sábado, noviembre 06, 2021

No te acerques a una cabra por delante, a un caballo por detrás y a un tonto por ningún lado. (Part one)

                                                                                                              Antiguo proverbio judío

   Aquellos entre los que me incluyo, que tuvimos la suerte de no haber nacido en grandes ciudades, ni en barrios más o menos pobres o ricos, sí en zonas rurales periféricas de un puerto de mar, consolidado como tal desde el mismísimo imperio romano, sabemos por conocerles la “leche” que da la cabra por delante, con los dos cuernos que adornan su occipital. Mejor aún, la de todo cabrón que se precie, sea de cuatro patas o dos piernas. Del caballo y sus coces, qué decir, de las patadas que sueltan al hablar y no pensar algunos bípedos y no precisamente canguros, Él con su inmenso poder nos libre.

    Los tontos por sí y para sí son mucho más dañinos que los caprinos y equinos, de ahí que sin llegar al tonto y por añadidura cabrón, que de todo hay en la “viña del Sr.” y que en el asiduo deambular por la vida, te “tropecientas” con ellos. Tristemente, también existen otros dignos de todo respeto y consideración a los que a simple vista, por sus rasgos físicos se les aprecia su majadería congénita, a los cuales en la actualidad y para ser políticamente correctos, se les define “batimétricamente”, de acuerdo a su “grado de profundidad”. En el caso generalizado de los primeros, los que más abundan, dado su altísimo número, te conducen a dudar de la “sapiencia” de aquel “jodido” sueco machista él, de nombre Carl von Linn, que por una serie de características de orden físico – morfológico calificó de Homo Sapiens, olvidándose del “elle” y otras bobadas “made in spanish nonsense minister”. Él en su inmensa sabiduría y bondad le haya perdonado por tamaña metedura de pata. Mira que no mencionar el “elle” y encuadrar por las características biológicas a la referida ministra, como “sapiens”… es toda una pasada.

     Mor a la referida y no nombrada, en esa lógica evolución a la que magistralmente en lo morfológico hace referencia el “sueco”, pero que en la batimetría del intelecto ignoro con que sima marina se la puede comparar. En lo que a esa “sapiencia” concierne, nos encontramos con una especie que por sí misma y en la última centuria, debido a la proliferación de los medios de comunicación de masas y vertiginosos ascensos, se reprodujo como los champiñones, en la oscuridad y entre la mierda. Dando lugar a la aparición del “Estulto Pijo Progre” en acrónimo (E.P2).

    Esta clase de tontos que todo lo que tocan, por acción u omisión, siempre lo “joden”, inicialmente surgen entre los “tontos de capirote”, hoy dentro de la política de lo correcto, definidos en función del grado de profundidad, ignoro si en metros, brazas o pies. Cuando el citado de “capirote” llega normalmente por la puerta falsa y otros por la de atrás, algunas también por la de adelante, y accede a una posición socio – económica con la que su intelecto (caso de tenerlo) no se corresponde, viéndose él, pobre de luces, en la inexcusable necesidad de adecuar los escasos conceptos que cree conocer, ignorando por supuesto los billones de los que por su propia cortedad mental ni vislumbra, acude a mostrar y demostrar su necedad en base a recursos “trillados”: manifiesta que es ateo, de izquierdas (pero no zurdo), antisemita y pro Palestino. En resumen: sucedáneo de no ser nada. Un simple y mero “panzista”.

    El “escribidor” del presente y de los 257 que le preceden, en más de una ocasión habló de los “EP2” o “estulto pijo progres”, al igual que habló de sus hermanos los árabes y de los discípulos del Profeta, claro está, de los descendientes de Ismael y de los musulmanes. Lo hizo en este blog y en múltiples y variados foros, algunos de estos últimos, con cierta entidad y llegado el caso trascendencia.

