Con hondo
pesar por no poder sustraerme a la zozobra, que como humano me genera el
ominoso orden político, social y económico que me rodean, sin ni siquiera la esperanza de poder sentirme
reconfortado con la ayuda que la religión, la mía, la Católica, me pueda dar,
por esa clara cobardía, oportunismo y dejación de funciones de sus Jerarcas y
corte de “carreristas” de los que se rodean.
Hoy, en
tan señalado día como es la reiteración del milagro de la resurrección de
Jesús, el hijo de Dios, un día encarnado en mi santísima madre María, de la
tribu de David, por sí judía y por tanto, el hijo de Dios en ella encarnado
judío. Excelso y exclusivo revolucionario, que asentó su revolución
libertadora, en un único e inicial
mártir. ¡Él mismo! y por la redención de toda la humanidad sin excepciones, ni
cuotas.
A pesar
de todas las tribulaciones y pesares, que son muchos y muy serios, sucintamente
expuestos en el primer párrafo, no puedo menos que desear a todos mis lectores,
amigos y demás personas de buena fe:
MIS MÁS SINCEROS DESEOS DE PAZ Y FELICIDAD y que Él tras su experiencia de “descenso a los
infiernos”, nos acoja y acoja con esa su innata e infinita benevolencia, a los millares y millares de
españoles al día de hoy fallecidos, fruto de la dejación de funciones de unas
autoridades políticas mandantes y no gobernantes, a las cuales, de cumplirse
los más elementales principios de la justicia divina y humana, deberíamos ver
sentenciados por el delito de lesa humanidad y estragos, sobre la indefensa población
civil.
Que Él, con
su triunfante resurrección, ante tan aciagos momentos, nos dé la fe y el valor
necesarios para poder sobrellevarlo.
Capt. Willie
Amén
ResponderEliminarMuchas gracias por su "así sea".
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