Antiguo
proverbio judío
Con “pila”, no eléctrica, si de
“encabronados”, “estulto pijo progres”, “culicagados” (en el sentido más
literal del término y concepto) a los que salvo por la ingesta de melones
enteros, como forro, están a punto de que por efecto de la ley de la Gravedad les
caigan los garbanzos por las perneras de los pantalones, a la altura de los
tobillos, en su interconexión con los calcetines. Heme aquí de “malo de la
película”, como si yo fuese acaso el malversador de los fondos parroquiales,
obispales o arzobispales. Cierto, siempre es más fácil echar las culpas al último
que “destapa la pota”, que al que previamente la destapó y se “comió el
compango”. ¿Dónde y cómo se “fundió” el dinero correspondiente a las ventas
apañadas de bienes parroquiales…? ¿Qué criterios técnicos se siguieron y siguen
en la NO “restauración” de algunos inmuebles de uso suntuario, para lucimiento
de jerarcas y/o lugares de culto…? Los
mal pensantes, pero casualmente bien informados, sabemos, qué el de FUNDIR los
fondos existentes en proyectos técnicos inasumibles, pero que dejan muy
satisfecho al técnico que disfruta de dicha “canonjía” es importantísimo. Claro
está, dicho proyecto técnico es innecesario en la gran mayoría de los casos,
por ser edificios catalogados y/o de culto, sus homónimos municipales realizan
gratuitamente el proyecto. Un parroquiano y feligrés, debidamente titulado,
realiza la correspondiente “ficha técnica”, por “cuatro perras”. La visa
colegialmente, dona el importe de honorarios al fondo de obra, y… aquí paz y
“después gloria”. Amparando la dicha “gloria” del visado colegial, incluso la
responsabilidad civil correspondiente a posibles accidentes. Claro, esto no es
de recibo, con estos métodos más la correspondiente exención municipal de
aranceles de obra, “jode”, “bien jodido” al técnico amigo y las posibles
“mordidas”, “cariñitos”, “coimas”, vulgo sobornos, a repartirse entre los unos
y los otros. La más dura y pura MALVERSACION DE FONDOS. El tejado… que tome
mucho por el orto… y los escombros resultantes de los cerramientos cuando
caigan, se les darán a los “pobrecitos musulmanes” para que construyan su
mezquita, a la vez que como ONG, “apuntada” a repartirse las pitanzas de la
ayuda al inmigrante. Seguimos “putiando” y “mariconeando”, degustando menús de une
grande coucine y todo lo demás, que a la larga resulta mucho más caro. Los
“mancebos” y/o “sobrinas” en plan “tía buena” (aplíquese la acepción más
concordante con la situación) siempre fueron lujos al alcance de muy pocos
pudientes. Mientras tanto, el “Tano Peronista” ensimismado en
alcahuetear lo que sea y venga. Lo mismo le dan los asesinos dictadores, que
toda la ralea de la que se rodea. Posiblemente esperando la inspiración del
diablo, no la del Espíritu Santo, para los nuevos “alumbramientos”, en ningún
caso nombramientos.
Si ese individuo, ex Vicario
General de una diócesis “puesta a pedir” con su colaboración y la actuación
estelar de su ex Obispo, la “platera”, “cristalera” y “descendientes” le parece
bien, puede ejecutar la amenaza de demandarme. Pero… una vez más acudo a un
dicho por mi recurrente… ¡Ojo al Cristo, que es de plata! El ir a buscar lana y
salir esquilado suele ser algo más frecuente de lo que algunos piensan. Quedo a
resultas de sus “encabronadas” decisiones.
