Por distintas personas más o menos próximas, en ambientes y situaciones diferentes, se me advirtió de viva voz y/o por escrito, que fulano, citano o mengano, me tenían envidia, y que éste u otro comportamiento hacia mí, eran un claro manifiesto de la misma.
La
pereza (de acuerdo a mi educación: madre de todos los vicios), con la avaricia y la envidia son los únicos pecados capitales de los que
honradamente me considero exento. Suelo distinguir, por los comportamientos
individuales y colectivos, los efectos que los dos primeros ejercen sobre las
personas que los padecen. Apreciando asimismo la presencia del tercero: la envidia, cuando está dirigida a otras
personas o colectivos. Contrariamente cuando en mi entorno familiar o de
amistad alguien me indicaba que desataba envidias en tal persona, grupo o
cuerpo, nunca lo quise aceptar, ya que a priori era juzgar mal sin razón
aparente para ello, queriendo siempre interpretar por mi parte, que donde los
que me advertían veían envidia, quizás
fuese el rechazo que yo pudiese crear, dada mi forma de ser, pensar y/o
de comportarme. Queriendo presuponer que eran antipatías o incompatibilidades
de carácter que me ganaba a pulso.
Pude
apreciar que el tiempo (como magnitud física) en su discurrir, diluye todos los
fallos y faltas de las personas a las que queremos, pero que el mismo tiempo
transcurrido, no consigue hacer olvidar al que padece el mal de la envidia, el
motivo o sin razón de la misma. Así, mal que me pese, debo de admitir humildemente,
por las pruebas evidentes de las acciones y omisiones de que estoy, siendo
objeto, que sí. Desaté envidias en el pasado y las desato en el presente: pues en
mi caso “el silencio de la envidia está
lleno de ruidos”, siendo estos tan sonoros, que ya no puedo ignorarlos.
Atruenan.
Sin pretender hacer un tratado sobre dicho
mal, pero si recurriendo al Tomismo y por tanto al legado de Santo Tomás de
Aquino, filósofo, teólogo, Doctor de la Iglesia y miembro destacado de la Ordo Preadicatorum, Dominico: “El
principal pecado es el orgullo o soberbia, ya que es un pecado del espíritu.
Así solo la soberbia y la envidia son pecados de índole espiritual”. Lo cierto,
es que ahora llegado el momento donde tuve que aceptar ser objeto de envidia,
comprendo el porqué de las acusaciones más o menos veladas que siempre padecí;
el de ser Soberbio, pues dicha afirmación me negaba toda posible virtud y daba
pie a justificar la inquina que en ciertos ambientes cosechaba: Envidia, que en
nada y en todo tenían que ver con mi ser – estar – hacer.
Lo peor de todo, es que dicho “pecado del espíritu”
asociado al justificante del orgullo o soberbia, se transmite por herencia.
Extremo este, que ante las evidencias contrastadas que tengo: Yo heredé y a su
vez transmití a mí adorada hija y ésta a la suya, la no por nietina, menos
adorada. Pues el argumentario utilizado es el mismo. Nuestra hipotética
soberbia justifican todas las malignidades que se nos puedan adjudicar y de
paso hacer: Si actuamos con magnanimidad, no es por nobleza, es por hacernos
los “guays”; si dentro de nuestras posibilidades ayudamos a alguien, no es por
caridad, es para que vean que tenemos posibles. A esta “peripecia que me es
furtiva”, con harto dolor, llegué este largo fin de semana, del cual,
procurando lo mejor de él mismo, me reconciliará con todos los envidiosos la Santísima
Virgen María, mañana día 15 de agosto, bajo las múltiples invocaciones y advocaciones.
Que ella nos asista y bajo su celestial manto nos dé cobijo.
אנחנו יכולים לכתוב באנגלית או עברית , אך שלח דודנו יהושע , שכותב בספרדית של ספרד . אנחנו רוצים שכולם יבינו .
ResponderEliminar“se hace preciso ser muy ecuánime, para soportar una tras otra comparaciones personales y siempre quedar en ellas desfavorecido en analogía contigo, y por tanto “lejos de ti y por debajo de tu calidad humana”. Tú esta realidad nunca la evaluaste.” En tu pensar y actuar, todos estamos a tu mismo nivel. Craso error en el que incurriste, y retrasaste muy largo tiempo en descubrir. Nosotros hacemos una interpretación de este párrafo copiado de un amigo de tí.
Tío Rafael y tía Raquel por presunción, el tío Joshua y las tías, entre ellas mi mamá, tus hermanas y nosotros tus primos, desde niños aprendimos a saber cómo tu eres y por tanto siempre a quererte mucho y respetarte más.
Bekie y Fiona tus hermanas, leen y releen “El silencio del envidioso está lleno de ruidos…” y creen que estas muy abatido, y les confirma la su impresión, cuando leen y releen los “Yo” de la prima Eve, que ellas ven que los dedica a tu estado de abatimiento.
Te ordenan que recuerdes que ellas tus hermanas y tus sobrinos están aquí y nosotros tus primos, te recordamos que también estamos.
Con la independencia de las posibles conversaciones telefónicas que mantengáis y nosotros mantengamos, recordad que en el octubre todos nos reunimos juntos para la celebración del natalicio de tus hermanas chicas “tus twins”, ellas ni nosotros nunca olvida tu provocación con la frese entrecomillado.
Tu primo que mucho te quiere y mucho te respeta y que actúa de mero amanuense.
Joshua
Tus hermanas te ordenan no las corrijas, las publica y no las quita del presente.
Mis queridas gemelinas o “my twins”, sobrinos y primos:
EliminarGracias por el cariño y apoyo que públicamente me mostráis, puede que tengáis razón en lo concerniente al tiempo perdido por mi parte; el rectificar parece ser cosa de sabios y aunque tarde ya corregí mi reiterativo error.
Hermaninas, de las instrucciones que le dais al primo Josh, veo que estáis perdiendo el judesmo que cotidianamente hablábamos en casa. Quisiese creer, que al igual que Willie habla bien el idioma de ספרד, me consta que Rachel, a pesar de su timidez telefónica, lo habla también. Id tomando clase con los niños y recordando con ellos, o en octubre creamos una república independiente con cuatro ciudadanos (Willie Sr., Willie Jr.,Rachel y Adriana Jr.) y os dejamos fuera de la misma, en unión de los otros tres de los que me acompaño.
Yo también os quiero mucho y os pido (no os ordeno) que me lo digáis por teléfono, webcam o email, no a través del blog.