Pido disculpas a mis amables lectores por la
demora en que estoy incurriendo, para completar, la a mi ver y entender, semblanza
del Rvdo. P. P. Arrupe.
domingo, agosto 28, 2016
Una vez más “vuelvo por los fueros”, ahí tienen esa verdad… “La del barquero...”
domingo, agosto 14, 2016
El silencio del envidioso está lleno de ruidos…
(Khalil Gibran, ensayista y poeta Libanes - Maronita)
Por distintas personas más o menos próximas, en ambientes y situaciones diferentes, se me advirtió de viva voz y/o por escrito, que fulano, citano o mengano, me tenían envidia, y que éste u otro comportamiento hacia mí, eran un claro manifiesto de la misma.
Por distintas personas más o menos próximas, en ambientes y situaciones diferentes, se me advirtió de viva voz y/o por escrito, que fulano, citano o mengano, me tenían envidia, y que éste u otro comportamiento hacia mí, eran un claro manifiesto de la misma.
La
pereza (de acuerdo a mi educación: madre de todos los vicios), con la avaricia y la envidia son los únicos pecados capitales de los que
honradamente me considero exento. Suelo distinguir, por los comportamientos
individuales y colectivos, los efectos que los dos primeros ejercen sobre las
personas que los padecen. Apreciando asimismo la presencia del tercero: la envidia, cuando está dirigida a otras
personas o colectivos. Contrariamente cuando en mi entorno familiar o de
amistad alguien me indicaba que desataba envidias en tal persona, grupo o
cuerpo, nunca lo quise aceptar, ya que a priori era juzgar mal sin razón
aparente para ello, queriendo siempre interpretar por mi parte, que donde los
que me advertían veían envidia, quizás
fuese el rechazo que yo pudiese crear, dada mi forma de ser, pensar y/o
de comportarme. Queriendo presuponer que eran antipatías o incompatibilidades
de carácter que me ganaba a pulso.
jueves, agosto 11, 2016
Mi más sentida condolencia por los fallecidos, sus deudos y a los daños ocasionados por el “Temprano”…
Dado
el compromiso contraído con relevantes, para mí, compañeros y amigos Mexicanos,
para pergeñar las bases de un escrito, donde desde mi punto de vista exponga la
situación de total abandono al que la ignorancia, el oportunismo, la mala fe e
ignominia de nuestras autoridades políticas, sociales y eclesiásticas, están
conduciendo a esta antigua civilización occidental. Así en los últimos días,
para preservarme del día a día, me aislé del mundo y sus noticias. “Conectando”
hoy a través de una llamada telefónica de un compañero y amigo, quien me puso
en conocimiento del infortunio meteorológico sobrevenido, a esas para mí, queridas
tierras y personas que conforma México. Desdicha que con especial incidencia afectó
a los estados de Puebla y Veracruz en su confluencia entre la Sierra Madre
Oriental y la llanura costera del Golfo.
martes, agosto 02, 2016
Para quien tiene miedo, todo son ruidos… (Sófocles).
Desde que la conciencia (del lat. conscientĭa, del gr.
syneídēsis) como noción, formó parte intrínseca de mi
ser y estar, en las situaciones más difíciles de mi vida, dejé siempre claro y aclarado,
que la libertad es con circunstancial a ese mi ser y estar. Que esa libertad
está por encima de todos mis bienes y que tanto de ella, como de mis acciones u
omisiones, solamente rendiré, llegado el momento, cuentas a Él. Por no poseer
la verdad como percepción absoluta, toda mi vida procuré moverme dentro de los parámetros
que la conciencia me calificó de buenos o malos, con independencia de las consecuencias
de toda índole, que mis actos me pudiesen acarrear a corto o largo plazo.
Siempre procuré y me esforcé en ser fiel a mí mismo y por supuesto a esa conciencia.
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