viernes, marzo 04, 2022

No te acerques a una cabra por delante, a un caballo por detrás y a un tonto por ningún lado. (Seven Part)

                                                                                                                             Antiguo proverbio judío

   Con “pila”, no eléctrica, si de “encabronados”, “estulto pijo progres”, “culicagados” (en el sentido más literal del término y concepto) a los que salvo por la ingesta de melones enteros, como forro, están a punto de que por efecto de la ley de la Gravedad les caigan los garbanzos por las perneras de los pantalones, a la altura de los tobillos, en su interconexión con los calcetines. Heme aquí de “malo de la película”, como si yo fuese acaso el malversador de los fondos parroquiales, obispales o arzobispales. Cierto, siempre es más fácil echar las culpas al último que “destapa la pota”, que al que previamente la destapó y se “comió el compango”. ¿Dónde y cómo se “fundió” el dinero correspondiente a las ventas apañadas de bienes parroquiales…? ¿Qué criterios técnicos se siguieron y siguen en la NO “restauración” de algunos inmuebles de uso suntuario, para lucimiento de jerarcas  y/o lugares de culto…? Los mal pensantes, pero casualmente bien informados, sabemos, qué el de FUNDIR los fondos existentes en proyectos técnicos inasumibles, pero que dejan muy satisfecho al técnico que disfruta de dicha “canonjía” es importantísimo. Claro está, dicho proyecto técnico es innecesario en la gran mayoría de los casos, por ser edificios catalogados y/o de culto, sus homónimos municipales realizan gratuitamente el proyecto. Un parroquiano y feligrés, debidamente titulado, realiza la correspondiente “ficha técnica”, por “cuatro perras”. La visa colegialmente, dona el importe de honorarios al fondo de obra, y… aquí paz y “después gloria”. Amparando la dicha “gloria” del visado colegial, incluso la responsabilidad civil correspondiente a posibles accidentes. Claro, esto no es de recibo, con estos métodos más la correspondiente exención municipal de aranceles de obra, “jode”, “bien jodido” al técnico amigo y las posibles “mordidas”, “cariñitos”, “coimas”, vulgo sobornos, a repartirse entre los unos y los otros. La más dura y pura MALVERSACION DE FONDOS. El tejado… que tome mucho por el orto… y los escombros resultantes de los cerramientos cuando caigan, se les darán a los “pobrecitos musulmanes” para que construyan su mezquita, a la vez que como ONG, “apuntada” a repartirse las pitanzas de la ayuda al inmigrante. Seguimos “putiando” y “mariconeando”, degustando menús de une grande coucine y todo lo demás, que a la larga resulta mucho más caro. Los “mancebos” y/o “sobrinas” en plan “tía buena” (aplíquese la acepción más concordante con la situación) siempre fueron lujos al alcance de muy pocos pudientes. Mientras tanto, el “Tano Peronista” ensimismado en alcahuetear lo que sea y venga. Lo mismo le dan los asesinos dictadores, que toda la ralea de la que se rodea. Posiblemente esperando la inspiración del diablo, no la del Espíritu Santo, para los nuevos “alumbramientos”, en ningún caso nombramientos.

    Si ese individuo, ex Vicario General de una diócesis “puesta a pedir” con su colaboración y la actuación estelar de su ex Obispo, la “platera”, “cristalera” y “descendientes” le parece bien, puede ejecutar la amenaza de demandarme. Pero… una vez más acudo a un dicho por mi recurrente… ¡Ojo al Cristo, que es de plata! El ir a buscar lana y salir esquilado suele ser algo más frecuente de lo que algunos piensan. Quedo a resultas de sus “encabronadas” decisiones.

