En este viejo país, al que un conocido
cantante le dedicó una entrañable canción, que en su letra y música recorría
magistralmente sus regiones y las peculiaridades propias de cada una de ellas.
Sin caer en ningún tipo de “patrioterias”, definía magistralmente el concepto
que los entonces españoles “todos”, teníamos de esta vieja piel de toro y de
las distintas gentes que las habitábamos. Si bien es cierto, que de aquella
vivíamos bajo un régimen dictatorial, donde las libertades estaban
auténticamente limitadas. Lo que no estaba limitado era el sentido de la
patria, ni por “rojos” (los perdedores de la guerra civil 1936 – 1939), ni por
“azules”, (vencedores de la misma, aunque no “convencedores”). A pesar de la
proximidad en el tiempo de la fratricida conflagración a la que se hace
anterior referencia, la vida emergía y se prodigaba: en mi generación, extraña
era la familia en la que nuestros progenitores, padre – madre, no procedían
políticamente de “bandos contrarios”. Lo cual, a nosotros sus hijos, nos
permitió convivir con las historias
reales, contadas y vividas por los propios protagonistas de ellas.
Así la gran mayoría crecimos conociendo de
primera mano los desmanes cometidos por los “unos” y por los “otros”, por la
“checa” y por las “banderas” y/o “tercios”. En mi caso y en el de mis hermanos,
debidamente documentados por padre – madre y tíos carnales, involucrados en las
“primeras líneas” de ambos bandos. Dejando aparte los “ajustes de cuentas”
entre militares profesionales, incluidos oficiales generales (que alguno hubo),
con profundo conocimiento, puedo hablar de las “sacas” realizadas en el Madrid
de los primeros momentos del “golpe de estado”, de las no tan inmediatas, donde
se hizo famoso el “Marques de Paracuellos”, aquel, que… por si las moscas,
antes de su regreso, dejó transcurrir los veinte años que marca el derecho
penal. De aquel Madrid, de los crímenes cometidos en la base naval de Cartagena
y a bordo de algunos de los buques en aquella siniestra época, podría incluso
dar relación nominal de asesinados, extremo que evito para no ahondar en
heridas, reciente e interesadamente abiertas con el único fin de justificar la
estulticia, ignorancia, resentimiento, mala fe y el impúdico exhibicionismo del
más elemental desconocimiento y consciencia de la existencia de la “cultura de
la responsabilidad”. Eso que en el mundo anglosajón, aunque también se esté
perdiendo, aún se sigue utilizando y denominando “accountability”; algo tan
elemental, como responder, rendir cuentas de las tareas confiadas y de la
confianza depositada, que entraña la percepción de unos votos recibidos en las
urnas. De todo esto dio muestras claras el “más nefasto” de los Presidentes del
Consejo de Ministros que España tuvo, y que a poco que nos descuidásemos, sería
superado por el defenestrado Sr. Sánchez y su “troupe” de demócratas, similares
a él: máxime máximorum el 50% de afiliados, unos 90.000, le respaldan. 90.000
como mínimo, le mandaron al “carajo” y de los cinco millones y medio escaso que
lo votaron, si quisieran que saliese por “peteneras” (mal bailadas, bien es
imposible que haga algo) hubiesen votado directamente a “Pablemos” y a su haren
en “descomposición política”
Pedir peras a los olmos, es una obviedad propia de libro. Pedir a dos
“analfabetos intelectuales”, con el agravante de ser poseedores de título
universitario y “resentidos sociales”, que antepongan a ellos, algo tan
“empírico para su ombligo”, como el concepto de País, Nación, Estado, es
demasié para su body. Así se explican los “dos grandes servicios” prestados a
este viejo País, Nación, Estado, al cual, dados sus preclaros conocimientos y
más aún, conceptos, de la historia, con tal de subsistir ellos políticamente,
lo demás, quedó claro, les importa una mierda.