Retornando a lo que nos ocupa: lo
que sobrevenía a la partición en dos estados independientes de la antigua
Judea, rebautizada por el imperialista romano como “Palestina”, estaba
anunciado. Con independencia de la revisión histórica, a la que incluso algunos
“investigadores” israelíes hacen gala, tratando de convertir en “mito” un engaño
real al que una vez más sometieron a sus semejantes aquellos “autoproclamados
líderes” árabes, cuando les aconsejaban que abandonasen sus asentamientos a fin
de facilitar las acciones bélicas a desarrollar y facilitar así el arrollar a las
fuerzas judías. Es muy posible que Arthur Koestler, fuese testigo de las
afirmaciones que realiza, lo mismo que otros no solamente fueron testigos
presenciales, de hecho fueron protagonistas presionados por sus “líderes” (lo
de líderes, queda perfectamente reflejado por el entrecomillado). Su definida
“guerra psicológica” y de “terror” seguida contra la población árabe, al
rechazar éstos la partición del territorio y la creación de dos Estados
separados.
¿Quién dio origen al éxodo del
pueblo “Palestino”? ¿Los judíos o sus propios dirigentes…? ¿Cometieron un error
al rechazar el plan de partición de la ONU? ¿Por qué razón sus tierras y permanencias
en ellas daban un sentido de propiedad más arraigado, que el de los judíos
asentados en el área…? La única diferencia existente entre unos y otros
“asentados” está en que los judíos, tienen registros de sus orígenes y
asentamiento, mientras que sus hermanos árabes, en su gran mayoría carecen de
ellos. Que el “maligno” Occidente estaba en disposición de lavar su mala
conciencia, dándoles a los judíos lo que no era de él (de Occidente),
indudablemente el ciudadano medio árabe lo ignoraba, no así la gran mayoría de sus
“jefes” y jefucos”, siempre con la “faltriquera” abierta a la recepción de lo
que les pudiese caer en ella, no de ella. La afirmación concerniente a
“asentamientos” y orígenes, se puede extrapolar de la recientemente fallecida:
la Excma. Sra. (por tratamiento formal y por méritos personales acreditados) Dª. Aura Herzog Z”L, quien como una gran
“mayoría de personas”, descendientes de ambas ramas de Habraham, en un dado momento, por los avatares históricos a los que
el área de Medio Oriente se vio sometido, cada uno de sus protagonistas y/o
personajes anónimos “nació literalmente
donde pudo” y los distintos “ocupantes”, desde tan “reciente” época como el
Pleistoceno, les permitieron.
La categórica afirmación que
antecede, muy habitual en mi forma de expresarme, y terriblemente molesta para
los “unos” y los “otros”. En el caso concreto y al citar nombres, aunque
pertenecientes a personajes antagónicos en lo concerniente a sus cataduras
ético – morales (no olvidemos que cuando los incultos hablaban arameo, los
“finos”, se expresaban en griego y a posteriori en latín). Me surge una
pregunta, que agradecería que razonada y razonablemente, alguien me respondiese.
¿Acaso el asesino y ladrón, Yasir Arafat,
habiendo nacido en el Cairo, por el hecho de ser “descendiente” de Ismael, tiene más derechos que aquellos
otros que en sus mismas circunstancias, caso de Dª. Aura, nacieron en el mismo país y ciudad…? Sí para unos, “su país no es donde nacen, sino donde
pacen”, exijo el mismo tratamiento para los unos y los otros. De derechos
históricos… “kaká de la vaká” o puro
y duro paca… paca…. Primero… Judea y
mor al castigo del imperialista romano “Palestina”.
Siguiendo con la tradición de la
gran mayoría de los “jefes” y “jefucos” padecidos por el “mundo” árabe, en una
de esas “meriendas” de los ya “petidos” y repetidos “jefes” y “jefucos”, el
“líder por excelencia” de todos ellos, el dictador encubierto bajo el “neutralismo
positivo y panarabismo”, G. A. Nasser,
a fin de poder manipular a los “Palestinos” y encubrir la “ensalada de
ostiones” recibida en 1948, crea a su imagen y semejanza, en una amañada
“Conferencia de la Liga Árabe”, una Organización para la Liberación de Palestina), erigiéndose para no perder la costumbre, en
salvador/es de las pobres poblaciones de refugiados, por ellos mismos creados,
que malvivían en Jordania, Líbano, Siria, Kuwait y en el mismo Egipto. Así y
tras la “corrida” sobrevenida de la
“guerra de los seis días” y ante la imposibilidad de realizar alguna acción
positiva a favor de los refugiados, los “jefes” y “jefucos”, tras buscar y
rebuscar, encontraron el personaje idóneo y a su imagen y semejanza, al “pájaro de cuentas” Yasser Arafat, jefe a su vez de Al
Fath, quien más antes que después, mandó al “carajo” a sus mentores
egipcios y saudíes, levantándose con el “cofre y la media manta”, dando pie a
los tristemente famosos “fedayines” y
a las guerras internas entre FPLP, FDPLP, donde la influencia del ejemplo
vietnamita, primaban por encima de la cordura y las reales necesidades de unos
refugiados, reducidos en vulgares campos de concentración, donde “mucha
resistencia…” pero los “jefucos” resistían más y mejor a costa de los
“refugiados”.
