Segunda Parte/Second Part
Quien se haya molestado en estudiar en profundidad el “Plan Morgenthau” (planteado en la Conferencia de QUEBEC, Canadá, en clave “OCTOGON 2”), y no sea un auténtico miserable, sabe que W. Churchill se vio obligado a aceptarlo, pero que fuentes de toda credibilidad, hablan de su “imperdonable indiscreción”, con la trascendencia de la “letra y espíritu” del mismo a la prensa USA. El revuelo que dicho “Plan” creó en la opinión pública USA, obligó a que fuese de inmediato retirado, por parte del presidente F. D. Roosevelt.
No obstante a dicho rechazo y suspensión formal del plan proyectado y acordado, por ser cierto que figuraba entre los acuerdos tomados en la citada conferencia, su contenido original (conocido a través de la prensa libre USA), fue utilizado por el vulgar criminal, ministro de propaganda P. Joseph Goebbels, para justificar, apelando al nacionalismo a ultranza, la continuidad de un guerra perdida de antemano, a la espera del “milagro” de las nuevas armas, y poder salvar así a la raza aria. La misma a la que ellos, sus indeseables dirigentes, con la necesaria colaboración de la gran mayoría de su población, condujeron al “callejón sin salida” al que la metieron.
Indudablemente, la política de intoxicación que dicho desechado plan generó en la población alemana y europea, llegado el caso de la verdad, estaba ahí. Los planes fabriles para la reducción industrial alemana, aunque lejanos a aquellos a los que se hace referencia, también lo estaban. Como lo estuvo el plan de “desnacificación”, posteriormente atenuado ante la situación creada por el obligado “socio comunista”, quien nada más que se vio libre del, en otra hora su amigo nazi, mostró bien a las claras cuál era su forma de interpretar la liberación de Europa: esclavizando literalmente a todos aquellos pueblos que consiguió poner bajo su rígida dictadura. Prueba evidente: Berlín durante los doce (12) meses de bloqueo del 48 - 49, donde una vez más se vio la total ausencia del invitado de piedra francés.
Con el fin de “sacudirse de un golpe” la “mala conciencia” y el no menos importante control de los REALMENTE VENCEDORES DE LA GUERRA, LIBERTADORES Y FINANCIADORES DE LA RECONSTRUCCION EUROPEA, NO COMO LOS COMUNISTAS, el “hombre fuerte” de la IV República francesa M. Robert Schuman, con la inestimable colaboración de M. Jean Monnet y grupo de “aplaudidores” necesarios y aspirantes a vivir del cuento, se ponen de acuerdo y le plantean al nato predecesor de la “Kartofelera”, el dar por finalizados en favor de ambas partes, los contenciosos que de antiguo los enfrentaban, sacudiéndose a la vez, los surgidos con los USA, por la ocupación del Ruhr y Sarre, al habérselos transferido a Francia. Condicionado dicho traspaso, a que en caso de necesidad por parte de los aliados, prevaleciesen los intereses comunes a los nacionales. A nadie se le olvide, que todas estas “maniobras pana europeístas”, se hacen con un W. Churchill “fuera de circulación”, por haber ganado las elecciones, el partido Laborista en la persona de C. Attlee y su programa. Precisamente de nacionalización de los principales elementos a compartir en la CECA (no meca) y con un “vice” USA, venido a Presidente, por fallecimiento de F. D. Roosevelt. A pesar del cambio de la doctrina que se estableció tanto en el UK como en USA, el oportunismo fue visto con manifiesta claridad. Al igual que ambas naciones rechazaron la posible participación, lo hizo Suiza.
