Lo
que pasa y les pasa a esos “algunos”, es que una cosa es que les comprenda y
otra distinta, que mi benevolencia y tolerancia les permita “tomarme el pelo”.
A estas alturas de mi vida, donde la lógica alopecia, ayudada por la imperiosa necesidad
de haber tenido que teñir el pelo y la barba de color “moreno”, para evitar la
exposición corporal, que significaba en los 70s mi aspecto físico y condición
de “caucasiano”, rubio, de piel clara y el consiguiente “Yanki go home”, con el
que fui, dicho muy suave, “retenido” por ciertos libertadores salvadoreños en “Las
Piedras” y afueras de “La Unión”. Hecho que se repitió en tres ocasiones en la
agitada Nicaragua por los “bandoleros sandinistas”, en el tránsito de una
férrea dictadura a otra, cuando menos, bastante peor que la precedente.
Fruto de esa aguda alopecia a la que hago
referencia, llegado el presente momento, me resultan hilarantes las “milongas”
que me tratan de endilgar “doctos” individuos, cuya formación académica en el
campo de las “ciencias”, las “letras” y experiencias vitales, fueron y son las
que se corresponden a alguien que obtuvo un grado y/o licenciatura, quien no
encontrando salida laboral alguna, “anudó” el fin de carrera con el
consiguiente “trote”, que le condujo a obtener un doctorado, en lo que sea o
fuese y siempre en tiempo récord.
La materia motivo de investigación, consiguiente
desarrollo y plasmación de la misma en un rollo “patatero”, “tomatero” o “fabero”,
a la vista de lo que se puede observar, en muchísimos más casos de los que desear
sería, se fundamentó de entrada y de salida, en los “amplísimos y sólidos” conocimientos
adquiridos en el proceso de la obtención del grado o licenciatura (supeditado éste
a “Bobonia”). La elección del tutor o director, a su vez siguió serios criterios
de prestigio investigador, relación directa con la materia a desarrollar,
contrastada capacidad organizativa del método o plan de trabajo, delimitación
de áreas y periodos de tiempo. Estos conceptos a los que se hace referencia en
el presente párrafo, si fueron secundarios en origen, pasaron a “terciarios” o “cuaternarios”,
con respecto a la recopilación de datos y fuentes, olvidándose en alguna medida
del contraste de los unos y de los otros. Qué decir de la existencia de alguna parte
experimental, que llegado el caso, pudiese corroborar cualquier hipótesis de
partida, que en definitiva sirviese de justificante al propio trabajo, lo
inédito del mismo y una supuesta utilidad dentro del campo al que se circunscribiese.
Soy consciente de que pido tantas cosas, que
en términos generales, cuando esos doctos “entintadores” de panfletos se
permiten crear, organizar y opinar en plan científico, esos, sus doctorados, chirrían,
porque para empezar sus formaciones de origen, se asemejan más a deformaciones
que a otra cosa.
En un
diario escrito de provincia, con alto número de publicación de esquelas (prueba
evidente de su numerosa tirada) se permite publicar tres páginas en la edición dominical,
donde otros tantos “científicos” exponen sus “amplísimos” y “solidos” desconocimientos
sobre los más elementales principios de la biología animal y vegetal, adornado
todo ello con la remota idea de la existencia de una ciencia, afirmo CIENCIA,
denominada EDAFOLOGÍA. La existencia de unos Sres. “Dones” conocidos en el
mundo bajo nombres tales como Friedrich
Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humboldt; Gregor Johann Mendel y Charles
Robert Darwin, por
proximidad a su “extinción material” los ordeno en función de aquella su defunción,
sugiriéndoles a los tres “científicos”, no a estos tres “Sres. Dones de la
ciencia”, sino a los tres “jetas” y al “jetiferio” que les permite publicar
tamañas barrabasadas, que la ONU, la otra y la de más allá, está poblada por vividores
de su misma estofa y escasos conocimientos.
Es obvio, aunque en el próximo párrafo textualmente transcribiré el
sólido razonamiento en el que asienta sus conocimientos el fundador de “algo”
que parece ser, lleva camino de salvar nuestro Planeta Azul: destacando que en ese
país límite oriental del cuenco Mediterráneo, denominado Estado de Israel, va
para cuarenta y tres años que puso en práctica esa agricultura a la que se hace
referencia en el panfleto ecológico al que me estoy refiriendo. Qué asimismo,
cuando en él se habla de “transgénicos”, desconocen la existencia de unas
especies vegetales que el vulgo conoce como: alubias, de todas las clases y
colores; patatas; tomates, maíz, etc., no mencionando a los “guisantes”, porque
a lo mejor interpretan que les estoy dando pistas sobre su total desconocimiento
de lo que hablan.
Capt.
Willie
*2).- Creo que confunde su suerte, la de él, que pretende vivir a costa de ello, con la del resto de los humanos.
*3).- ¿Qué situación, la de vivir del cuento o a costa del cuento…?
*4).- ¿Quién lo dijo, Al Gore o la Greta sin garbo, analfabeta y para más señas sueca…?
*5).- En mi supina ignorancia, no sé dónde termina el de él y empieza el mío.
