El Planeta Azul y los vividores ecológicos…

    Si de algo estoy convencido y a la vez satisfecho, es de mi total incorrección política, teniendo en cuenta la perseverancia,  contumacia y tenacidad que tengo y pongo en ella. Mi primera muestra externa, la di con seis – siete años, cuando, con un par, me presento en un Cuartel de la Guardia Civil a presentar denuncia por “envenenamiento” de los peces  y mustélidos en el Rio Aboño. Causado por la entonces  Azucarera de Veriña, cuando al finalizar la campaña remolachera, largaba al río los restos de la limpieza de sus tanques. Denuncia, que claro está, dado el concepto de “medio ambiente” de la época, terminó con un par de rosquillas fritas, que me regalo la esposa del Cabo que mandaba el entonces Cuartel. Extremo este, que a los maledicentes les explicará  mi cariño y respeto por ese benemérito instituto, así como por sus componentes y familiares en general. 

     Tras una dilatada vida (a Dios gracias), después del episodio sucintamente descrito y convencido,  de que con harta e interesada frecuencia, se trata de confundir la Ecología con el Folclore Medio – Ambiental y sus amplios réditos. Así como lo difícil que resulta el contradecir tópicos, que sin conocer la procedencia, ni contrastar su contenido, se repiten una y otra vez. Hasta que llega un momento que incluso personas con total solvencia científica caen en ellos.
     Procurando alejarme de esa “soberbia”, de la que más de una vez fui (creo que injustamente) acusado. Fruto de la multidisciplinar formación científica – humana  que poseo y del destino, por el simple hecho de haberme dado la oportunidad de  estar, en el momento oportuno y en el lugar preciso. Puedo hablar y decir de experiencias vividas, que en alguna forma y medida condicionaron mis enfoques de pensar y actuar. Aquellos que conociéndome me identifican con este blog, saben fehacientemente (por haber sido actores principales o secundarios en mis vivencias), que por insólitas que puedan resultar, son reales. Que esa capacidad de la ubicuidad que los maledicentes me conceden, no deja de ser eso, maledicencia. 

      Los papanatas – buenistas – inútiles y otras especies de políticos que pululan por este nuestro planeta azul, no conformes con gastar nuestro dinero (su tiempo es secundario, si no la están jodiendo, están a punto de joderla o en el peor de los casos de jodernos), se reunieron recientemente a fin de salvarnos de todos los horrendos males que el futuro nos depara, en base al “calentamiento global”. Calentamiento global, al que de hacerles caso a ellos, y a sus desinteresados asesores científicos, son colaboradores necesarios y directos. Pues a nada que hacen o a lo mucho que joden, sus pedos (puro metano) no justifican que les mantengamos a mantel y mesa puesta. Recuerden que en términos generales, la polución ambiental por “unidad de político”, llevada a la fórmula correspondiente:

Dónde: Pa = Polución ambiental; UP = Unidad Político; R = Rendimiento; 100% (*) Salvo contadísimas excepciones.

    Los elefantes y los  hipopótamos, animales con los que en algún momento de mi vida tuve ocasión de “tratar” (a unos ahuyentándolos para que no comiesen los brotes tiernos de los cafetales y a los otros, para que no desprendiesen los muertos de las boyas de señalización de vértices hidrográficos), en ambos casos y a pesar de ser: unos, paquidermos y otros, parientes próximos de los cetáceos, y que de ambos, cuando ventosean, su hedor se aprecia a gran distancia, considero sin lugar a duda, que contaminan menos que los políticos a nivel individual. ¿Cómo será la pestilencia dejada tras la reciente Conferencia del Cambio Climático?.  El grado de osadía, estulticia y  mala fe, llega incluso a involucrar al responsable de una muy muy respetada creencia, al cual llevan a definirse, como si de esos politicachos papanatas – buenistas – inútiles, se tratase.

     Aclarada la “peste” que representan para el planeta azul esos elementos (insisto, salvo contadísimas excepciones), unido a sus ya citados “asesores”. Me hacen sentirme un privilegiado, no un “soberbio”, pues el hecho de ver en menos de dos horas (120”) emerger uno y desaparecer dos volcanes en el medio del mar, es algo que no todo el mundo pudo ver.  Piensen asimismo, que en el tiempo empleado por Vd. en leer este alegato, en la barrera del pacifico “nacen” y/o “mueren” un mínimo de tres volcanes.  Tanto los “emergentes” como los “hundidos”, en su periodo de actividad, la cantidad y toxicidad de los gases y lava desprendida a través de sus cráteres, es en el “mejor” de los casos, cien veces más contaminantes que toda la polución producida por las tres viejas siderúrgicas, las dos nuevas y las cuatro centrales térmicas establecidas en la última centuria en Asturias.

     Qué decir de las emanaciones de metano producidas en el Atlántico Norte (Triangulo de las Bermudas), donde las sedimentaciones arrastradas por los ríos americanos y escorrentías superficiales, al depositarse en la plataforma continental a gran profundidad (y consiguiente  presión), cuando se liberan en forma de gases, tienen la capacidad de alterar la densidad del agua de mar o aire, que hace que la flotabilidad, de acuerdo al principio del desplazamiento líquido en los buques, se vaya al carajo. En los aviones, por falta de comburente (oxígeno)  en sus motores o turbinas, con la consiguiente  carencia de empuje o escasez del efecto ala, se hundan unos o se precipiten al mar otros. Como si los tales Arquímedes y Newton fuesen meros elucubradores tal que  esos políticos y asesores a los que se hace referencia.

     De los veinte centímetros de media que subió el nivel del mar en los últimos cien años. Afirmar que es una categórica mentira  de fácil demostración. Los puertos de los países desarrollados y de los atrasados, tienen establecidos unos puntos llamados “Cero Hidrográfico del Puerto”. Cero de puerto, que independientemente de pendejadas, salvo por colmatación natural o artificial, no varió a no ser por efecto de un terremoto puntual y local. Es mentira que el nivel del mar haya subido en ninguno de los continentes conocidos. Puede ser puntual en función de la presión atmosférica.

     La alteración y disminución de la capa de Ozono. Otra gran mentira a apuntar a los seudocientíficos. Solamente es preciso estudiar sin paparruchadas el ciclo real de los Alisios y la necesaria justificación de un programa científico barato para la presencia en la Antártida. El día que encontremos un plan más económico que la cuantificación del Ozono (que para nada sirve, puesto que todos sabemos que es cíclico), deja de ser un problema dicho gas y nos ponemos a estudiar otro, tan innecesario como este, pero, insisto, más económico. Y si no se está en la Antártida y por casualidad hay un reparto. La jodimos.

      La solución al problema del calentamiento global del planeta azul, pasa por ponerles en el culo un tapón a los políticos, otro a sus asesores y uno no menos gordo a ciertos Catedráticos y Expertos de todo pelaje de ecologismo, no de ecología, que viven de engañarse y joder a todo aquel que puedan, en base a simulaciones sin base real científica alguna. 

                                 Capt. Willie