    En el párrafo precedente, escribo la palabra hermano y a los “EP2” de turno, antes de “enseñarles” lo que me consta dentro de su supino NO SABER ignoran. Para ilustrarles, les voy a relatar una anécdota ocurrida entre “hermanos” y “primos carnales”. Allá por el año 1973 e.C., en un dado momento, donde al estado de Israel le pintaban bastos. Una noche en una escucha radio, se oyó una petición de socorro que realizaba una emisora civil siria, en la que se requería urgentemente un determinado grupo sanguíneo para la obtención de plasma, con el fin de tratar a dos pequeños gemelos o mellizos, niño y niña, abrasados no quemados, por un bombardeo. Esa misma madrugada,  un Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, acompañado por dos suboficiales, para más señas drusos y tres rasos. Los cinco voluntarios, siguiendo a su jefe natural, “montaron” y realizaron una operación particular y personal de comando, desembarcando en tierra enemiga y “tomando” por las armas, en pacifico asalto, un maltrecho y “desprotegido hospital civil”, a donde con gran asombro, no exento de auténtico pánico por parte de los componentes del “comando” y del personal sanitario. A estos últimos, se les puso a “disposición el brazo” del susodicho jefe. Dentro del total nerviosismo imperante y con una profesionalidad asombrosa dada la situación, el responsable de hematología, realizó en un plazo “eterno”, que no alcanzó a los 98 minutos, las acciones rutinarias conducentes a ejecutar el “vampirismo” necesario. A pesar del miedo de todos los involucrados y antes de la “salida por pies” de los en esta ocasión pacíficos invasores, por turnos, los seis aprovecharon la ocasión para poder depositarles un beso en su “manina” a cada uno de los niños. Tratándole de hacer razonar a la atribulada madre, que de los seis invasores, dos eran sus hermanos y consiguientemente tíos de los niños, puesto que eran como ella, descendientes de Ismael, mientras que el jefe - donante y los tres rasos, eran primos carnales de ella y consiguientemente,  tíos segundos de los niños, pues descendían de Isaac.

   El hecho tan sucintamente relatado en el párrafo anterior, quedó en su día reflejado en una causa judicial, con vista incluida, en la que inicialmente algunos de los personajes quedaban exonerados en base a la obediencia debida, exoneración a la que unánimemente y a pesar de las posibles consecuencias penales, de forma voluntaria renunciaron. Oídas y estudiadas las declaraciones de los… ¿Cómo definirlos…? Por el tribunal, tras una rapidísima instrucción, la Sra. Jueza designada para la vista, tuvo a bien dictar sentencia absolutoria, con una muy seria amonestación para el jefe, aunque sí eximiéndole de dar explicaciones dentro del ámbito jerárquico militar. Este hecho con toda su trascendencia se juzgó en un tribunal civil y con todas las garantías que un estado democrático pleno les concede a sus ciudadanos. Es posible que de considerarlo de interés y siempre salvaguardando por razones de seguridad, la identidad de los implicados, con la desclasificación de documentos en proceso, este hecho vea la luz y sea de conocimiento de aquellos a los que les pueda interesar. La niña abrasada, a posteriori, estudió medicina en una Universidad Española y si la actual “intervención salvadora y liberadora de los ayatolas” en su país Siria, no lo trastocó, el entonces niño, es un próspero empresario panadero.

   Dada la cultura a la que pertenezco, siempre que la ocasión lo requiere, suscribo la afirmación: que no conozco a nadie que desee la mujer de un Sr. al que no conoce y por supuesto a ella tampoco, que parece ser que vive en las inmediaciones de Eilat o de Tokío: me da igual el lugar geográfico. Por el contrario, si sé y me consta, que lo que se desea es lo que está próximo. Que sí se desea a la vecina del quinto, a la del sexto o a la de la puerta de enfrente. Hecho que extrapolo a las diferencias que son susceptibles de ocurrir entre vecinos y más aún hermanos. Cuando a mi difunto abuelo Z”L alguien le comentaba lo bien que se llevaban los hijos de tal o cual, tras el fallecimiento paterno, siempre planteaba la siguiente pregunta ¿Ya partieron la herencia…? Yo hoy y ahora, a mi vez pregunto: ¿Cuál de los dos descendientes de Abraham, es el primogénito? He ahí la cuestión que de antiguo nos separa, siendo por supuesto más semántica que real. Durante siglos vivimos sin mayor problema tal pregunta, quedando a la mera cábala de un “cabildeo de notables”, en los que el pueblo llano y por supuesto mayoritario, en absoluto participaba.