*6).- Prototipo de organización seria, teniendo en cuenta que entre sus Secretarios Generales, se contaron “auténticos pájaros de cuenta”. Desde cobardes manifiestos, nazis convictos y confesos, ladrones en comandita familiar e inútiles. Parafraseando a Romanones: “joder, que tropa”.
*7).- ¿Me, nos, podría decir el docto “escribidor”, en esas seis extinciones masivas a las que ese organismo “tan serio” hace mención y él nos informa, qué coño “pintó”, el “homo sapiens” y su desarrolladísima tecnología de la “fogata”, “el pedo foyeco” y algún que otro eructo…?
El día 14 del próximo pasado mes de junio, ostentando la representación conferida por un nutrido grupo de compañeros (17 de 21), de toda procedencia y tendencia, pero sí los diecisiete, conocedores del “paño juzgado”, acordamos dirigirnos al presente blog, dando a tanto malévolo figurante o “mandado” nuestra “opinión – respuesta”.
ResponderEliminarAviso en definitiva, no por algunos “propios” o “ajenos” comprendido, ni mucho menos entendido. Cierto es que, los numerosos años transcurridos de muy posible, interesada y cuidada ausencia, de ese seguro “único” redactor y relator del presente blog, no le mantuvieron ajeno al acontecer del “siglo”, más pareciese, que “esa cuidada e interesada ausencia” respondió a algo ignoto por nosotros y los “otros”.
Ignorancia de los “unos” y los “otros”, que en ningún caso permite vislumbrar su desconexión del malévolo trio: “demonio – mundo – carne”. Para él, se sigue desprendiendo, que triduo, solamente existe uno, el conformado por la Santísima Trinidad.
Muy posiblemente, por la misma ignorancia mostrada anteriormente por los cuatro compañeros, que por edad y desconocimiento de quien era realmente el “interfecto” al que nos dirigíamos, no se sintieron concernidos. Los “figurantes” o “mandados” que sepan, aunque solamente sea de oído, quien es la Dra. O. Stein, quién fue su difunto marido y el equipo que un lejano día formó y dirige, les de algo que pensar. En este claustro formado por cincuenta y siete (57) integrantes, el dirigirse a la citada Dra. queda limitado a tres (3) y al resto de su equipo, no alcanza a la decena (10).
Cuando en la mañana del día de ayer se recibió en este Centro, la petición formal de intercesión y apoyo al ofrecimiento que sin ambages dicha doctora, equipo en pleno y patronos le hacen. La J. de G. me faculta para que redacte el presente “pay attention” (a su decir) y tras su publicación en este su blog, le “pegue la pitada fónica”, para hablar con él a propósito de dicho asunto.
Hasta el presente momento me colgó/gaste deliberadamente siete veces el teléfono.
Soy “Quintana” y creo que a pesar del tiempo transcurrido, recordaras y reconocerás mi paciencia a prueba de explosión atómica. Si en la distancia del tiempo transcurrido no nos une otra cosa, que sean al menos, las “lentejadas” compartidas en el comedor de tu casa y en compañía de tu acogedora esposa.
Con “el mensajero” ya me disculpé en el discurrir de la larga “telefonada” de la mañana de hoy, con el resto de aquel heterogéneo equipo (por las disciplinas), lo hago ahora, agradeciéndoos a todos y cada uno vuestra buena disposición hacia aquel, en otra hora: “arrogante”, “prepotente” e “individualista”, quien se cerraba en banda ante hipótesis de trabajo que no se pudiesen probar mínimamente, con lo que vosotros definíais como un exiguo y limitado equipamiento. En todo, meras apreciaciones conceptuales.
EliminarAhora sé que las comunicaciones entre vosotros, tenían como clave “los experimentos con gaseosa”, dicho que parece ser os repetía una y otra vez, sin ser consciente del negativo efecto que en todos vosotros causaba. Entended la diferencia conceptual entre inminentes miembros de un centro de investigación, como al que vosotros pertenecíais y un simple y multidisciplinar técnico, “cazado a lazo”, a la búsqueda de obviedades a convertir en cosas prácticas.
Con lo que sé ahora de vuestro sentir hacia mi forma de actuar en aquellos tiempos, entiendo y comprendo la anterior nota, agradeciéndoos aún más vuestro gentil juicio en lo profesional y personal, así como la predisposición colectiva a colaborar con “aquellos otros”, quienes sin vosotros saberlo, fueron los causantes de mi “deformación profesional” en el campo de la investigación.
Reitero lo dicho: creedme que con “no amigos” como vosotros cualquiera, incluido yo, no echará en falta amigos.
Gracias y un cordial saludo.
Muy probablemente, fruto de la total indiferencia que me produce la opinión que los demás puedan tener de mí, de mi forma de pensar u obrar, sean las respuestas que esta mañana les di a su improcedente e impertinente llamada telefónica.