1970. Con los secuestros de aviones
por los “comandos” de Georges Habache,
que estallan en el desierto jordano, obligan a reaccionar al rey Husein, que ve
tambalearse su propio trono, ante el protagonismo que toman los “guerrilleros”,
no solo frente a Israel, a través de su frontera, sino contra el “Estado” que
estaban incrustando en su propio reino. Detectada esta crítica situación
interna, se ve en la necesidad de recurrir a su Legión Árabe, formada por tropas regulares beduinas. Dando lugar
dicho enfrentamiento a lo que se conoció en su momento, como “septiembre negro”, que no fue ni más ni
menos, que el “aplastamiento” y expulsión de aquel “estado incrustado” dentro
del reino Jordano. ¿Quienes sufrieron las consecuencias de dicho aplastamiento?
Los “mismos”, los pobres recluidos en los “campos de refugiados”, asentados en
las inmediaciones de Amman.
La expulsión de tales elementos
perniciosos de Jordania, abocan al colapso al país más pro occidental de la
zona de Medio Oriente: el Líbano. El cual, dada su fragilidad socio - política,
basado en las comunidades profesionales cristianas y musulmanas, de hecho,
salta por los aires. Mientras tras ellos, los “fedayines” (muy muy sacrificados de acuerdo a la etimología del
término), pero a quien dejan totalmente abandonada, sacrificada y empobrecida
es a la comunidad “Palestina”,
refugiada.
Con la lógica que se desprende de
todo aquel árabe con aspiraciones a ser “jefuco”, el muy canalla de G. A. Nasser, aprovechando la apuntada
debilidad del régimen político – social libanes, les “carga” por la vía de
hechos consumados, bases en la frontera Sur, desde donde la “guerrilla”, lanza
criminales incursiones sobre Israel, a la vez que implantan unos “campos de
refugiados”, por ellos administrados, donde de hecho impusieron al débil estado
libanés una extraterritorialidad forzada, que desde entonces está “pagando”.
Por esa “seráfica” concepción concedida por el mundo de la “progresía estulto pijo progre” hacia unos “jefucos palestinos”,
representativos en la gran mayoría de los casos y ocasiones de sí mismos. La
“opinión pública”, quiere ignorar y de hecho ignora, que la “guerra civil” que
asola Líbano, oficialmente con comienzo en 1975 y final (según ellos, los
progres “estulto pijo progres”)en 1990, desestabilizaron el país hasta nuestros
días, conduciéndolo a la más absoluta y paupérrima de las desolaciones, en lo
social, económico y político. Al actual Líbano, o lo que de él queda.
Así, fruto de la “lucidez” de esos
indeseables líderes, con el beneplácito de otros tan “progresistas” y
“demócratas” como ellos, y de teóricos organismos defensores de los derechos
humanos, los “fedayines”,
consiguieron “encabronar” lo suficiente a gran parte de la sociedad libanesa,
no dispuesta a ser manejada por tamaña caterva de sinvergüenzas, canallas y vividores.