    De mis creencias de índole transcendental, cualquiera que me conozca o me haya leído con anterioridad las conoce. Nunca las oculté. No obstante a ellas y a ser totalmente respetuoso con las ajenas, aunque no sean concordantes con las mías, distingo perfectamente la fe y la ciencia aplicada a la historiografía y asentada en la arqueología sería, la que diríamos científica y exenta de mesianismos.

   Siguiendo un lógico orden y no solamente el alfabético, me referiré a los amorreos, filisteos y hebreos. Los sucesivos hallazgos arqueológicos de la Cultura Natufiense, así definida por la arqueóloga D. Garrod, la establece como uno de los primeros pueblos mesolíticos que dejan clara huella en la región del Medio Oriente, permitiendo establecer su rastro, hacia el 12.000 BP o 10.050 a.C. a 9.875 BP o 8.285 a.C. (sentadas dichas dataciones en el yacimiento israelí de Wadi-en-Natuf). Su asentamiento físico puede determinarse sin total precisión cartográfica sobre el actual área, comprendida entre el S. del desierto sirio hasta la cuenca media del río Éufrates, incluyendo parte del Sinaí, Israel, E. Bank, Líbano, parte del W. de Jordania y del E. de Siria. Al N. las montañas del Taurus, meseta de Anatolia, montes Zagros y en el E. con límite en las cuencas hídricas del Éufrates y Tigris.

    Como resultado de los trabajos arqueológicos realizados por los SJ. Alexis Mallón y Robert Koeppel, en el periodo comprendido entre 1929 y 1938, en la parte baja del valle del río Jordán, más exactamente, en las romas colinas de Talaylât al Ghassûl, próximas a Jericó y al NW del mar Muerto. Encontraron rastros fehacientes de la denominada cultura Ghassulian, que posteriores excavaciones realizadas por el también SJ. Robert North entre 1959 y 1960, confirman y ratifican. La dicha civilización que se desarrolló en el periodo Calcolítico Medio y tardío, aproximadamente delimitado por el 6.350 BP o 4.400 a.C. y 5.450 BP o 3.500 a.C.

    La existencia acreditada de estas dos civilizaciones, son prueba evidente de la antigüedad poblacional de esta área del Medio Oriente y su importancia como “cruce de caminos” con los pueblos y futuros imperios emergentes en el área de influencia. Con esas y con todas, la “conocida” como edad del bronce, no encuentra una entidad política consolidada, dándose pequeñas ciudades – estado de origen amorritas, amoritas o amorreos, pueblo con origen semítico, indoeuropeo, muy belicosos y formados por tribus nómadas con periodos de seden tizarse. Como resultado de distintas excavaciones, con independencia de leyendas patriótico – religiosas, se pueden nombrar   como muestra de las citadas ciudad estado a: Hatsor, Lakish o Megido, gobernadas por las correspondientes élites tribales. Estoy afirmando, pobladas por amorreos y cito su ascendencia semítica.

    Sobre el 3160 BP o 1.210 a.C. las obligadas migraciones que crean los Pueblos de Mar, semitas cananeos, en los convulso movimientos migratorios y sucesos que ellos encierran. Dieron origen a la presencia de los originarios hebreos y filisteos, admitiendo como posible el desplazamiento de primitivas tribus fenicio – púnicas por otras originarias de Mesopotamia, entre las cuencas hídricas del Éufrates y el Tigris, hechos estos que por sí justifican la presencia de los hebreos en la región.

