Dado el limitado espacio establecido para
comentarios y respuestas, en mi condición de Administrador del blog, acudo al
presente para tratar de aclarar una serie de equívocos mal intencionados,
muestra de la total ignorancia, efectos secundarios y retardados y de las malas
leches que algunas mamás les dieron a mamar a sus bebes, hoy potenciales
hombrecitos.
Ignoro si dentro de esa escasa cultura y
total desconocimiento, a los que hace gala el suscritor del comentario que
precede a mi última y resumida respuesta y en esa ratificación de su propia
ignorancia, tal vez se creyó un “socrático discípulo” y él mismo se metió, pero
de bruces, en una aporía, donde a la lógica dificultad, insuperable a todo
problema especulativo, la “puerta” sin salida tiene el clásico razonamiento de
una única solución. Por eso ¡váyase al carajo!, en base a la reiteración de sus
propias tarascadas dialécticas, desatinos históricos y argumentales.
Pero
no. Desde el punto de vista eléntico, donde trató de entrar, dando una falsa
estructura básica a través de un tosco y reiterativo interrogatorio para
refutarme como adversario, solamente le condujo a mostrar más a las claras, ese,
su tocar de oído… con el que encabezo la presente respuesta.
Con Vd., como con otros individuos que le
precedieron, por su “funcionar” dudo sí tratarles de “meras cosas” o darles
categoría de personas. Su absoluta posesión de la verdad les impide plantearse
la libertad como elemento, sin hacer distinción alguna en “de” o “para”. Lo
cual les conduce, inequívocamente, a hacer un claro uso indebido de la misma.
Donde Vd. ve resentimiento, yo diría amor
amantísimo de un hijo hacia su Madre, por la cual sufre cuando es cobardemente
agredida y por extensión se ataca a los hermanos de ella y en ella.
Siento
auténtica vergüenza ajena, cuando en base a la “corrección política” y
“papanatismo” de algunos agradecidos estómagos, sin que medie la petición de
perdón ni propósito de enmienda, se concede el perdón a diestro y siniestro. De
esto último (de siniestro) tiene bastante ese tipo de perdón.
La gran cobardía, de la que hacen gala Vd.
y aquellos otros de su mismo pelaje que le orientan y dirigen en ese irracional
racismo a lo judío, alcanzan el sumun, cuando tratan por todos los medios de
convertir a los inocentes en verdugos.
Ignoro
lo que para su manifiesta falta de humanismo significaron dichas disposiciones,
sin perjuicio de que, a todas luces, opino que las están sacando del contesto
temporal y consiguientemente cultural del momento.
Desde el punto de vista histórico, dentro de
la más estricta racionalidad ¿a qué remontarnos y temporalizar en un 31 de
marzo de 1492 algo que según se desprende de la conversación telefónica con Vd.
mantenida y parcialmente confirmada en su post, estuvo vigente hasta antes de
ayer (en su caso hoy)?
Todos
los españoles no amnésicos de mi generación recordamos las “carracas” y el ir a
“matar judíos” a las iglesias, a nuestras parroquias. ¿Qué decir de esas
peregrinaciones organizadas a “Tierra Santa”, a la de Jesús, la de María, la de
sus discípulos, todos ellos judíos y “conversos”? Él, Dios hecho hombre, su
Santísima Madre (conmigo compartida) sus discípulos directos y seguidores.
En
el estricto concepto del término, es/son
eso: “conversos” a una originaria secta judía. Por la misma razón, Vds. por
mucha pureza de sangre que Vd. y otros como Vd. quieran mostrar, un día fueron
conversos y por tanto bautizados, salvo claro está, que Vd. por ser “pelagiano”
pudiese prescindir del “sacrosanto remojón”.
El
Cristianismo tiene documentados los dos mil diecisiete años (2017), que tiene
acreditados, y consecuentemente antes o después, todos fuimos “conversos”. No
obstante el ADN nació ayer y el mundo es mundo desde hace millones de años. La
pureza de raza, sangre, etc., hasta hace “quince días”, solamente la podíamos
asumir a través de las madres. Con esa lógica, suelo aseverar el judaísmo de
Jesús, engendrado en María y nieto de Ana. El anterior razonamiento me lleva a
dudar de la tangibilidad de su primer apellido.
Tal
vez sea que Tomás de Torquemada y las instituciones encargadas de perseguir y
suprimir las herejías, en su caso, una vez más las descontextualiza, dejando de
ser lo que fueron y significaron en su momento. Si bien es cierto que a los
individuos como Vd. los califico de “Torquemadas”, aunque posiblemente le esté haciendo
un flaco favor a dicho personaje. Creo que la forma de insultarle a él (a
Torquemada), seria llamarle por su nombre y apellidos (el de Vd. y los de su
papá – mama).