Esta explosiva situación interna en aquel floreciente Líbano, conduce a los
cristianos maronitas de las “Falanjes” o “Kataeb” a tomar medidas contundentes,
produciéndose el crudo y duro enfrentamiento ya indicado de 1975, donde los
guerrilleros palestinos, y la “mistica
del fedayín”, mal que les pesó y pesa a los “estultos pijo progres” y su
concepción del “hombre nuevo árabe”, que derrotaría a los judíos y los arrojaría
al mar, se les fue de “viaje y al carajo”. Con dicho viaje y al mismo lugar
se fue el eslogan: “El camino de
Jerusalén pasa por Amman y Beirut”, en clara alusión al potencial derribo
del régimen monárquico de Husein y al republicano, pero no menos “burgués” y
“corrupto” Libanes (joder… al frente de estos “probos” luchadores, estaba el
indeseable, ladrón y corrupto Y. Arafat).
La tensión creada por los
“libertadores” de los campos de refugiados y su continuo hostigamiento sobre la
frontera N. de Israel, consigue desatar su ira y dejar de ser el “nexo de unión” de tamaños criminales.
Procediendo el 14 de mayo de 1978 a tomar represalias militares. Represalias
que una vez más sufrieron y padecieron los pobres refugiados, ya que sus
teóricos libertadores y defensores, los utilizaron, como siempre, de “escudo
humano”. Esta invasión y los continuos bombardeos, dieron origen a un nuevo
éxodo de refugiados, sobre todo musulmanes chiitas, quienes obligados por las
más elementales necesidades, buscando la protección de una “gran” ciudad,
huyeron despavoridos hacia los suburbios
de Beirut, hacinándose en sus inmediaciones.
Ya en 1982, tras la derrota sin
paliativos de los “muy muy sacrificados
de acuerdo a la etimología del término Fedayin”, por los potenciales
“derrotados y arrojados al mar”, tuvieron que “salir corriendo” por tierra y
mar, dejando tras ellos a su “escudo humano”, los pobres embarcados, cifra próxima a los trescientos sesenta mil
refugiados que siguen manejados y malviviendo en el descompuesto Líbano. Sus
potenciales valedores y salvadores, se salvaron ellos y como pudieron. Instalaron
su “tienda” en Túnez. Las “ganas contenidas” de combatir de Y. Arafat y corte de vividores (teóricos
militares y funcionarios) de la OLP, duró trece años, periodo por todos ellos
dedicado a “hacer caja”.
La tirantez alimentada por la
incomprensión de dos comunidades hermanas, obligadas necesariamente a
entenderse, y envenenadas en gran medida, por eso, que el que esto suscribe, define
a través de esta secuencia de escritos, como “jefucos”, conducen a que la
“explosiva” situación que se vive en las “zonas ocupadas”, que a priori, todo
aquel “bien pensante” y mejor “cagante”, siempre, siempre interesadamente
olvida: qué si fueron ocupadas, fue por la “aplastante
razón”, de que “o las ocupabas” o
consecuentes con las afirmaciones de sus “jefucos” “te arrojaban al mar”. En la fatídica fecha del 8 de diciembre de
1987, un vehículo militar israelí, colisionó contra otro civil, que conducía a trabajadores
árabes que regresaban a su casa tras finalizar la jornada, con el infortunio,
que en dicho accidente de circulación fallecieron cuatro personas árabes y
resultaron heridos de consideración otros cuatro. Este hecho a priori fortuito,
fue inmediatamente tergiversado, afirmando sin fundamento alguno, primero: que
el conductor del vehículo militar israelí, era hermano de un judío que días
antes había sido asesinado en Gaza. Posteriormente el grado de familiaridad
entre el conductor y el asesinado se diluye y pasa a ser un familiar, sin
definir el parentesco. Tergiversando (que es gerundio), adicionalmente se
mezcla con tan desafortunado accidente, al ministro de defensa israelí, quien
cabalmente había calificado de acto terrorista, no el accidente de circulación,
sí el previo asesinato del judío en Gaza.