     Retornando a lo que nos ocupa: lo que sobrevenía a la partición en dos estados independientes de la antigua Judea, rebautizada por el imperialista romano como “Palestina”, estaba anunciado. Con independencia de la revisión histórica, a la que incluso algunos “investigadores” israelíes hacen gala, tratando de convertir en “mito” un engaño real al que una vez más sometieron a sus semejantes aquellos “autoproclamados líderes” árabes, cuando les aconsejaban que abandonasen sus asentamientos a fin de facilitar las acciones bélicas a desarrollar y facilitar así el arrollar a las fuerzas judías. Es muy posible que Arthur Koestler, fuese testigo de las afirmaciones que realiza, lo mismo que otros no solamente fueron testigos presenciales, de hecho fueron protagonistas presionados por sus “líderes” (lo de líderes, queda perfectamente reflejado por el entrecomillado). Su definida “guerra psicológica” y de “terror” seguida contra la población árabe, al rechazar éstos la partición del territorio y la creación de dos Estados separados.

    ¿Quién dio origen al éxodo del pueblo “Palestino”? ¿Los judíos o sus propios dirigentes…? ¿Cometieron un error al rechazar el plan de partición de la ONU? ¿Por qué razón sus tierras y permanencias en ellas daban un sentido de propiedad más arraigado, que el de los judíos asentados en el área…? La única diferencia existente entre unos y otros “asentados” está en que los judíos, tienen registros de sus orígenes y asentamiento, mientras que sus hermanos árabes, en su gran mayoría carecen de ellos. Que el “maligno” Occidente estaba en disposición de lavar su mala conciencia, dándoles a los judíos lo que no era de él (de Occidente), indudablemente el ciudadano medio árabe lo ignoraba, no así la gran mayoría de sus “jefes” y jefucos”, siempre con la “faltriquera” abierta a la recepción de lo que les pudiese caer en ella, no de ella. La afirmación concerniente a “asentamientos” y orígenes, se puede extrapolar de la recientemente fallecida: la Excma. Sra. (por tratamiento formal y por méritos personales acreditados) Dª. Aura Herzog Z”L, quien como una gran “mayoría de personas”, descendientes de ambas ramas de Habraham, en un dado momento, por los avatares históricos a los que el área de Medio Oriente se vio sometido, cada uno de sus protagonistas y/o personajes anónimos “nació literalmente donde pudo” y los distintos “ocupantes”, desde tan “reciente” época como el Pleistoceno, les permitieron.

     La categórica afirmación que antecede, muy habitual en mi forma de expresarme, y terriblemente molesta para los “unos” y los “otros”. En el caso concreto y al citar nombres, aunque pertenecientes a personajes antagónicos en lo concerniente a sus cataduras ético – morales (no olvidemos que cuando los incultos hablaban arameo, los “finos”, se expresaban en griego y a posteriori en latín). Me surge una pregunta, que agradecería que razonada y razonablemente, alguien me respondiese. ¿Acaso el asesino y ladrón, Yasir Arafat, habiendo nacido en el Cairo, por el hecho de ser “descendiente” de Ismael, tiene más derechos que aquellos otros que en sus mismas circunstancias, caso de Dª. Aura, nacieron en el mismo país y ciudad…? Sí para unos, “su país no es donde nacen, sino donde pacen”, exijo el mismo tratamiento para los unos y los otros. De derechos históricos… “kaká de la vaká” o puro y duro paca… paca…. Primero… Judea y mor al castigo del imperialista romano “Palestina”.