Esta maniobra de auténticos “perdedores oportunistas”, fue lo que sentó las bases de ese mangoneo “trilocación” - “Kartofelero”, o a la inversa, según el momento y oportunidad. En el qué, en un dado momento de 1961, ante la situación de tensión entre ambos bloques (Este – Oeste) y, encontrándose la “trilocación” en alza con respecto al “kartofelero”, el “largo general” (aquel, al que le quitaron las hambres atrasadas en Londres) denegó el ingreso del UK, por considerarlo un “caballo de Troya” de los USA. Nunca pudo perdonar las inmerecidas mercedes que ambos, el UK y los USA le concedieron, tanto a nivel personal como nacional. Solo con saber de su existencia, le hacían sentirse tan enano como nació, creció, vivió y abandonó, olvidado de todo el mundo. El mundo éste, al que su mala ralea nada hizo por mejorar. Así, mientras el “largo general” pudo vengarse, las negociaciones de incorporación de uno de los “paganinis” directos de la victoria aliada, le fueron negadas. Cierto que él hambriento que llego a Londres en 1940, en su desagradecimiento, contó con la necesaria colaboración de los otros socios fundadores de la originaria CECA, pues al margen de los “resentimientos”, no agradecimiento, del resto de los asociados, las minas de carbón galesas y las plantas de British Steel les hacían auténtica “pupa”.
La primitiva asociación de perdedores de la 2ª Guerra Mundial CECA, evoluciona tras el Tratado de Roma de 1957 a Comunidad Económica Europea y fundan la Comunidad Europea de la Energía Atómica. Disfrutando todos los componentes muchísimo de haberse conocido y compartido el mutuo resentimiento contra los tres. Que en un caso “les corrió” (La URSS) y a los otros dos que los puso a vivir, incluyendo entre estos vividores por cuenta ajena, a la imperial Italia del fascismo “nunca existente”.
Con la retirada obligada “del largo general, al que se le indigestaron las comidas calientes que le dieron en Londres”, a partir de 1969, ante una clara y manifiesta inmigración hacia el S. de la industria siderúrgica, alimentada con carbones coquizables, térmicos y minerales enriquecidos desde países ultramarinos, haciéndose necesaria la ampliación de la oferta – demanda en aquel teórico mercado interno, en 1973 por ampliación, admiten al UK, Irlanda y a Dinamarca.
Paralelamente a la realidad objetiva, sucintamente expuesta en los párrafos que anteceden, el “país de la trilocacion” y acólitos, “con los cojo… por corbata”, ante las actuaciones soviéticas y su progresión ideológica, impuesta a sangre y fuego (y eso, que faltaba por llegar el “Bloqueo de Berlín”), se vieron en la imperiosa necesidad de crear una alianza, que con base en el Tratado de Dunkerque de 4 de marzo de 1947, entre el UK laborista y la Francia socialista, dio lugar a que se materializase el “Tratado de Bruselas”, firmado en dicha ciudad, capital del Congo Belga, el 17 de marzo de 1948. En él, lógicamente, involucran al UK, puesto que en dicho momento, al igual que en la actualidad, era y es el único país en Europa occidental con capacidad ofensiva – defensiva. Pues aunque el resto de los firmantes: Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, trataron de encubrirlo como un “tratado de cooperación económica – social – cultural”, lo que realmente perseguían, era ni más ni menos, que asegurarse su defensa de forma colectiva y en particular la posible participación del UK, en caso de agresión contra alguno de sus miembros en Europa (recordar que en aquellos momentos existían amplios territorios coloniales no ubicados en el subcontinente europeo). El pánico de los continentales a la URSS y sus métodos de actuación, quedo claro y manifiesto en el presente tratado. La domiciliación de dicha Alianza en Fontainebleau, como llegado el momento veremos, cambia al arribar de nuevo al gobierno francés el “largo general”, que no perdonó las hambres atrasadas que le quitaron los ciudadanos del UK y de los USA.