     Al día de hoy mucho más difícil de precisar el origen de los filisteos, población de la que tenemos referencias a partir del “bronce tardío” y siempre por testimonios indirectos de procedencia egipcia, asiria y/o hebrea. Por el contrario si se conoce su aproximado asentamiento, en un  área geográfica, que más o menos podría coincidir con la actual zona de Gaza y límite N. en las inmediaciones de la contemporánea Tel Aviv.

    ¿Su origen era insular…? ¿Procedían de algunas de las islas próximas a las costas de Medio Oriente…? O por el contrario, su cuna sería continental y migrarían de la península de Anatolia. El punto de partida, aún hoy, sigue levantando controversia, siendo un hecho que a priori resulta extraño, ya que en aquella, su organización pentatárquica de ciudades, no solamente confirió su identidad en la franja costera, proyectando una considerable penetración hacia el interior. Se supone que inicialmente mantuvieron enfrentamientos con los cananeos asentados de antiguo en la zona, quienes en colaboración con los hebreos, que habían comenzado el retorno de la emigración forzada a Egipto del 3.725 BP o 1.775 a.C., se hicieron fuertes y comenzaron la conquista de la “Tierra Prometida”.

     Al que esto suscribe, tras poner en un dado momento de su vida, muchísimo interés en “aproximarse al conocimiento” de los filisteos, no le resultó fácil el tener que aceptar que, a pesar de ignorar cuál era su originaria cultura, ésta fuese tan rápidamente diluida en la cananea y hebrea.

     A nivel personal, ni tan siquiera de niño fui capaz de digerir las historias de los únicos filisteos a los que “llegue a conocer” por su nombre: el gigante Goliat y su homónimo Sansón. (“Dalilahs” en el discurrir de los años conocí algunas). Llevándome a la creencia, que posiblemente con respecto al resto de los pobladores contemporáneos del área, fuesen más fuertes y corpulentos, de ahí que desde niño a todo aquel que consideraba sobresaliente por su fortaleza física, aunque no por su inteligencia, en mi fuero interno lo calificase, de “filisteo”.

     En esa mi especialidad de llevar la contraria a los bien pensantes, que no siempre son bien pensados y mucho menos acertados y en contra de las “grandes teorías” desarrolladas por sapientes cabezas. A inicios de la década de los 70s del pasado siglo XX, tras “andar” y “patear” profusamente el área y estudiar en profundidad cuanta documentación directa o colateral pude recopilar (que por tratarse de la materia que es, fue muchísima), afirmo y mantengo, que la etimología de palestino, tiene de griego, lo que yo de marciano. Muy a pesar de mi pobre español y de mi reconocida mala acentuación, la adjetivación de “palestino”, que facilita el DRAE es la única creíble, para aquellos que no ignoren la carencia de vocales en hebreo, de ahí que “P L S H T” como raíz a la hora de pronunciarlo resultaría algo “parecido” a “pelisti”, que guste o disguste, literalmente traducido significa “EXTRANJERO o EMIGRANTE”. Hecho este que dada su presencia con respecto a la sucinta y sucesiva aparición de pueblos y culturase en el área, resulta totalmente lógica.

    Con independencia de las afirmaciones del “Libro de los Jueces”, contrastada que fue la existencia del bíblico rey David y remitiéndonos a los hechos. Si bien inicialmente los “inmigrantes” llevaron las de ganar, manejaban armas de hierro, las circunstancias del momento, con la manifiesta debilidad de los imperios vecinos y el prestigio del citado rey David (2.960 BP o 1.010 a.C. a 2.905 BP o 955 a.C.), invirtieron las tornas, dando como resultado la victoria de las tribus hebreas y la unificación de lo que serían los reinos de Israel y Judá. Las victorias de David no solamente fueron sobre los filisteos, a los que sometió a vasallaje y como anteriormente se indicó, los “semitizó” en un relativo corto periodo de tiempo. También venció a sus vecinos amonitas, edomitas y moabitas. En estas guerras conquistaría Jebú, a los jabuseos, ciudad que convertiría en Jerusalén y por su posición estratégica en la capital de su reino.

