects of his graceful majesty”, tuvieron tan luctuosa experiencia hace tanto tiempo, que, como “concepto” lo tienen olvidado.

  Con estos “mimbres” llegamos al “G-20”, de reciente clausura en la Alemania reunificada. Reunificación, que todos alícuotamente pagamos, tras haber pagado primero, unos más y otros menos, sus reiterados intentos de seleccionarnos, como a las “razas animales” destinadas a tal o cual producción. Extremo hoy olvidado por algunos y en trance de ser, interesadamente, olvidado por otros.

    Así y tras los prolegómenos sucintamente citados, llegamos al “maligno” Mr. D. Trump, y por añadidura, a la no menos “maligna” T. May, los cuales, cada uno, a su modo y manera, no admiten ser “pastoreados” por la hija del pastor y de su “corte de ojetes” aplaudidores. Lógicamente, ambos, los USA y los U.K., fueron los principales “paganinis” de las “juergas” del 14 y del 39; sin olvidar, la no menor del bloqueo de Berlín (Berlín Blockade) del 48, donde “le grandeur”, actuó como era de esperar, de “invitado de piedra”. Lógicamente, qué pintaba y pintó, en todo aquel asunto.

   Ausente por méritos propios de las Conferencias de Yalta (01.02.45) y Potsdam (17.06 – 02.08.45), creo sea innecesario recordarles, que  accedieron al “trozo de pastel” que le arrancaron a J. Stalin, gracias a Mr. W. Churchill, que se las vio y deseó para convencer (de lo inconvencible) a Mr. F. D. Roosevelt, sobre la legitimidad democrática en la que se asentaba aquel “long, largueur o largador general”.

   Detrás de lo sucintamente expuesto, viene ya, lo de ahora, lo inmediato anterior al “mismito” día de hoy. Entramos de lleno en esa frase que encabeza este post. Todos los males del pasado, presente y futuro, por los que pasó el actual Planeta Azul, la Tierra, fueron fruto directo de lo que hoy conocemos, a modo general, como “medio ambiente” o “cambios climáticos”. Pues hablar del “Calentamiento Global”, “Efecto Invernadero” y otra serie de zarandajas, es caer y entrar de lleno en la frase que encabeza este post.

   Que de esa “insigne algarada”, donde intervino tanta gente, hagan fuerza los más cobardes, y se “caguen” los más valientes, “tiene narices”. En esa mí sempiterna ignorancia, tienen que    incluirme en el “club ecológico” de Mr. D. Trump, y en el del equipo del que se rodea. Él y esos sus “rodeadores”, inclúyaseme a mí también, arribamos a este extraño lugar, siguiendo la estela del hombre del neandertal, quien parece ser nos precedió, a ellos y a mí, en la “friolera” y/o “calentadera” (depende del momento y época), de entre 230.000 y 33.000 y/o 28.000 años, año arriba o abajo. Durante el periodo final del Pleistoceno (*1).

   Dada esa, mi manifiesta ignorancia y capacidad asimilativa al ajo, por lo repetitivo, una vez más recurro a la “estratigrafía” avalada por la “International Commission on Stratigraphy, ICS” y a los “paleoclimatólogos”, quienes aseveran que este “Planeta Azul”, pasó o experimentó doce (12) periodos glaciares, separados por los trece (13) consiguientes interglaciares. A priori, semejantes a las actuales condiciones climáticas. ¿Quién ignora la afirmación que antecede, Mr. D. Trump, o la “Kartofelera” y “ojetes de los que ésta se rodea”?

   Estos  lapsos diferentes, conocidos por estadios isotrópicos, son enumerados entre uno y veinticinco (1 y 25), correspondiendo los números impares a los lapsos interglaciares y los pares a los pleniglaciares.

   Que la determinación de estos lapsus, conocidos por fases, no se realizó por medio de complejos programas informáticos, asentados en, “mierdosos” datos, en la gran mayoría de los casos obtenidos a, “prisa y corriendo”, cuando no inventándolos directamente. Está claro, estas fases, se determinaron por la medición de la relación existente entre el oxígeno 18 con el oxígeno 16, presente en el carbonato de calcio de las conchas de los sedimentos marinos.

   Por medio de tan simple y efectivo método, se pueden hacer afirmaciones de innegable valor científico, no empíricas, conducentes a determinar la evolución real del clima, sin interrupción en el tiempo. No estamos hablando de datos estadísticos de los últimos ciento tres (103) años. Antigüedad máxima real, del registro de ciertos fenómenos meteorológicos y de parámetros cuantificables. Por supuesto muy sesgados y/o alejados en la distancia entre sí.

   Las aseveraciones que anteceden, creo justifican por si mismas las carcajadas que me producen, esos “conservacionistas”, que viven y se “conservan” a base del “conservacionismo”; dándose el caso curioso y ampliamente repetido, de insignes Catedráticos de Universidad y funcionarios de “apesebrados” organismos nacionales, internacionales y la “repera limonera”, que a lo más que llegaron fue a ser hijos de sus “papas”, obtener una licenciatura en ciencias, entrar dentro de la endogámica universidad u organismo al uso. Y… dele, que hay que figurar y de paso comer todos los días… Cuanta más gorda sea la afirmación, aunque no tenga soporte científico alguno, mejor, más posibilidades de salir en la prensa tienen.