Esa “pretenciosa” asociación de “vividores” y “olvidadizos perdedores”, tras encontrarse de la noche a la mañana con el ya aludido “bloqueo de Berlín”, como respuesta comunista a la creación de la “Bizona” por las administraciones ocupantes anglo – estadunidenses y la de los “invitados de piedra” franceses, al anunciar en junio de 1948, la reforma monetaria y sustitución del “papel mojado”, conocido como “Reichsmark”, pasando como fruto de las inversiones consiguientes del conocido como “Plan Marshall” al “Deutsche Mark”, con lo cual se daba principio a la estabilización de la economía de la Alemania occidental ocupada. Dejando con el “culo al aire” a la deprimida “oriental”, que debía de pagar con los correspondientes intereses, la reconstrucción de Europa Oriental. Este cambio monetario de “papel mojado” por otro con valor tangible, impidió a partir del 21 de junio de dicho año 1948, el intercambio comercial entre el Oeste y Este, con lo cual, al no admitir dicho cambio el ocupante ruso, que en ningún momento había cancelado las deudas de guerra y reconstrucción, terminó de hundir a la zona tomada y controlada por la URSS. ¡Toma… famélica legión… hambre, necesidades reales y total falta de libertad…! A partir del 18 de junio del 48, los alemanes orientales pasaron a saber en plenitud, lo que era ser auténticos “parias de la Tierra”.
Dadas las consecuencias derivadas de la expansión, imposición y actuaciones soviéticas en el subcontinente europeo y su proyección sobre África, Asia y Central - Sur América y, la realidad que se desprendía, de que a pesar de ser el UK el único miembro con cierta capacidad de defensa, ésta no era comparable a la proyectada por la URSS y sus “forzados satélites”, obliga a la “encubierta” alianza militar resultante del citado “Tratado de Bruselas” (“de cooperación económica – social – cultural y, un huevo…”) a recurrir una vez más, al “imperialista Yankee”, para que en el caso de necesidad les saque de nuevo las “castañas del fuego”. Ya que llegado el momento, salvo al UK al resto, se les “quemarían todas de nuevo”.
Como la amenaza proyectada por la URSS era real, tangible e incluso cuantificable, los “resentidos” se tornan olvidadizos y acogiéndose al dicho castellano “pelillos a la mar”, involucran a los USA para la puesta en marcha de la NATO “North Atlantic Treaty Organization”, a la cual lógicamente, la principal aportación francesa, fue su traducción al idioma de Víctor Hugo: “Organisation du Traité de l'Atlantique Nord” NATO. Acrónimo, que tras la posterior espantada del “largo general” y su traslado de domicilio a la capital del Congo Belga, Bruselas, prevaleció hasta nuestros días. Dicho “paraguas protector” de las democracias de carácter occidental, se crea por el Tratado de Washington de 4 de abril 1949, quien a su vez se asienta en el “espíritu” emanado del artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas.
A los iniciales países firmantes del “Tratado de Bruselas”, se unieron en primer lugar, los USA (quienes tuvieron que vencer los inconvenientes que establecía su propia Constitución, a la hora de aliarse con países extranjeros en periodos de paz) y Canadá, siendo posteriormente integrados en él: Dinamarca; Islandía (posteriormente se salió); Italia; Noruega y Portugal. Hoy tras la desintegración de la URSS y su sistema político de regímenes satélites de opresión total y pobreza integral, el número de miembros dentro de dicho Tratado son tantos como “los que bailaron en Belén”.
