En
anteriores ocasiones deje sentado, que a pesar de haber desempeñado ocasionalmente,
en algún momento de mi vida actuaciones en instrucciones judiciales de lo más
variopinto (desde fallecimientos por accidente o asesinato, averías, baratería,
remolques, robos, salvamentos y un largo etc., que no hacen al caso), éstas
siempre y en todos los casos fueron bajo la atenta supervisión del
correspondiente Auditor del Cuerpo Jurídico. Debiendo aclarar una vez más que
mi formación jurídica especifica es un tanto limitada y consecuentemente la
“constitucionalista” comparada, corre pareja a la anterior.
No obstante a esa carencia de educación específicamente
jurídica, mi formación humano - cívica
me permite distinguir y discernir lo moral o éticamente aceptable, de lo
rechazable, a la vez que por “academicismo” formal, sé de la existencia e
interpretación básica, que en un momento
dado me exigieron, de las distintas leyes y códigos, que dentro de la tradición
del ordenamiento jurídico romano y/o del anglosajón están en uso, y que como
ciudadano libre me afectan. Lo cual a priori me lleva a distinguir perfectamente
el concepto de legalidad e ilegalidad.
Sentados estos elementales conceptos, me
veo obligado a precisar, independientemente del respeto que todas las
“Constituciones Democráticas” me merecen, como ley de leyes y de la que emanan
las demás y correspondientes reglamentos afines a cada una de ellas, y al país
en particular. Con más o menos “circunloquios” en su redacción, siempre en
función del pragmatismo y/o populismo de las “cámaras constituyentes”. Las “Fuerzas
Armadas” y las de “Orden público” (defínanse como se quiera), siempre y en
todos los casos, están supeditadas al “mando” (como facultad para mandar con
poder para obligar a obedecer) del Poder Ejecutivo, legalmente
constituido. Siendo los servicios a prestar a la nación a que
pertenecen, en síntesis: “la defensa de
la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y la
del orden constitucional”. La vuestra, como todo lo que os es común, tiene más “populismo”, que
esta “vecina” y consecuentemente, es más sobria.
Que los principios que establezco en los
párrafos que anteceden dejan dilucidada mi capacidad para entender (como
percepción y comprensión) de las leyes en general y de las “Constituciones” en
particular, creo que queda meridianamente claro. Lo que me lleva a afirmar: Que
NUNCA, por activa o pasiva, ni de palabra (en público o en privado) ni por supuesto tampoco por escrito, justifiqué
ni alenté la subversión en ningún país, incluida la República de Venezuela.
Siendo una felonía inadmisible, la acusación que en base al párrafo que a
continuación transcribo, un “generaluco chavista”, en situación de retiro (pariente
muy próximo, por más señas), realiza a través de un excelente amigo mío, quien
en un momento dado fue compañero común de formación.
Copia literal del párrafo motivo de falsa
polémica, como elemento destructivo y de desprestigio. Publicado en este mismo
blog por el propietario, bajo el epígrafe: “Cuán
difícil se hace, el no poder hablar bien de aquello que se quiere…” de fecha: “jueves,
febrero 23, 2017”.- ““De lo que de “allí me llega” en la actualidad y de las
informaciones que de “aquí y de allá” puedo obtener, tras el paso de República
de Venezuela a Bolivariana, en el camino del cambio se perdió algo que
caracterizaba al pueblo de Venezuela, ese “algo” se manifestó sobradamente en
la corta duración de las “asonadas” de marzo de 1992 (Chávez – Acosta – Arias –
Urdaneta) y en la de noviembre del mismo
año (Cabrera – Grüber – Reyes – Visconti). “Algo” que a partir de entonces de
forma clara y manifiesta se rompió y con su ruptura condujo a la situación de
empobrecimiento moral del país. Lo económico con ser grave, tiene solución,
pero el claro enfrentamiento civil que se generó y degeneró, para en base a la
división mandar, no gobernar: ese es mucho más difícil de solucionar, llevando
todo el camino de terminar en una fratricida conflagración, que el que esto
escribe, confía pueda evitar la gran mayoría de las profesionales fuerzas
armadas del país, ayudadas y alentadas por auténticos patriotas tanto militares
como civiles.””
Posiblemente sea que tus “estrellas” las
ganaste en la rifa de una tómbola o como el “Brasileño” del chiste: “por boa
conducta”, o más bien por fidelidad a tu “jefuco” (ni él, ni tu superasteis
nunca la condición de eso, meros “jefucos”). Los cambios sociales que se
desprenden de “La Guerra”, si pueden interpretarse como la evolución
social que se impulsa mor a la “Revolución Francesa”, e incluso entroncarla en algún
modo con la actual “globalización”. Nunca y en ningún, caso con esa “golfada” o
“golfería”, empobrecedora en lo económico – social y paupérrima en lo anímico,
a la que los ineptos y oportunistas como
tú y el resto de “amiguetes”, llevasteis a ese rico país, y encima usando el
nombre del Libertador en vano.
Los GOLPISTAIS SOIS VOSOTROS, que
acostumbrados a jugar con las cartas marcadas, ahora a mitad de partido,
queréis cambiar las reglas. Clausewitz, nombre para ti y para tus “colegas”
impronunciable, estudiándolo en profundidad, puede que justifique de pleno, la
intervención militar, siempre y cuando sea en salvaguarda de la Constitución
vigente. La misma, que en un momento dado, vosotros hicisteis a vuestra
imagen y semejanza, semejanza que al faltaros la “verborrea” del “gorila rojo”,
se os fue de la manos.
Si tras la debacle que más antes que después
se os avecina, sales con vida del trance, no dudes en nombrarme tu defensor en
el “sumarísimo”, pues no soy rencoroso, y por las referencias que me dan, será
difícil que encuentres otro que no sea yo, tu primo.
Ahora que ya sé lo que había tras la llamada
de atención de mi distinguido y siempre caballeroso amigo Sócrates. Decirte, me
encargó le evites “la pena de tener que rechazar tus llamadas telefónicas”
(es textual la cita, aunque no entiendo la pena, cuando el colgarte, para mí siempre
sería un placer). Solamente pedir que la unión cívico – militar o militar –
cívico actué y os “corra a gorrazos” a todos esos gorrones y gorrinos que
hundisteis el país en la más profunda de las depresiones anímicas y económicas.
Tened presente que todos los movimientos de
la “alegre sicariada”, que os hacen los “trabajos sucios”, están siendo
grabados vía satélite y almacenados. Que ellos como ejecutores pagaran caros
sus desmanes, pero a los “jefucos”, no os auguro mejores salidas.
Conciudadanos de tu Sra. Madre (q.e.d.)
me piden te/os recuerde que están sin percibir desde hace meses las pensiones, que
ese “gobierno de maduro, ya podrido”, no les paga. Pensiones que en su día
cotizaron para que vosotros las malversarais.
Ni convencéis, ni venceréis, una cosa es que
en base a desviar el dinero de las pensiones para pagar Estulto Pijos Progres, éstos
mientras paguéis os defiendan, y otra, que cuando “caigáis” se acuerden de
vosotros. El dicho popular es inexorable: A todo cerdo le llega su San Martín y
el vuestro está, muy, pero que muy próximo…
¿DÓNDE ESTÁN LOS GOBIERNOS DEMOCRATAS DE BOQUILLA? ¿QUIÉN ES EL VALIENTE QUE HACE ALGO A FAVOR DE LA DEMOCRACIA
Y DE LOS DEMOCRATAS DE VENEZUELA…?
Capt. Willie
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