    Sin menosprecio alguno para la fama de sabio de Salomón, su hijo, lejos del ánimo de ofender ninguna creencia, reiterándome en esos “personalismos” que fruto de “patear” y “husmear” en el área poseo. David, a la visión de alguien que tiene a sus dorsos prácticamente todos los cursos de Estado Mayor existentes, quizás no fuese un sabio, pero sí uno de los mejores estrategas de la antigüedad y modernidad, a quien en un dado momento el imperio otomano, usando los popes ortodoxos, imitaron.

    Nadie que estudiase in situ Jerusalén y la evolución como ciudad desde la antigüedad conocida, podría dudar de los esfuerzos que David realizó para dotarla de las infraestructuras propias de una capital de la época, lo mismo que a nadie con dos dedos de frente se le escapa, el “maridaje” político – religioso, que crea y organiza, fuente y origen en su momento de la fuerza de los hebreos y mantenedora al día de hoy de la “llama viva” que dura y perdura contra todo desaliento.

     Su “sabio” hijo Salomón (2.905 BP o 955 a.C. a 2.885 BP o 935), mostró al mundo entonces conocido, la magnificencia del Templo de Jerusalén, orgullo de los coterráneos y motivo directo del declive económico, ya que los gastos suntuarios que tal despliegue exigía eran insostenibles para la economía del reino, viendo los “paganinis”, las diez tribus del N. su financiación, como un claro signo de opresión y atropello. Tal esplendor duró, mientras duró la herencia recibida por su hijo Roboam (2.885 BP o 935 a.C. a 2.863 BP o 913 a.C.), esta se vio seriamente mermada, cuando las diez tribus se ven obligadas a la creación de su propio reino, Israel, designando como rey a Jeroboam (2.880 BP o 930 a.C. a 1.060 o 910 a.C.), quien establece la capital del nuevo reino en Samaría. Dándose así los dos reinos judíos, uno, el del S. con capitalidad en Jerusalén, regido por los descendientes de David y el otro, el del N. con capitalidad en la ya citada Samaría.

    La división de los hebreos y su consiguiente pérdida de capacidad económica y consecuentemente ofensiva – defensiva, unida a la evolución de los imperios que a su alrededor se iban desarrollando, le conducen a su caída en el 2671 BP o 721 a.C. ante el Asirio Sergón II, quien toma Samaría y deporta a la gran mayoría de sus habitantes. Esta diáspora fue el inicio de las sucesivas. La sustitución de población por babilonios y árabes, unidos los anteriores a los hebreos no deportados, daría lugar a la etnia samaritana, aún presente en nuestros días. Se habla de mestizaje con hebreos, lo cual quiere decir, que no todos abandonaron el reino del Norte o de Samaría.

     Entretanto Judá, a la “sombra” de Egipto, mantuvo su independencia por dos siglos más, viéndola truncada por la invasión babilónica a cargo de Nabucodonosor, quien toma Jerusalén en el 2.537 BP o 585 a.C. y a su vez deporta a Babilonia a la gran mayoría de la población judía, de donde en parte retornarían en el 2487 BP o 587 a.C. tras la caída de Babilonia en poder del persa, Ciro.

    De esta primera parte, muy resumida, pero sí muy referenciada y “abriendo puertas” a quien no las quiera cerrar, a priori. Procurando por todos los medios evitar el caer por acción u omisión, en sentimentalismos patriótico – religiosos y mucho menos en buenos y/o malos. Solamente decir que cabras y cabrones hay muchos, lo mismo que equinos y bípedos que dan coces, que los tres son peligrosos, sí, pero en ninguno de los casos, tanto como los tontos con complejo de listos o “Estulto Pijos Progres”.

                                 Capt. Willie

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