Desde el horror de lo inevitable… Al error de no evitarlo…

      Ante noticias como las que a últimas horas de la noche de ayer recibo, solamente sé y me cabe, el reaccionar con una plegaria por ellos y pidiéndole al Supremo Hacedor, valor y templanza para sus familiares y amigos.

     A pesar de la conmoción y como homenaje a esas personas anónimas asesinadas en base a la razón de la sinrazón. En ésta, como siempre que se me presenta la oportunidad, manifiesto el desprecio que en mi despierta  la gran mayoría de la clase dirigente, que en los últimos treinta y cinco años nos tocó padecer.  Sean éstos políticos – eclesiásticos y/o gurús bien pensantes de la información desinformada.  Que en los finales de 2015 A.D.  (Deliberadamente utilizo la abreviatura de Anno Dómini), mal que les pese a esos papanatas – buenistas que, a estas alturas no se enteraron de que para algunos, la humanidad se divide en fieles e infieles. Que a estos últimos (los infieles), los hay que erradicar de la faz de la tierra. Y que el maligno está encarnado en esta vieja Civilización Occidental, de la que al parecer algunos de esos mandatarios, a los que hago referencia, se avergüenzan en plan suavón. De ahí que para mejorar su propia auto –estima, piensen en la posibilidad de incluir a la actual Turquía de  Recep Tayyit Erdogan, en miembro de hecho y derecho de la CEE.. Eso sí, tras que el “elemento” consiga destruir la única democracia existente en el  mundo musulmán. La verdad: lleva todo el camino de conseguir ambas cosas.

       Persuasivo no sé si soy, pero cansino y repetitivo, como el ajo. A pesar de haber estudiado de forma reglada el fenómeno religioso y las principales religiones (en función del número de seguidores), no acabo de entender, ni por asomo, ese papanatismo – buenismo  que nos corroe. ¿Tan mala es nuestra propia cotidianidad, que estamos en disposición, de que unos descerebrados nos la puedan jugar? ¿Acaso el “putero” y su corte de ojetes, aún tiene mala conciencia de su historia con respecto  a los años cincuenta y principio de los sesenta del siglo pasado en el N. de África?. Cuándo el Mohamed casado con la de las anchas espaldas, que habla de blanquitos, invoca a la justicia en su intervención televisiva de anoche, ¿a qué justicia hace referencia?.¡Que les pregunte a los familiares de los vilmente asesinados ayer en Francia y en este mismo instante en cualquier lugar del mundo y por el simple hecho de ser infiel!. Claro, él por más que lo niegue sigue siendo fiel.

      Lo hecho, mal hecho está. ¿Vamos a hacer algo para evitar episodios similares en un futuro próximo? ¿En base a los derechos humanos, seguiremos respetando la negativa a la identificación de los emigrantes, que no quieran ser identificados? ¿Seguiremos sin indicarles a esos emigrantes, que al S. para unos y al E. para otros, de su punto de partida, existen países afines, donde no habitan infieles y la ayuda humanitaria a destruir, no tiene el odiado logotipo de la cruz roja? ¿Que esos países afines a sus creencias, a su vez tienen rentas per cápita muy superiores a las de este vilipendiado mundo occidental? ¿Por qué en vez de pagarles mezquitas en Europa, no los acogen en las suyas?.

     Ignoro si la partida de ineptos – corruptos y ojetes de que se acompañan, se enterarán de una jodida vez, que el papanatismo – buenismo al que siempre que tienen ocasión hacen gala, solamente nos conduce a horrores como éste y que el error está, no en pasar a ser más malos, pero sí, en ser menos pendejos. Porque ser lo son, y a lo grande. Cuando no la están jodiendo, nos están jodiendo o a punto de joderla o de jodernos.  

                             Capt. Willie