Dando pábulo a las interesadas y deformadas
versiones que sucintamente se anticipan, el desgraciado accidente, da pie a la
creación de un incidente perfectamente organizado y orquestado, convirtiendo en
un multitudinario acto, las exequias de los cuatro fallecidos, convertidos de
la noche a la mañana, de muy probablemente honrados trabajadores, en héroes de,
ignoro qué hazañas. Los enfrentamientos con palos y piedras de los asistentes a
los funerales con las fuerzas del orden israelíes, terminan con ráfagas de
fuego real al aire. Hecho claro y digno de precisión, fue que no se registró ni
se pudo consignar ningún herido por arma de fuego (éste hecho es sumamente
importante), sí, contusiones por ambas partes beligerantes, manifestantes –
fuerzas del orden.
La conversión del triste accidente
sucintamente descrito anteriormente, da lugar a coadyuvar y manipular el
descontento creado entre “la plebe” por sus propios “jefucos”, aprovechando
éstos el “caldo de cultivo” por ellos cocinado, para “verse obligados” a
dirigir el descontento bajo las siglas de MNU, prolongando cuanto pudieron la
insurrección conocida como Intifada.
Con la “aplastante lógica” que por
principio siempre condena al “maléfico Israel”, frente a la “perennemente buena
voluntad” de esos “esforzados y vividores jefucos”, que desde 1948 se suceden a
sí mismos y mejoran en sus “zunas” en el cómo y cuándo “joder” más y “mejor” a
esos que dicen representar. Una vez más se cumplió el conocido dicho: “donde éramos pocos, parió la abuela y para
más joderlo, trillizos”. El mundo mundial, ve la estelar aparición pública
de los “Hermanos Musulmanes”. Hasta entonces ellos estaban por encima del bien
y del mal. Su misión se centraba en la salvación espiritual de los miembros de
la comunidad “palestina”, conduciéndola a su reislamización, a fin de
establecer una teocracia islámica. De ahí que los enfrentamientos entre
vulgares movimientos seculares: Israel – OLP, los mantenían al margen, a la espera
de recoger los despojos. Como la espera se hacía larga y la teocracia Iraní se
impacientaba, puesto que estaba iniciando su propia andadura, les impone el
pragmatismo revolucionario, participando inicialmente y muy cautamente en
asociaciones estudiantiles, profesionales y sindicales, infiltrándose paulatinamente
en el día político de los “palestinos”. En este hecho y consciente de lo mal
que sienta en ciertos ambientes la afirmación que a continuación realizo: el
servicio de inteligencia Israelí, no supo evaluar en tiempo y forma dicha
progresión, ya que en el fondo se consideró, que según los “Hermanos Musulmanes” se fortalecían, la OLP se debilitaba,
contrapesándose los unos a los otros. ¡Garrafal equivocación!
El cambio de estrategia se produce
de forma inmediata en el transcurso de los primeros días de la “Intifada”,
alumbrando el “Movimiento de Resistencia
Islámica”, Hamás. La
justificación a tal “parto” lo facilita “lógica y casualmente” el imam de la mezquita de Ramallah, jeque Basaam Yarrar. Evidentemente los
islamistas, por principio son "pacifistas”, pero… al sentirse traicionados por la OLP, se ven en la ineludible necesidad de empuñar
las armas, mientras que la “pactista” OLP, se aparta de la lucha armada y
emprende la vía de la negociación. En este instante se erige Hamás, como verdadera defensora del
territorio “palestino”. Dando comienzo así a la Yihad en la que dicha organización terrorista continua inmersa. Las
tensiones iniciales y el claro enfrentamiento abierto, al que sucintamente se
hace referencia, aconseja a Hussein, rey de Jordania, a “soltar lastre”,
abandonando sus vínculos administrativo – legales con Cisjordania. Olvidando su
antigua ambición de soberanía, a la vez que disolvía el “Parlamento Jordano” y
el “Ministerio para los Territorios Ocupados”, con lo cual, la mitad de los
miembros de dicha Cámara desaparecen, a la vez que el citado ministerio se
diluye en una Dirección General para Asuntos Palestinos, dentro del Ministerio
de Asuntos Exteriores. Estas medidas, encierran asimismo, la desaparición de
los “palestinos” en el Senado y el “cerrar el grifo” financiero a la
administración civil de Cisjordania.