   ¿Cuántos de todos esos expertos “conservacionistas”, que viven y se “conservan” a base del “conservacionismo”, pueden acreditar una denuncia, por daños contra el hábitat de las especies piscícolas y mamíferos, en un cauce hídrico en el año 1956, contando el denunciante ocho (8) años de edad? ¿Cuántos (con cierta benevolencia) de esos “doctos vividores”, pueden decir y demostrar con testigos, que mustélidos salvajes, les ponían sus indefensas crías en el regazo? Estoy hablando de “Llondras” y “Melandros” (Nutrias y Castores). ¿Alguno de ellos sabe o supo hablar con los Lobos?

   ¿Dónde está la novedad de que el “Planeta Azul”, en su continua evolución cambie y que sus ciclos climáticos sean repetitivos? La novedad debe de ser “novedosa”, para los anteriormente citados “doctos vividores”. Para mí y parece ser que para Mr. D. Trump, es algo que vemos tan natural, como que al día le suceda la noche, o a esta última, el día.

   Puede que en mi caso, por no creerme más tonto que los demás, tenga asumido, que a los ciclos climáticos experimentados por el, en este instante, (digo éste instante, vamos de ahora mismo) “Planeta Azul”, le siguieron consecuentemente desapariciones – apariciones – adaptaciones de cuantiosas especies vivientes del Terciario; aunque también sentó las bases, para que los ancestros (vamos, los abuelitos, de los abuelitos) de actuales elementos vivos, apareciesen sobre la faz de la Tierra. Mejor no entrar en flora o fauna determinada. La última glaciación conocida, al menos por mí, fue nefanda para ciertas especies, pero dado el tiempo trascurrido, aproximadamente trece mil (13.000) años, no me atrevo a entrar en ella, no sea cosa que alguien me la quiera contar como la “Guerra de los cien años”: empezando por el primer día y, a las 06h. 32’ de la mañana… Pues día por día, hora por hora, minuto por minuto, puede hacerse eterna.

   Ahora, ya entrando a “saco” con esa comunión de ideas en lo “climatológico” existente entre Mr. D. Trump y el que esto suscribe, me lleva a la duda, y me hace plantearme una seria cuestión: ¿en algún momento, alguno de nuestros respectivos ancestros, familiares o simples vecinos entre - sí, contaminarían con una “fogata” en común, en la misma cueva, y con los correspondientes “eructos” y “pedos” posteriores al asado? Indudablemente su “capacidad de contaminación” era “elevadísima”, y prueba evidente de ello fueron los sucesivos “ciclos de calentamiento” acreditados en base al oxigeno 18 en relación con el 16, mencionado en el párrafo nueve (9).

  Visto lo visto, me voy a tener que poner en contacto con el Sr. Secretario de Mr. D. Trump, para invitarle a tomar un café y que tratemos de encontrar entre los dos, a esos ancestros comunes que tantos “pedos”, “eructos” y “fogatas” hicieron y compartieron, que reiterativamente llegaron a calentar todo el Planeta Tierra, trece veces seguidas. Eso a mi modo de ver, se llama constancia.

   Que los volcanes, movimientos telúricos, impactos de meteoritos “en plan gordo”, rayos – centellas y consiguientes incendios por ellos provocados, habrán colaborado algo, lo veo posible, pero… nuestros posibles comunes ancestros, eran de lo que no hay.

   Que las nuevas tecnologías permitan y permiten, el uso más racional y económicamente rentable de los combustibles fósiles, no me cabe la menor duda. Pero que cualquier volcán, aunque sea casi de juguete, como ese submarino que tenemos en nuestra Isla del Hierro, el cual en los ciento cuarenta y dos (142) días de semi – actividad, no solamente generó más contaminación térmica, que todos los intercambiadores de calor, (para refrigerar y/o condensar) utilizados en todos los buques, grandes o pequeños, que cruzaron en el mismo periodo el Océano Atlántico, incluyendo todas las fuentes caloríficas (no de radiación solar) generadas en las Islas Canarias. Qué decir del CO2, distintos, óxidos, sulfuros, sulfatos y bacterias, unas ya conocidas y otras, por no identificadas, ignoradas.

   Lo dicho, Mr. D. Trump, cuando sus múltiples e importantes obligaciones se lo permitan, me pega una pitada, nos ponemos de acuerdo y, o bien en su casa o en la mía, tomamos ese café y hablamos de nuestros respectivos y contaminantes ancestros. A la vez que nos asustamos mutuamente, con el “Calentamiento Global, el “Efecto Invernadero”, el “Agujero de Ozono” y claro está el del “culo”, con esa gran capacidad de “soltar metano”, y lo que es peor, tantos “culos”, alimentados en base al “Cambio Climático”, tirándose pedos a la vez.

   Me estoy volviendo auténticamente vulgar… anteriormente cuando entraba en el campo de la escatología, era la otra, no la de “culo”, “caca”, “pedo”, “pis”.

                                 Capt. Willie

  (*1) (Del griego πλεῖστος: pleistos "lo más") y καινός (kainos "nuevo") División de la escala temporal geológica perteneciente al periodo cuaternario, precediendo en el mismo al holoceno. Con inicio – final estimado en 2,60 millones de años y 10.000 a.C.

No hay comentarios:

Publicar un comentario