Lógicamente, Francia tenía que “dar la nota” de “gran potencia”, y en la seguridad de que, aunque se saliese de dicho Tratado, por su situación geográfica dentro del subcontinente europeo y el peso específico que su costa atlántica y mediterránea le concedía en el conjunto estratégico, le permite al “largo general” y “enana persona”, un nuevo desquite de los anglosajones de allende y aquende del Atlántico. Los “Yankees” y los “Tommies”. El “enano largo”, seguro del “paraguas ajeno” que cubría su boutade, no pudo olvidar que F. D. Roosevelt y el general de cuatro estrellas J. W. Stilwel (“Vinegar Joe”, for the friends) hubiesen afirmado con toda rotundidad: que “tras cien años de administración francesa, los indochinos están peor que a la llegada de los franceses” y, que “tras finalizar la guerra no podrían volver a Indochina”. Hecho que se cumplió con el apoyo explícito del UK. Sin olvidar asimismo, el “morrocotudo cabreo” que le produjo enterarse a posteriori, del acuerdo secreto existente entre los USA y el UK, en lo concerniente al bosquejo o borrador previo a dicho Tratado (“Pentagon Paper”: en la actualidad desclasificados). Dicho “cabreo” se traduce en la puesta en cuestión por parte del “largo general” y “enana persona” de la hegemonía ejercida por los USA y el UK en dicho Tratado. No calculando sus propias y reales limitaciones, redacta un “memorándum” que en fecha 17 de septiembre de 1958 le envía al Presidente D. D. Eisenhower y al Premier Británico M. H. Macmillan, donde exige un mando tripartito que pusiese a Francia y a él en particular, al mismo nivel que los dos anteriormente citados, e incluyese al “polvorín argelino” dentro de la misma cobertura que al resto de los países miembros. La respuesta no fue mandarle a “comer mierda”, porque ambos destinatarios del memorándum eran personas educadas, pero el NO fue rotundo. De ahí que haciendo honor a la “grandeur”, decidió organizar una defensa independiente para Francia, retirando la Royal en el Mediterráneo del comando OTAN el 11 de marzo de 1959; prohibiendo tres meses después y con fecha de 7 de junio de 1959 la entrada de armas nucleares en el territorio francés. Como contrapartida los USA transfirieron doscientos aviones a Francia y devolvieron el control de las diez mayores bases aéreas que habían operado en suelo francés.
Hasta aquí y a modo muy resumido, qué fue y cómo se conformó la CECA y actual CEE. Su complemento defensivo la NATO y el papel protagonista en vidas y haciendas, de los dos principales “paganos”, los “jodidos imperialistas Yankees” y los “pérfidos e insolidarios Tommies”. De ahí que una vez ubicados en quien es quien, pase a exponer todas las “barrabasadas” que largan los solidarios vividores a cargo y cuenta de los anteriores.
TO BE CONTINUED...No obstante a dicho rechazo y suspensión formal del plan proyectado y acordado, por ser cierto que figuraba entre los acuerdos tomados en la citada conferencia, su contenido original (conocido a través de la prensa libre USA), fue utilizado por el vulgar criminal, ministro de propaganda P. Joseph Goebbels, para justificar, apelando al nacionalismo a ultranza, la continuidad de un guerra perdida de antemano, a la espera del “milagro” de las nuevas armas, y poder salvar así a la raza aria. La misma a la que ellos, sus indeseables dirigentes, con la necesaria colaboración de la gran mayoría de su población, condujeron al “callejón sin salida” al que la metieron.
Indudablemente, la política de intoxicación que dicho desechado plan generó en la población alemana y europea, llegado el caso de la verdad, estaba ahí. Los planes fabriles para la reducción industrial alemana, aunque lejanos a aquellos a los que se hace referencia, también lo estaban. Como lo estuvo el plan de “desnacificación”, posteriormente atenuado ante la situación creada por el obligado “socio comunista”, quien nada más que se vio libre del, en otra hora su amigo nazi, mostró bien a las claras cuál era su forma de interpretar la liberación de Europa: esclavizando literalmente a todos aquellos pueblos que consiguió poner bajo su rígida dictadura. Prueba evidente: Berlín durante los doce (12) meses de bloqueo del 48 - 49, donde una vez más se vio la total ausencia del invitado de piedra francés.