Como tal “mierda” y con la misma carencia
de “accountability”, se comportan esos “salvapatrias”, que por no estar
integrados en las “castas”, tratando de crear una nueva, la de ellos, plantan a
nuestras (a las de todos) FF.AA. y al Benemérito Instituto de la Guardia Civil,
en el día de la Fiesta Nacional y en el de su Santa Patrona, respectivamente. ¿Qué
se puede esperar de alguien que ignora, que dentro del sentir popular: Ejército
- Guardia Civil – Policía Nacional, suscitan las mayores simpatías dentro del
sentir ciudadano? Claro está, de la ciudadanía normal, no de la de los
“salvapatrias” y afines.
Robaperas, papanatas, culicagados a cual más
“correcto políticamente hablando”, existen aquí, allende el Atlántico –
Pacifico y en el mundo entero. Lo malo o aún peor, es cuando tanto correcto y su subsiguiente corrección política, conducen a
la deformación sistemática de los más elementales principios de la equidad como
concepto: “Justicia
natural, por oposición a la letra de la ley positiva” o “Cualidad de un trato en que ninguna de las partes sale injustamente
mejorada en perjuicio de otra”. A mi humilde forma de ver y entender, en modo alguno se da en
ese “pastiche pestilente” orquestado por los benefactores de la humanidad
“Hermanos Castro” (Yo diría Castrones), esos buenistas, robaperas, papanatas e
ignorantes “corre ve y dile” Noruegos y toda la bola de ojetes de la que el Sr.
Santos se acompaña.
La PAZ, con mayúsculas, solamente se
alcanza con la EQUIDAD, con mayúsculas a su vez. Todo lo demás es CLAUDICACION.
También es cierto que nos toca vivir un mundo donde el que no claudica, es
tachado y denigrado, craso ejemplo, el que sufre en estos momentos D. Álvaro
Uribe. Llevar a la mesa de negociación a alguien prácticamente derrotado y
dejarle salir vencedor de dicha negociación, solamente puede hacerse a cambio
de un permio Nobel. Nunca fui fan de Dylan, pero el hecho de que mandase a
quien proceda, que se metan el Nobel en el culo o donde les quepa, le hizo
ganar muchos puntos conmigo.
Aclarar que cualquier Diplomado en
Magisterio, para poder ejercer en su profesión, dispone, mínimo, de una docena
de Diplomas acreditativos en distintas materias. Qué decir de los Marineros de
Cubierta o Máquinas, que para poder desempeñar el papel de subalternos tienen
que disponer mínimo de: Supervivencia; Contra Incendios; Quimiqueros; Gaseros,
etc., etc. Diplomas que se obtienen tras superar pruebas teórico – prácticas
realmente serias.
¿Quién tiene que dimitir, el que lo
nombró o el nombrado? ¿Qué credibilidad se le puede conceder a una organización
que asienta su “escalafón” en la falsedad documental? Entiendo que el Vaticano
I, concedió la infalibilidad, de ahí que aunque recortado, me quede con el
Vaticano II, y lo que pudo ser… y se encargaron de que no fuese…
Entiendo que los “piramidales” tienen cierto poder,
pero lo que no deja de hacerme gracia, fue la forma de dar la noticia de la designación
de jefuco provincial de la “obra” (de la de ellos), y como anexo, que allá en
Roma, los SJ nominan Prepósito General de la Compañía de Jesús a un Venezolano
llamado Arturo Sosa.
La verdad,
sabía que eso de tener un Santo (de difícil invocación por lo largo de su
nombre) en los altares era muy importante, pero hombre, que se compare al
provincial piramidal con el General de la Compañía, ya me parece pasarse unos
cuantos pueblos…
Esto es
lo que hay, y no existe más cera que la que arde… Y a este ritmo, o mucho me
cambio y me cuido o voy a estar jodido, me voy a condenar todo, todo y a arder…
como la cera.
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