     Siguiendo con la tradición de la gran mayoría de los “jefes” y “jefucos” padecidos por el “mundo” árabe, en una de esas “meriendas” de los ya “petidos” y repetidos “jefes” y “jefucos”, el “líder por excelencia” de todos ellos, el dictador encubierto bajo el “neutralismo positivo y panarabismo”, G. A. Nasser, a fin de poder manipular a los “Palestinos” y encubrir la “ensalada de ostiones” recibida en 1948, crea a su imagen y semejanza, en una amañada “Conferencia de la Liga Árabe”, una Organización para la Liberación de Palestina), erigiéndose para no perder la costumbre, en salvador/es de las pobres poblaciones de refugiados, por ellos mismos creados, que malvivían en Jordania, Líbano, Siria, Kuwait y en el mismo Egipto. Así y tras la “corrida” sobrevenida de la “guerra de los seis días” y ante la imposibilidad de realizar alguna acción positiva a favor de los refugiados, los “jefes” y “jefucos”, tras buscar y rebuscar, encontraron el personaje idóneo y a su imagen y semejanza, al “pájaro de cuentas” Yasser Arafat, jefe a su vez de Al Fath, quien más antes que después, mandó al “carajo” a sus mentores egipcios y saudíes, levantándose con el “cofre y la media manta”, dando pie a los tristemente famosos “fedayines” y a las guerras internas entre FPLP, FDPLP, donde la influencia del ejemplo vietnamita, primaban por encima de la cordura y las reales necesidades de unos refugiados, reducidos en vulgares campos de concentración, donde “mucha resistencia…” pero los “jefucos” resistían más y mejor a costa de los “refugiados”.

   1970. Con los secuestros de aviones por los “comandos” de Georges Habache, que estallan en el desierto jordano, obligan a reaccionar al rey Husein, que ve tambalearse su propio trono, ante el protagonismo que toman los “guerrilleros”, no solo frente a Israel, a través de su frontera, sino contra el “Estado” que estaban incrustando en su propio reino. Detectada esta crítica situación interna, se ve en la necesidad de recurrir a su Legión Árabe, formada por tropas regulares beduinas. Dando lugar dicho enfrentamiento a lo que se conoció en su momento, como “septiembre negro”, que no fue ni más ni menos, que el “aplastamiento” y expulsión de aquel “estado incrustado” dentro del reino Jordano. ¿Quienes sufrieron las consecuencias de dicho aplastamiento? Los “mismos”, los pobres recluidos en los “campos de refugiados”, asentados en las inmediaciones de Amman.

    La expulsión de tales elementos perniciosos de Jordania, abocan al colapso al país más pro occidental de la zona de Medio Oriente: el Líbano. El cual, dada su fragilidad socio - política, basado en las comunidades profesionales cristianas y musulmanas, de hecho, salta por los aires. Mientras tras ellos, los “fedayines” (muy muy sacrificados de acuerdo a la etimología del término), pero a quien dejan totalmente abandonada, sacrificada y empobrecida es a la comunidad “Palestina”, refugiada.

   Con la lógica que se desprende de todo aquel árabe con aspiraciones a ser “jefuco”, el muy canalla de G. A. Nasser, aprovechando la apuntada debilidad del régimen político – social libanes, les “carga” por la vía de hechos consumados, bases en la frontera Sur, desde donde la “guerrilla”, lanza criminales incursiones sobre Israel, a la vez que implantan unos “campos de refugiados”, por ellos administrados, donde de hecho impusieron al débil estado libanés una extraterritorialidad forzada, que desde entonces está “pagando”. Por esa “seráfica” concepción concedida por el mundo de la “progresía estulto pijo progre” hacia unos “jefucos palestinos”, representativos en la gran mayoría de los casos y ocasiones de sí mismos. La “opinión pública”, quiere ignorar y de hecho ignora, que la “guerra civil” que asola Líbano, oficialmente con comienzo en 1975 y final (según ellos, los progres “estulto pijo progres”)en 1990, desestabilizaron el país hasta nuestros días, conduciéndolo a la más absoluta y paupérrima de las desolaciones, en lo social, económico y político. Al actual Líbano, o lo que de él queda.