Con el fin de “sacudirse de un golpe” la “mala conciencia” y el no menos importante control de los REALMENTE VENCEDORES DE LA GUERRA, LIBERTADORES Y FINANCIADORES DE LA RECONSTRUCCION EUROPEA, NO COMO LOS COMUNISTAS, el “hombre fuerte” de la IV República francesa M. Robert Schuman, con la inestimable colaboración de M. Jean Monnet y grupo de “aplaudidores” necesarios y aspirantes a vivir del cuento, se ponen de acuerdo y le plantean al nato predecesor de la “Kartofelera”, el dar por finalizados en favor de ambas partes, los contenciosos que de antiguo los enfrentaban, sacudiéndose a la vez, los surgidos con los USA, por la ocupación del Ruhr y Sarre, al habérselos transferido a Francia. Condicionado dicho traspaso, a que en caso de necesidad por parte de los aliados, prevaleciesen los intereses comunes a los nacionales. A nadie se le olvide, que todas estas “maniobras pana europeístas”, se hacen con un W. Churchill “fuera de circulación”, por haber ganado las elecciones, el partido Laborista en la persona de C. Attlee y su programa. Precisamente de nacionalización de los principales elementos a compartir en la CECA (no meca) y con un “vice” USA, venido a Presidente, por fallecimiento de F. D. Roosevelt. A pesar del cambio de la doctrina que se estableció tanto en el UK como en USA, el oportunismo fue visto con manifiesta claridad. Al igual que ambas naciones rechazaron la posible participación, lo hizo Suiza.
Esta maniobra de auténticos “perdedores oportunistas”, fue lo que sentó las bases de ese mangoneo “trilocación” - “Kartofelero”, o a la inversa, según el momento y oportunidad. En el qué, en un dado momento de 1961, ante la situación de tensión entre ambos bloques (Este – Oeste) y, encontrándose la “trilocación” en alza con respecto al “kartofelero”, el “largo general” (aquel, al que le quitaron las hambres atrasadas en Londres) denegó el ingreso del UK, por considerarlo un “caballo de Troya” de los USA. Nunca pudo perdonar las inmerecidas mercedes que ambos, el UK y los USA le concedieron, tanto a nivel personal como nacional. Solo con saber de su existencia, le hacían sentirse tan enano como nació, creció, vivió y abandonó, olvidado de todo el mundo. El mundo éste, al que su mala ralea nada hizo por mejorar. Así, mientras el “largo general” pudo vengarse, las negociaciones de incorporación de uno de los “paganinis” directos de la victoria aliada, le fueron negadas. Cierto que él hambriento que llego a Londres en 1940, en su desagradecimiento, contó con la necesaria colaboración de los otros socios fundadores de la originaria CECA, pues al margen de los “resentimientos”, no agradecimiento, del resto de los asociados, las minas de carbón galesas y las plantas de British Steel les hacían auténtica “pupa”.
La primitiva asociación de perdedores de la 2ª Guerra Mundial CECA, evoluciona tras el Tratado de Roma de 1957 a Comunidad Económica Europea y fundan la Comunidad Europea de la Energía Atómica. Disfrutando todos los componentes muchísimo de haberse conocido y compartido el mutuo resentimiento contra los tres. Que en un caso “les corrió” (La URSS) y a los otros dos que los puso a vivir, incluyendo entre estos vividores por cuenta ajena, a la imperial Italia del fascismo “nunca existente”.
Con la retirada obligada “del largo general, al que se le indigestaron las comidas calientes que le dieron en Londres”, a partir de 1969, ante una clara y manifiesta inmigración hacia el S. de la industria siderúrgica, alimentada con carbones coquizables, térmicos y minerales enriquecidos desde países ultramarinos, haciéndose necesaria la ampliación de la oferta – demanda en aquel teórico mercado interno, en 1973 por ampliación, admiten al UK, Irlanda y a Dinamarca.
