Un año más los Cristianos y los Católicos, en particular, como inicial rama escindida del judaísmo, celebramos la buena nueva del advenimiento al mundo del hijo de Dios hecho hombre, quien se encarnó en María, la humilde judía, hija de Joaquín y de Ana, de la noble tribu de David. Por tanto, judío ÉL.
Que la conmemoración de tan importante acontecimiento, su humilde nacimiento
y cuna, nos sirva de ejemplo en este actual mundo de medias verdades o mentiras
líquidas. Nos ilumine en la búsqueda de ese camino perdido y no encontrado,
cada día más disfrazado y distorsionado por eufemismos “buenistas”, no buenos, y sí conducentes al encanallamiento de las personas.
Cúmplase un año más mi deseo de paz y felicidad compartida, con motivo
de tan importante acontecimiento, por el cual, Él se hermano conmigo y con todos
vosotros, concediéndonos el don de compartir como Madre, a la suya: La Santísima
Virgen María.
Que la conmemoración de la buena nueva de tan radiante acontecimiento,
nos llene de felicidad, paz, prosperidad y seamos mejores con respecto a
nuestros semejantes.