    Así, fruto de la “lucidez” de esos indeseables líderes, con el beneplácito de otros tan “progresistas” y “demócratas” como ellos, y de teóricos organismos defensores de los derechos humanos, los “fedayines”, consiguieron “encabronar” lo suficiente a gran parte de la sociedad libanesa, no dispuesta a ser manejada por tamaña caterva de sinvergüenzas, canallas y vividores. Esta explosiva situación interna en aquel floreciente Líbano, conduce a los cristianos maronitas de las “Falanjes” o “Kataeb” a tomar medidas contundentes, produciéndose el crudo y duro enfrentamiento ya indicado de 1975, donde los guerrilleros palestinos, y la “mistica del fedayín”, mal que les pesó y pesa a los “estultos pijo progres” y su concepción del “hombre nuevo árabe”, que derrotaría a los judíos y los arrojaría al mar, se les fue de “viaje y al carajo”. Con dicho viaje y al mismo lugar se fue el eslogan: “El camino de Jerusalén pasa por Amman y Beirut”, en clara alusión al potencial derribo del régimen monárquico de Husein y al republicano, pero no menos “burgués” y “corrupto” Libanes (joder… al frente de estos “probos” luchadores, estaba el indeseable, ladrón y corrupto Y. Arafat).

   La tensión creada por los “libertadores” de los campos de refugiados y su continuo hostigamiento sobre la frontera N. de Israel, consigue desatar su ira y dejar de ser el “nexo de unión” de tamaños criminales. Procediendo el 14 de mayo de 1978 a tomar represalias militares. Represalias que una vez más sufrieron y padecieron los pobres refugiados, ya que sus teóricos libertadores y defensores, los utilizaron, como siempre, de “escudo humano”. Esta invasión y los continuos bombardeos, dieron origen a un nuevo éxodo de refugiados, sobre todo musulmanes chiitas, quienes obligados por las más elementales necesidades, buscando la protección de una “gran” ciudad, huyeron  despavoridos hacia los suburbios de Beirut, hacinándose en sus inmediaciones.

    Ya en 1982, tras la derrota sin paliativos de los “muy muy sacrificados de acuerdo a la etimología del término Fedayin”, por los potenciales “derrotados y arrojados al mar”, tuvieron que “salir corriendo” por tierra y mar, dejando tras ellos a su “escudo humano”, los pobres embarcados, cifra próxima a los trescientos sesenta mil refugiados que siguen manejados y malviviendo en el descompuesto Líbano. Sus potenciales valedores y salvadores, se salvaron ellos y como pudieron. Instalaron su “tienda” en Túnez. Las “ganas contenidas” de combatir de Y. Arafat y corte de vividores (teóricos militares y funcionarios) de la OLP, duró trece años, periodo por todos ellos dedicado a “hacer caja”.

   La tirantez alimentada por la incomprensión de dos comunidades hermanas, obligadas necesariamente a entenderse, y envenenadas en gran medida, por eso, que el que esto suscribe, define a través de esta secuencia de escritos, como “jefucos”, conducen a que la “explosiva” situación que se vive en las “zonas ocupadas”, que a priori, todo aquel “bien pensante” y mejor “cagante”, siempre, siempre interesadamente olvida: qué si fueron ocupadas, fue por la “aplastante razón”, de que “o las ocupabas” o consecuentes con las afirmaciones de sus “jefucos” “te arrojaban al mar”. En la fatídica fecha del 8 de diciembre de 1987, un vehículo militar israelí, colisionó contra otro civil, que conducía a trabajadores árabes que regresaban a su casa tras finalizar la jornada, con el infortunio, que en dicho accidente de circulación fallecieron cuatro personas árabes y resultaron heridos de consideración otros cuatro. Este hecho a priori fortuito, fue inmediatamente tergiversado, afirmando sin fundamento alguno, primero: que el conductor del vehículo militar israelí, era hermano de un judío que días antes había sido asesinado en Gaza. Posteriormente el grado de familiaridad entre el conductor y el asesinado se diluye y pasa a ser un familiar, sin definir el parentesco. Tergiversando (que es gerundio), adicionalmente se mezcla con tan desafortunado accidente, al ministro de defensa israelí, quien cabalmente había calificado de acto terrorista, no el accidente de circulación, sí el previo asesinato del judío en Gaza.