Paralelamente a la realidad objetiva, sucintamente expuesta en los párrafos que anteceden, el “país de la trilocacion” y acólitos, “con los cojo… por corbata”, ante las actuaciones soviéticas y su progresión ideológica, impuesta a sangre y fuego (y eso, que faltaba por llegar el “Bloqueo de Berlín”), se vieron en la imperiosa necesidad de crear una alianza, que con base en el Tratado de Dunkerque de 4 de marzo de 1947, entre el UK laborista y la Francia socialista, dio lugar a que se materializase el “Tratado de Bruselas”, firmado en dicha ciudad, capital del Congo Belga, el 17 de marzo de 1948. En él, lógicamente, involucran al UK, puesto que en dicho momento, al igual que en la actualidad, era y es el único país en Europa occidental con capacidad ofensiva – defensiva. Pues aunque el resto de los firmantes: Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, trataron de encubrirlo como un “tratado de cooperación económica – social – cultural”, lo que realmente perseguían, era ni más ni menos, que asegurarse su defensa de forma colectiva y en particular la posible participación del UK, en caso de agresión contra alguno de sus miembros en Europa (recordar que en aquellos momentos existían amplios territorios coloniales no ubicados en el subcontinente europeo). El pánico de los continentales a la URSS y sus métodos de actuación, quedo claro y manifiesto en el presente tratado. La domiciliación de dicha Alianza en Fontainebleau, como llegado el momento veremos, cambia al arribar de nuevo al gobierno francés el “largo general”, que no perdonó las hambres atrasadas que le quitaron los ciudadanos del UK y de los USA.
Esa “pretenciosa” asociación de “vividores” y “olvidadizos perdedores”, tras encontrarse de la noche a la mañana con el ya aludido “bloqueo de Berlín”, como respuesta comunista a la creación de la “Bizona” por las administraciones ocupantes anglo – estadunidenses y la de los “invitados de piedra” franceses, al anunciar en junio de 1948, la reforma monetaria y sustitución del “papel mojado”, conocido como “Reichsmark”, pasando como fruto de las inversiones consiguientes del conocido como “Plan Marshall” al “Deutsche Mark”, con lo cual se daba principio a la estabilización de la economía de la Alemania occidental ocupada. Dejando con el “culo al aire” a la deprimida “oriental”, que debía de pagar con los correspondientes intereses, la reconstrucción de Europa Oriental. Este cambio monetario de “papel mojado” por otro con valor tangible, impidió a partir del 21 de junio de dicho año 1948, el intercambio comercial entre el Oeste y Este, con lo cual, al no admitir dicho cambio el ocupante ruso, que en ningún momento había cancelado las deudas de guerra y reconstrucción, terminó de hundir a la zona tomada y controlada por la URSS. ¡Toma… famélica legión… hambre, necesidades reales y total falta de libertad…! A partir del 18 de junio del 48, los alemanes orientales pasaron a saber en plenitud, lo que era ser auténticos “parias de la Tierra”.
Dadas las consecuencias derivadas de la expansión, imposición y actuaciones soviéticas en el subcontinente europeo y su proyección sobre África, Asia y Central - Sur América y, la realidad que se desprendía, de que a pesar de ser el UK el único miembro con cierta capacidad de defensa, ésta no era comparable a la proyectada por la URSS y sus “forzados satélites”, obliga a la “encubierta” alianza militar resultante del citado “Tratado de Bruselas” (“de cooperación económica – social – cultural y, un huevo…”) a recurrir una vez más, al “imperialista Yankee”, para que en el caso de necesidad les saque de nuevo las “castañas del fuego”. Ya que llegado el momento, salvo al UK al resto, se les “quemarían todas de nuevo”.