Independientemente
de lo edificante que encuentro el texto y contenido de la Primera de San Pablo
a los Corintios, y la transcendencia que yo le doy con respecto a una reciente Encíclica
y a la interpretación de alguien, que por no tener grabadas las palabras
originales de Jesús, el de Nazaret, ese, el hijo de María, nieto de Ana y por
más señas judío. Tal individuo no sabe en qué posición ponerse o qué posición
tomar. Más o menos como Vd. con la libertad, “de” o “para”.
Lo
que sí le puedo asegurar, es que aquel que nos dirigió la encíclica, el otro,
que carece de la palabra grabada de Jesús y el que esto suscribe, encuentran
algún significado en el “in gloriam Dei”, de la primera de S. Pablo, y al menos para mí, en el “Ad maiorem
Dei gloriam”.
Aunque
posiblemente, con anterioridad a estas fechas le “haya podido pisar algún
callo”, no soy consciente de ello, pero sí lo soy, en que no solamente leyó la
“Iniciación” de esos textos por mí escritos y a mí atribuidos, pues dos de sus
más enconados ataques verbales los asentó en ese su “humanismo renacentista”
rumiado, pero no digerido. Ya me dirá Vd. de dónde le vino tal conocimiento,
pues citó párrafos literales, “por mí y a mí atribuidos”.
Las
canonjías de las que disfruté en la vida debo reconocer que fueron muchas, pero
mal que les pese a Vd. y a otros personajes de su mismo pelaje, las gane en
base a ser como Él me hizo y todo lo que Él me dio, de ahí el eterno
agradecimiento y respeto que su Santo Nombre me merece. Mire si llegó a
prodigarse conmigo, que incluso me permite compartir su Santísima Madre. ¿Qué
más puede pedir un simple mortal como yo?
Los
“guzmanianos” o pertenecientes a la Orden de Predicadores y consiguientemente
seguidores de la Regla de S. Agustín, fundados por Santo Domingo de Guzmán,
nunca me robaron nada a nivel “corporacional”, pero, a nivel individual, de
algún que otro miembro perteneciente a dicha orden, sí lo intentaron varias
veces y en alguno de los casos lo consiguieron. No es que ellos fuesen muy
listos, ¡No! Es que yo soy muy tonto y, aunque le pueda extrañar, dispongo de
tres excelentes amigos formados en seminarios de dicha Orden.
Como
esto se alarga mucho, en lo concerniente a mi soberbia, a través de los enlaces
que le facilito creo dar clara respuesta y a ellas me remito:
La lectura de este blog es libre. El opinar sobre sus contenidos también y, prueba evidente de ello, es que Vd. publicó lo que quiso y yo le estoy respondiendo punto por punto. Solamente pedirle que no se sienta importante por ello. Suelo contestar a todo el mundo y en especial a aquellos que en un momento dado de la vida, compartieron conmigo vivencias más o menos gratas o duras; incluso, diría, durísimas.
El
concepto que le merecen ciertas instituciones, por cierto muy próximas a su hacer
y vida cotidiana, deja bastante que desear. Quizás Vd. tiene o tuvo pocas
atribuciones en ellas, pero no se preocupe, que todo se andará y hasta es
posible que llegue a alcanzar el grado de “Torquemada” máximo. Cosas más
extrañas ya se vieron.
Su mundo y sociedad debe de ser un tanto
“ácrata”, pues lo que trasluce con respecto al concepto de familia, no es
excesivamente elevado. Contrariamente a Vd., mi mundo y consiguiente sociedad
se asienta en ella como “célula básica”, entendiendo la misma en el sentido que
Vd. despreciativamente menciona: abuelos, padres, hermanos, primos y por
extensión sobrinos, etc., etc. Ya ve, soy excesivamente tradicional e incluso
defensor a priori del privilegio Paulino y del Petrino. Privilegios que espero
y deseo, nunca sean administrados por Vd.
El
desconocimiento que muestra de las Iglesias Católicas Orientales solamente es
comparable al desprecio implícito que traduce el orden en el que las menciona.
Puede ser que dado el “semitismo” generalizado entre su jerarquía (salvo el
Obispo de Roma) clero y fieles, y el hecho, posiblemente por Vd. desconocido,
de donde nació el concepto de “cristiano” y de “misionero”, le eviten el
bochorno que a las personas normales les produce “meter la patita”. Puede que
yo, por ese estatus que tan amablemente me concede de “judío converso”, aspire
a que un día, bajo el halo o nimbo de cada una y de todas las iglesias
parroquiales, se consiga crear en cada feligresía, esa comunidad espiritual y
humana que esas hermanas iglesias orientales consiguen, tanto en sus inhóspitos
lugares de origen, como allí, en la emigración, donde se establecen y aglutinan
sus fieles. Por lo general son eso: auténticas comunidades identitarías de la
fe en Cristo, en su Iglesia y en su correspondiente cultura.