   Dando pábulo a las interesadas y deformadas versiones que sucintamente se anticipan, el desgraciado accidente, da pie a la creación de un incidente perfectamente organizado y orquestado, convirtiendo en un multitudinario acto, las exequias de los cuatro fallecidos, convertidos de la noche a la mañana, de muy probablemente honrados trabajadores, en héroes de, ignoro qué hazañas. Los enfrentamientos con palos y piedras de los asistentes a los funerales con las fuerzas del orden israelíes, terminan con ráfagas de fuego real al aire. Hecho claro y digno de precisión, fue que no se registró ni se pudo consignar ningún herido por arma de fuego (éste hecho es sumamente importante), sí, contusiones por ambas partes beligerantes, manifestantes – fuerzas del orden.

    La conversión del triste accidente sucintamente descrito anteriormente, da lugar a coadyuvar y manipular el descontento creado entre “la plebe” por sus propios “jefucos”, aprovechando éstos el “caldo de cultivo” por ellos cocinado, para “verse obligados” a dirigir el descontento bajo las siglas de MNU, prolongando cuanto pudieron la insurrección conocida como Intifada.

    Con la “aplastante lógica” que por principio siempre condena al “maléfico Israel”, frente a la “perennemente buena voluntad” de esos “esforzados y vividores jefucos”, que desde 1948 se suceden a sí mismos y mejoran en sus “zunas” en el cómo y cuándo “joder” más y “mejor” a esos que dicen representar. Una vez más se cumplió el conocido dicho: “donde éramos pocos, parió la abuela y para más joderlo, trillizos”. El mundo mundial, ve la estelar aparición pública de los “Hermanos Musulmanes”. Hasta entonces ellos estaban por encima del bien y del mal. Su misión se centraba en la salvación espiritual de los miembros de la comunidad “palestina”, conduciéndola a su reislamización, a fin de establecer una teocracia islámica. De ahí que los enfrentamientos entre vulgares movimientos seculares: Israel – OLP, los mantenían al margen, a la espera de recoger los despojos. Como la espera se hacía larga y la teocracia Iraní se impacientaba, puesto que estaba iniciando su propia andadura, les impone el pragmatismo revolucionario, participando inicialmente y muy cautamente en asociaciones estudiantiles, profesionales y sindicales, infiltrándose paulatinamente en el día político de los “palestinos”. En este hecho y consciente de lo mal que sienta en ciertos ambientes la afirmación que a continuación realizo: el servicio de inteligencia Israelí, no supo evaluar en tiempo y forma dicha progresión, ya que en el fondo se consideró, que según los “Hermanos Musulmanes” se fortalecían, la OLP se debilitaba, contrapesándose los unos a los otros. ¡Garrafal equivocación!

    El cambio de estrategia se produce de forma inmediata en el transcurso de los primeros días de la “Intifada”, alumbrando el “Movimiento de Resistencia Islámica”, Hamás. La justificación a tal “parto” lo facilita “lógica y casualmente” el imam de la mezquita de Ramallah, jeque Basaam Yarrar. Evidentemente los islamistas, por principio son "pacifistas”, pero… al sentirse traicionados por la OLP, se ven en la ineludible necesidad de empuñar las armas, mientras que la “pactista” OLP, se aparta de la lucha armada y emprende la vía de la negociación. En este instante se erige Hamás, como verdadera defensora del territorio “palestino”. Dando comienzo así a la Yihad en la que dicha organización terrorista continua inmersa. Las tensiones iniciales y el claro enfrentamiento abierto, al que sucintamente se hace referencia, aconseja a Hussein, rey de Jordania, a “soltar lastre”, abandonando sus vínculos administrativo – legales con Cisjordania. Olvidando su antigua ambición de soberanía, a la vez que disolvía el “Parlamento Jordano” y el “Ministerio para los Territorios Ocupados”, con lo cual, la mitad de los miembros de dicha Cámara desaparecen, a la vez que el citado ministerio se diluye en una Dirección General para Asuntos Palestinos, dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores. Estas medidas, encierran asimismo, la desaparición de los “palestinos” en el Senado y el “cerrar el grifo” financiero a la administración civil de Cisjordania.