Como la amenaza proyectada por la URSS era real, tangible e incluso cuantificable, los “resentidos” se tornan olvidadizos y acogiéndose al dicho castellano “pelillos a la mar”, involucran a los USA para la puesta en marcha de la NATO “North Atlantic Treaty Organization”, a la cual lógicamente, la principal aportación francesa, fue su traducción al idioma de Víctor Hugo: “Organisation du Traité de l'Atlantique Nord” NATO. Acrónimo, que tras la posterior espantada del “largo general” y su traslado de domicilio a la capital del Congo Belga, Bruselas, prevaleció hasta nuestros días. Dicho “paraguas protector” de las democracias de carácter occidental, se crea por el Tratado de Washington de 4 de abril 1949, quien a su vez se asienta en el “espíritu” emanado del artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas.
A los iniciales países firmantes del “Tratado de Bruselas”, se unieron en primer lugar, los USA (quienes tuvieron que vencer los inconvenientes que establecía su propia Constitución, a la hora de aliarse con países extranjeros en periodos de paz) y Canadá, siendo posteriormente integrados en él: Dinamarca; Islandía (posteriormente se salió); Italia; Noruega y Portugal. Hoy tras la desintegración de la URSS y su sistema político de regímenes satélites de opresión total y pobreza integral, el número de miembros dentro de dicho Tratado son tantos como “los que bailaron en Belén”.
Lógicamente, Francia tenía que “dar la nota” de “gran potencia”, y en la seguridad de que, aunque se saliese de dicho Tratado, por su situación geográfica dentro del subcontinente europeo y el peso específico que su costa atlántica y mediterránea le concedía en el conjunto estratégico, le permite al “largo general” y “enana persona”, un nuevo desquite de los anglosajones de allende y aquende del Atlántico. Los “Yankees” y los “Tommies”. El “enano largo”, seguro del “paraguas ajeno” que cubría su boutade, no pudo olvidar que F. D. Roosevelt y el general de cuatro estrellas J. W. Stilwel (“Vinegar Joe”, for the friends) hubiesen afirmado con toda rotundidad: que “tras cien años de administración francesa, los indochinos están peor que a la llegada de los franceses” y, que “tras finalizar la guerra no podrían volver a Indochina”. Hecho que se cumplió con el apoyo explícito del UK. Sin olvidar asimismo, el “morrocotudo cabreo” que le produjo enterarse a posteriori, del acuerdo secreto existente entre los USA y el UK, en lo concerniente al bosquejo o borrador previo a dicho Tratado (“Pentagon Paper”: en la actualidad desclasificados). Dicho “cabreo” se traduce en la puesta en cuestión por parte del “largo general” y “enana persona” de la hegemonía ejercida por los USA y el UK en dicho Tratado. No calculando sus propias y reales limitaciones, redacta un “memorándum” que en fecha 17 de septiembre de 1958 le envía al Presidente D. D. Eisenhower y al Premier Británico M. H. Macmillan, donde exige un mando tripartito que pusiese a Francia y a él en particular, al mismo nivel que los dos anteriormente citados, e incluyese al “polvorín argelino” dentro de la misma cobertura que al resto de los países miembros. La respuesta no fue mandarle a “comer mierda”, porque ambos destinatarios del memorándum eran personas educadas, pero el NO fue rotundo. De ahí que haciendo honor a la “grandeur”, decidió organizar una defensa independiente para Francia, retirando la Royal en el Mediterráneo del comando OTAN el 11 de marzo de 1959; prohibiendo tres meses después y con fecha de 7 de junio de 1959 la entrada de armas nucleares en el territorio francés. Como contrapartida los USA transfirieron doscientos aviones a Francia y devolvieron el control de las diez mayores bases aéreas que habían operado en suelo francés.
Hasta aquí y a modo muy resumido, qué fue y cómo se conformó la CECA y actual CEE. Su complemento defensivo la NATO y el papel protagonista en vidas y haciendas, de los dos principales “paganos”, los “jodidos imperialistas Yankees” y los “pérfidos e insolidarios Tommies”. De ahí que una vez ubicados en quien es quien, pase a exponer todas las “barrabasadas” que largan los solidarios vividores a cargo y cuenta de los anteriores.
Capt. Willie
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