Dado
su desconocimiento, más diría, ignorancia al respecto, puedo comprender que Vd.
no entienda mí/nuestro respeto y cariño por esas entrañables, afectivas y
heroicas iglesias que perviven en tierras hostiles desde el 535 d.C., donde,
desde su Patriarca al último de sus fieles, por el hecho de su creencia, son
considerados “infieles”, con el significado no descafeinado que Vd., y los de
su mismo pelaje, le puedan dar al término.
Como
el ofender al judío, sea converso o sin convertir, es la tónica, imperante en
cierta jerarquía diocesana y archidiocesana, cuando viajan de “papo” (a costa
de los fieles) a Tierra Santa, aprovechan la ocasión para ofender y, cuando
cruzan a Israel desde la franja de Gaza, gozan de portar ostensiblemente la
Kefia. ¿Qué pasaría si a la inversa, cruzasen con el Kipà sobre su cabeza?
De
serle necesario el cumplir con algún nuevo encargo, no dude en hacerlo por
escrito, pues aunque es más arduo el darle respuesta, sí, al menos, permite
mostrar ese contrasentido en el que vive cierta Iglesia Católica Apostólica y
Romana, donde la xenofobia a lo judío y a lo semítico no musulmán, se
manifiesta a través del tiempo. Empezando en lo poco, podríamos decir nada, que
hizo el cristianismo en la integración de los judíos en Europa. A pesar de
ello, solamente pueden obrar así, aquellos que por su propia estulticia
desconocen la contribución judía a la cultura europea, así como de su amor por
Europa, y la falta de correspondencia a dicho amor.
“Aquí
lo dejo” y claro está no podía faltar el ¡“ajo y agua”!.
Capt. Willie
Gracias por el disfrute.
ResponderEliminar¡Está visto que son lerdos! En esta isla, “madre putativa” de nuestra “Pascua Militar”. Cuando nosotros éramos jóvenes, unos amigos míos, de los que tú llegaste a conocer a uno de ellos, formaron un conjunto músico – bocal. Tradujeron a la del “…grande” y cantaban: “No se volen témer, yei yei”.
Ella tuvo cierto éxito, pero… la versión menorquina, la misma que estos “gansos” de tus amigos.
Les avisé… vademécum, es vademécum…
No se quieren enterar, yei yei…
Esto es publicable 100%, así que a ello.
En la mañana hablamos.
Mi muy querido amigo P2Y (Nunca me di cuenta, pero tienes iniciales propias de costado de “Misilera”):
EliminarDado lo bien que te conozco y ante la implícita amenaza (dejémoslo ahí), de volverme a colgar tu post de 2016.01.12, “Contrariamente al caso Dreyfus…”, me “pliego a tus exigencias” y “pago el precio” de quedar en “vademécum” “only.
“Escoben Radio” o “Carlinga Radio” para nosotros, alternativa vuestra “Apósito Radio”, en nada se parecían a “Espadaña Radio” (de campanario), término recordarás utilizado despectivamente para algunos, escasos ciertamente, compañeros del Eclesiástico.
No obstante, aquellas excepcionales “mulas pardas”, en comparación con éstas, eran casi civilizadas. Pues su infierno, aunque muy gráfico, nunca llegó a alcanzar, ni el grado de temperatura, ni la intensidad, del de los “heraldos de Pedro Botero”.
Así interpreto, que cuando algunos “heridos” inconscientemente por mí, de “mi propia casa”, se asocian con los borricos que siempre confundieron mi asombro, estupor y desconcierto ante sus peculiares (al menos, para mí) conceptos cristológicos, con una animadversión, que nunca, nunca sentí; da por resultado, que tú los califiques, muy benignamente de “lerdos” y “gansos”. Yo de “mamarrachos”.
La “Concha”, los pantalones blancos de alpaca y las “criminales” luces de ultravioletas, hacían estragos en la Alameda y en el Cantón de Molins, tiempos aquellos…
No sabía que “El Neptuno” del Paso del Ecuador del XLI, fuese el ex “Solista” de “Es Cala Llonga”. Lo cierto, es que recordar… en la tarde – noche, al ocaso en el medio del Atlántico Sur y oírle entonar la “Oración”, hoy… para cuarenta y nueve años, me produce hondísima emoción, tanta, que no pude sustraerme a que se me escapasen muchas lágrimas. ¡Qué viejos somos, Pepe! Y a él, que pronto y que tontamente nos lo arrebataron. Seguramente esté entonando en este momento “El tú que dispones de viento y mar…” para regocijo de los que le rodeen…
Cuando los “mamarrachos” me adjudican “canonjías”, desconocen lo que significa la de tenerte por amigo a ti y a otros pocos de vuestra talla moral e intelectual.
No te quejes, te respondí, como a “todo el mundo”…