EliminarAunque “cazado a lazo” e identificado por unos apellidos quizás no tan altisonantes como los de Vds. si lo suficientemente válidos, para a mí vez transmitírselos a mis dos adoradas descendientes. Cierto, que tal como por segunda vez me vi obligado a repetirle a uno de Vds., lo compuesto de mi apellido, responde, a no alejar uno de ellos de la memoria y respeto que en mi despierta. No comprendiendo la ostentación y obstinación en hacerme recordarle por segunda vez en los últimos años, que la unión de esos dos ilustres apellidos a los que Vd. hace gala, fue por el ennoblecimiento a través de la “entrepierna” de una ascendente suya, en relativa proximidad generacional a Vd. mismo, su Sra. Abuela. Me consta y sé, no le quepa duda alguna, la afirmación que antecede, pues en un lejano día ya le facilité la “fuente clara” en la que yo bebí, “caño” al que llegado el caso, no tengo inconveniente en guiar a todo aquel que quiera beber de él.
Tanto en mi respuesta a la anterior, de parte de Vds. como en la que antecede y desató sus iras doctorales, no me di por ofendido por sus antiguas opiniones personales, ni a las actuales, plasmadas en su llamada “telefónica aclaratoria”. Consecuente con el contenido en el primer párrafo del presente, no me ofende el que quiere, sino el que puede. Mal que les pese a ambos, cuando se vieron en la necesidad de permanecer bajo “mis poco científicos criterios”, nunca les di oportunidad a guardar documento por mí redactado, como el que de Vds. dos guardo, por si un día próximo o lejano, decido realizar una publicación bajo el posible título: “Las barrabasadas plasmadas por escrito por distinguidos doctores”.
En la parte que a Vds. dos y/o a aquellos otros que unírseles quieran, retiro el “vosotros” y lo sustituyo por Vds. pues algunas veces se me olvida, que con ciertos personajes no puede uno hacerse el regalado.
Reiterándoles mi sugerencia de que no se corten y que cuantos agravios en el pasado o presente les haya podido infringir, los diriman a través de la presente, pues estoy seguro, que a mi muy querida y respetada matrona la Dra. Olga Stein, a sus inmediatos colaboradores y a otros posibles lectores, les pueda ocasionar motivo de distracción o regocijo.
La frase “En todo, meras apreciaciones conceptuales”, dentro de la redacción y contexto, coincide exactamente con la lectura e interpretación que Vds. dos hicieron.
Lo dicho: quedo a la espera de sus respuestas, sugerencias y/o comunicados a través del presente blog, reiterando mis más sinceras disculpas a todos aquellos que en la distancia del tiempo las quieran aceptar.
Atentos saludos
Mí, de nosotros, muy querido Wylyam,
ResponderEliminarMuy agradecida por ese para mi ternísimo apelativo de matrona que repetidamente me otorgas. Es con mucha posibilidad el más grande honor nunca a mi concedido.
Detrás de leer un disgustado mensaje del Dr. J. Quintana, donde asimismo y al abrumador mayoría de “personas” vinculadas al importante centro que él gobierna, no comparten ni participan del personal sentir de estos dos sujetos.
Antes de encaminarse a ti el próximo día me lo participo a mí en el día de ayer en la tarde.
Nosotros parejo al Dr. Quintana y generalidad de su equipo, sabemos quién y cómo eres tú y el respeto y tributo que mereces.
Con el cariño de esta de ti matrona
O. Stern
En el ambiente en el que me muevo, cuando leemos las “barrabasadas” que se publican en este blogger, llegamos a deducciones a cual más grotesca.
ResponderEliminarCon la misma doctoralitas se habla de religión, que de política o historia, llegando incluso al magisteríum, cuando de scientía se trata, sea cualquiera de ellas:, desde las raíces, tronco, ramas u hojas.
Mí desconcierto es manifiesto, colaborando aún más a él, ese hecho anómalo que se crea, cuando pido o pedimos aclaración sobre los miembros que componen el colectivo “Elcaptwillie”.
A siete puertas a las que llamé y otros llamaron, obtuvimos unánime respuesta: “No es un colectivo, si tienes algo que objetarle o preguntarle, ahí está el propio blog, con la total libertad y disponibilidad de publicación, garantizando al unísono la total seguridad de respuesta por parte del firmante o firmantes”.
¿Cómo es posible qué partícipes activos del presente, colegas y compañeros, se nieguen a esclarecer quien o quienes se esconden tras este seudónimo? ¿Cómo es posible que afrentando principios científicos, en parte, por ellos expuestos, se plieguen a los dictados que emanan de este blog? ¿Acaso está detrás del presente algún “importante y conocido seguidor” de la “hipótesis de Gaia”? Por el rendibú que se le presta, pareciese que el mismísimo “ancianito trastocado”.
Incluido en el mismo esfuerzo, agradecería y colectivamente agradeceríamos, qué nos indicasen quién es esa “matrona”, a la que conocidos colegas nuestros le prestan tanta consideración y respeto profesional.
¿Veré o veremos saciada nuestra curiosidad…?
La curiosidad mato al gato. ¿No seria mejor que se dedicasen a sus doctas tareas? Porque los que parecen un colectivo de: ineptos, envidiosos e inutiles son ustedes. Por cierto, como lectora, ¿vere yo saciada mi curiosidad sobre quienes son ustedes? Solo para poner cara a la majaderia y la mezquindad.
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