Paralelamente a los hechos
esbozados, el “maligno” Israel, en base
al sacrosanto principio de no tener derecho a defenderse, se dedica a lo suyo:
a la “represión injustificada”, hecho este, que despierta la cándida sensibilidad internacional,
hasta entonces ignorante voluntaria de una realidad, donde claro está,
solamente existía un malo muy malo: Israel. Bajo tan categóricas premisas y circunscribiendo
la situación mundial al momento temporal en el que nos encontramos: con un Telón de Acero auto derruido, el Muro de la Vergüenza, vendiéndose por
trozos de escombro, la invasión de Kuwait y posterior desalojo Iraquí, con unos
USA pletóricos en su papel de “superpotencia”. A sugerencia del gobierno
Español y bajo los auspicios del homólogo USA, con la intención de poner coto a
los litigios existentes entre árabes e israelíes, se convoca la que fue
conocida como Conferencia de Paz de
Madrid, que se inaugura el 30 de octubre de 1991. Esta tiene la ambiciosa
finalidad de dar solución al enquistado conflicto existente, apelando para ello
a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, y los principios
surgidos de los acuerdos de Camp David, entre egipcios e israelíes.
Dentro del contexto de violencia
desatado por la “Intifada” y con las consecuencias de la sobrevenida represión
de la misma, la representación “palestina” lo hizo como integrante de la misión
acreditada jordana. No obstante a ello, la negociación se desarrolló en un
marco de real igualdad con el gobierno de Israel. Las diez rondas de
conversaciones que se cierran a mediados de 1993, arrojan un pobre balance, que
en definitiva se salda con una clara aproximación de la “delegación palestina” al
gobierno USA, mostrando su voluntad de “paz por territorios”, con la aceptación,
no tácita, de las “Resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Así y a groso modo, vamos
caminando a los conocidos como Acuerdos de Oslo, donde al margen de la buena
sintonía que se establece entre I. Rabin y Y. Arafat, incluido el
chascarrillo resultante: “pregunta I. Rabin ¿Cuál es el deporte de los
judíos? Responde a Y. Arafat, dicen que hacer discursos. A lo que a su
vez contesta I. Rabin. Empiezo a creer que usted Mr. Arafat, es casi judío”.
Al margen del “chascarrillo” y el posterior lucimiento del “Mete mano a
fangango ajeno” poblador en aquel momento de la Casa Blanca ¿Qué resultados
prácticos arrojó aquella “pantomima”? Nada, al margen de la ola de atentados
suicidas en autobuses, cafés, etc. la cobardía del “líder palestino” una vez
más se hace manifiesta. Nunca se atrevió a enfrentarse a Hamas, pero sí y
puesto él a “buen recaudo”, se permitió al margen de robar toda la ayuda internacional,
el promover la “intifada”. Dentro de esa lógica, fruto de la deformación,
“siguiendo la tradición”: Israel debía de soportar estoicamente los atentados y
vulgares asesinatos y a cambio de ello no establecer nuevos asentamientos.
Cuando las personas nos negamos a aceptar la realidad, por desfavorable que
esta sea, no conseguiremos poner fin a nuestros propios problemas. Para bien o
para mal los “Acuerdos de Oslo al día de hoy están vigentes”. La OLP
reconoció el derecho de Israel a existir, y en contrapartida, Israel declaró a
la OLP, como órgano representativo del pueblo palestino.
A grandes rasgos, en estas siete
secuencias, se desarrolla la guerra fratricida, puesto que es entre hermanos, a
la que esperemos y deseemos que en alguna medida, ponga fin el desarrollo
cultural de unas masas en gran medida engañadas y manejadas por oportunistas
“jefucos”. Que ÉL en ambas concepciones, nos ilumine y nos conduzca a poder
actuar como esos hermanos que somos y que más pronto que tarde obremos consecuentemente
con esa fraternidad hoy rota.
Capt. Willie
No hay comentarios:
Publicar un comentario