   Paralelamente a los hechos esbozados, el “maligno” Israel, en base al sacrosanto principio de no tener derecho a defenderse, se dedica a lo suyo: a la “represión injustificada”, hecho este, que despierta la cándida sensibilidad internacional, hasta entonces ignorante voluntaria de una realidad, donde claro está, solamente existía un malo muy malo: Israel. Bajo tan categóricas premisas y circunscribiendo la situación mundial al momento temporal en el que nos encontramos: con un Telón de Acero auto derruido, el Muro de la Vergüenza, vendiéndose por trozos de escombro, la invasión de Kuwait y posterior desalojo Iraquí, con unos USA pletóricos en su papel de “superpotencia”. A sugerencia del gobierno Español y bajo los auspicios del homólogo USA, con la intención de poner coto a los litigios existentes entre árabes e israelíes, se convoca la que fue conocida como Conferencia de Paz de Madrid, que se inaugura el 30 de octubre de 1991. Esta tiene la ambiciosa finalidad de dar solución al enquistado conflicto existente, apelando para ello a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, y los principios surgidos de los acuerdos de Camp David, entre egipcios e israelíes.

    Dentro del contexto de violencia desatado por la “Intifada” y con las consecuencias de la sobrevenida represión de la misma, la representación “palestina” lo hizo como integrante de la misión acreditada jordana. No obstante a ello, la negociación se desarrolló en un marco de real igualdad con el gobierno de Israel. Las diez rondas de conversaciones que se cierran a mediados de 1993, arrojan un pobre balance, que en definitiva se salda con una clara aproximación de la “delegación palestina” al gobierno USA, mostrando su voluntad de “paz por territorios”, con la aceptación, no tácita, de las “Resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU.

    Así y a groso modo, vamos caminando a los conocidos como Acuerdos de Oslo, donde al margen de la buena sintonía que se establece entre I. Rabin y Y. Arafat, incluido el chascarrillo resultante: “pregunta I. Rabin ¿Cuál es el deporte de los judíos? Responde a Y. Arafat, dicen que hacer discursos. A lo que a su vez contesta I. Rabin. Empiezo a creer que usted Mr. Arafat, es casi judío”. Al margen del “chascarrillo” y el posterior lucimiento del “Mete mano a fangango ajeno” poblador en aquel momento de la Casa Blanca ¿Qué resultados prácticos arrojó aquella “pantomima”? Nada, al margen de la ola de atentados suicidas en autobuses, cafés, etc. la cobardía del “líder palestino” una vez más se hace manifiesta. Nunca se atrevió a enfrentarse a Hamas, pero sí y puesto él a “buen recaudo”, se permitió al margen de robar toda la ayuda internacional, el promover la “intifada”. Dentro de esa lógica, fruto de la deformación, “siguiendo la tradición”: Israel debía de soportar estoicamente los atentados y vulgares asesinatos y a cambio de ello no establecer nuevos asentamientos. Cuando las personas nos negamos a aceptar la realidad, por desfavorable que esta sea, no conseguiremos poner fin a nuestros propios problemas. Para bien o para mal los “Acuerdos de Oslo al día de hoy están vigentes”. La OLP reconoció el derecho de Israel a existir, y en contrapartida, Israel declaró a la OLP, como órgano representativo del pueblo palestino.

   A grandes rasgos, en estas siete secuencias, se desarrolla la guerra fratricida, puesto que es entre hermanos, a la que esperemos y deseemos que en alguna medida, ponga fin el desarrollo cultural de unas masas en gran medida engañadas y manejadas por oportunistas “jefucos”. Que ÉL en ambas concepciones, nos ilumine y nos conduzca a poder actuar como esos hermanos que somos y que más pronto que tarde obremos consecuentemente con esa fraternidad hoy rota.

                                 Capt. Willie

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