Mientras
Europa observa entre el desconsuelo y la demagogia, la riada humana que recorre
su cuerpo de continente viejo, como un torrente de sangre que sin embargo no la
revitaliza, yo pienso que ha muerto. Contemplo con estupor su sonido ronco y
sibilante, el de los estertores de un cuerpo en coma. Si proyecto mí vista más
allá, al otro lado del Océano, no me encuentro nada mucho más halagüeño; un
continente que en pleno pavo, a ratos olvida su infancia, y otros, sueña con
una madurez que no sabe digerir.
Alguien me dijo el otro día que lo que hay en Normandía no son adornos de jardín, sino cruces blancas de hombres que vinieron a morir a esas playas por la libertad. No voy a entrar en el concepto de la guerra, en su necesidad o no, no creo en ellas, pero siempre me pregunto, ¿qué haría yo si alguien invadiera mi casa? Recuerdo el maravilloso cuento de Cortázar, “Casa tomada” y reflexiono si eso no es lo que han hecho los sirios con la suya, cerrar con cuidado la puerta e irse.
Cedido por el blog "Audrey y yo"
Alguien me dijo el otro día que lo que hay en Normandía no son adornos de jardín, sino cruces blancas de hombres que vinieron a morir a esas playas por la libertad. No voy a entrar en el concepto de la guerra, en su necesidad o no, no creo en ellas, pero siempre me pregunto, ¿qué haría yo si alguien invadiera mi casa? Recuerdo el maravilloso cuento de Cortázar, “Casa tomada” y reflexiono si eso no es lo que han hecho los sirios con la suya, cerrar con cuidado la puerta e irse.
Me
pregunto ¿por qué no se han ido en la otra dirección? La que les lleva hacia
países enormemente ricos, como Dubái, y con los que comparten historia y
tradición. No me mal interpreten, siento un enorme dolor por los refugiados,
pero en el fondo, lo que pienso es: ¿Cuánto más vamos a seguir ignorando el
verdadero problema? ¿Cuándo nos vamos a quitar la coletita de la demagogia y el
pañuelito y afrontar la verdad? No habría refugiados sirios, si Europa y
América, no hubieran estado contemplando, sin despeinarse, una guerra que ha
destrozado un país ¿Pero quienes han originado esa guerra? ¿Qué ideas subyacen
bajo ese sitio? ¡Ah, claro! que hablar de eso, igual nos lleva a admirar a
Israel, por llevar años taponando una herida con dos manitas, pero claro, la
herida ha ido creciendo y ahora, por ella, se escapa una hemorragia de personas
que recorren el cuerpo cansado de un continente sin líderes, exangüe.
Lo
políticamente correcto ha llevado a que este Continente lo lidere una
estudiante de Física que no pasa, en lo político, de ser una correcta
administradora. Lo que lidera lo que queda de este país, ni lo menciono, y en
el de al lado, parece que el carisma lo reservan para la entrepierna y sus
asuntos. El otrora gran país, cuna de las libertades, EE.UU, se ha convertido
en un huertito ecológico regido por alguien de apellido y sentimientos más
cercanos a lo que combatimos, que a lo que debiéramos abrazar.
El
premio nobel de literatura del año 1953 dijo: “Los fascistas del futuro, se
llamarán a sí mismos antifascistas” Interesante predicción; ni Nostradamus
acertó tanto por mucho que algunos se empeñen. Su nombre era Winston Churchill,
y en él pienso a menudo. Imagino su cara de estupor si contemplara este
continuo debate estéril en que hemos convertido todo. Creo, sin temor a
equivocarme que ningún sirio quiere ser refugiado. Todos ellos querrían seguir
en su casa llevando su vida, pero se lo han impedido, y los líderes mundiales
en lugar de hacer algo al respecto, ahora se preocupan de dar bocadillos, o de
no darlos. Cualquier cosa menos solucionar la enfermedad.
Así
Europa sigue en coma, y la hemorragia avanza, y no será la primera, ni la
última, porque las enfermedades que no se curan, solo van a más.
Lo
más triste es, que si otro Churchill naciera, no llegaría a Presidente nunca. Probablemente
se habría arruinado pagando abogados y demandas, o le acusarían de fascista, o
de hijo de la Gran Bretaña. Hoy en día no se puede decir nada que no vaya
precedido de un: “Señores y Señoras”, un “presuntamente”, un “quizás”, y todo ello con mucho diente y
mucho talante. Todo el mundo habla como si quisiera evitar que sus palabras tuvieran
repercusión o calado, otra cosa, no me explico. Hay que atender a las minorías
políticamente correctas, pero a las otras no. Vamos, que los tontos tienen
derechos y los listos no.
Hoy
en día se premia lo tibio, lo ecológico, lo soft, y así, en un mundo de
“suavones”, los que no lo son, se van a cargar mil años de civilización en
menos que se tarda en decir Amén. ¡Porque claro!, de Palmira, ni hablamos…Cedido por el blog "Audrey y yo"
No es Ud. clarividente, es puramente EVIDENTE, la civilización occidental a la que hacen referencia. Con los políticos "suavines" terminará como con la actual apertura a Cuba.
ResponderEliminarTristemente no parece que para todos, sea tan evidente como para usted dicha realidad.
ResponderEliminar