sábado, mayo 06, 2017

Donde dije, dijeron que dije… Y aquí y ahora quiero decir…

    En anteriores ocasiones deje sentado, que a pesar de haber desempeñado ocasionalmente, en algún momento de mi vida actuaciones en instrucciones judiciales de lo más variopinto (desde fallecimientos por accidente o asesinato, averías, baratería, remolques, robos, salvamentos y un largo etc., que no hacen al caso), éstas siempre y en todos los casos fueron bajo la atenta supervisión del correspondiente Auditor del Cuerpo Jurídico. Debiendo aclarar una vez más que mi formación jurídica especifica es un tanto limitada y consecuentemente la “constitucionalista” comparada, corre pareja a la anterior. 
 
     No obstante a esa carencia de educación específicamente jurídica, mi formación humano -  cívica me permite distinguir y discernir lo moral o éticamente aceptable, de lo rechazable, a la vez que por “academicismo” formal, sé de la existencia e interpretación  básica, que en un momento dado me exigieron, de las distintas leyes y códigos, que dentro de la tradición del ordenamiento jurídico romano y/o del anglosajón están en uso, y que como ciudadano libre me afectan. Lo cual a priori me lleva a distinguir perfectamente el concepto de legalidad e ilegalidad.

    Sentados estos elementales conceptos, me veo obligado a precisar, independientemente del respeto que todas las “Constituciones Democráticas” me merecen, como ley de leyes y de la que emanan las demás y correspondientes reglamentos afines a cada una de ellas, y al país en particular. Con más o menos “circunloquios” en su redacción, siempre en función del pragmatismo y/o populismo de las “cámaras constituyentes”. Las “Fuerzas Armadas” y las de “Orden público” (defínanse como se quiera), siempre y en todos los casos, están supeditadas al “mando” (como facultad para mandar con poder para obligar a obedecer) del Poder Ejecutivo, legalmente constituido. Siendo los servicios a prestar a la nación a que pertenecen, en síntesis: “la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y la del orden constitucional”. La vuestra, como todo lo  que os es común, tiene más “populismo”, que esta “vecina” y consecuentemente, es más sobria.

     Que los principios que establezco en los párrafos que anteceden dejan dilucidada mi capacidad para entender (como percepción y comprensión) de las leyes en general y de las “Constituciones” en particular, creo que queda meridianamente claro. Lo que me lleva a afirmar: Que NUNCA, por activa o pasiva, ni de palabra (en público o en privado) ni  por supuesto tampoco por escrito, justifiqué ni alenté la subversión en ningún país, incluida la República de Venezuela. Siendo una felonía inadmisible, la acusación que en base al párrafo que a continuación transcribo, un “generaluco chavista”, en situación de retiro (pariente muy próximo, por más señas), realiza a través de un excelente amigo mío, quien en un momento dado fue compañero común de formación.   
 
   Copia literal del párrafo motivo de falsa polémica, como elemento destructivo y de desprestigio. Publicado en este mismo blog por el propietario, bajo el epígrafe: “Cuán difícil se hace, el no poder hablar bien de aquello que se quiere…” de fecha: “jueves, febrero 23, 2017”.- ““De lo que de “allí me llega” en la actualidad y de las informaciones que de “aquí y de allá” puedo obtener, tras el paso de República de Venezuela a Bolivariana, en el camino del cambio se perdió algo que caracterizaba al pueblo de Venezuela, ese “algo” se manifestó sobradamente en la corta duración de las “asonadas” de marzo de 1992 (Chávez – Acosta – Arias – Urdaneta) y  en la de noviembre del mismo año (Cabrera – Grüber – Reyes – Visconti). “Algo” que a partir de entonces de forma clara y manifiesta se rompió y con su ruptura condujo a la situación de empobrecimiento moral del país. Lo económico con ser grave, tiene solución, pero el claro enfrentamiento civil que se generó y degeneró, para en base a la división mandar, no gobernar: ese es mucho más difícil de solucionar, llevando todo el camino de terminar en una fratricida conflagración, que el que esto escribe, confía pueda evitar la gran mayoría de las profesionales fuerzas armadas del país, ayudadas y alentadas por auténticos patriotas tanto militares como civiles.””

     ¡Joder primo! Que yo sepa no como. ¡Si tuvieses lo que yo te suponía, te hubieses dirigido a mí sin intermediarios! Mis principios, distintos a los tuyos/vuestros, me impiden dirigir la represión contra nadie, ni necesito recurrir a ningún teórico y menos al “Prusiano”, al que creo recordar, que en aquella época en que coincidimos, tu desconocías su nombre y existencia, desconocimiento que al día de hoy te supongo.
 
    Posiblemente sea que tus “estrellas” las ganaste en la rifa de una tómbola o como el “Brasileño” del chiste: “por boa conducta”, o más bien por fidelidad a tu “jefuco” (ni él, ni tu superasteis nunca la condición de eso, meros “jefucos”). Los cambios sociales que se desprenden de “La Guerra”, si pueden interpretarse como la evolución social que se impulsa mor a la “Revolución Francesa”, e incluso entroncarla en algún modo con la actual “globalización”. Nunca y en ningún, caso con esa “golfada” o “golfería”, empobrecedora en lo económico – social y paupérrima en lo anímico, a  la que los ineptos y oportunistas como tú y el resto de “amiguetes”, llevasteis a ese rico país, y encima usando el nombre del Libertador en vano.
 
   Los GOLPISTAIS SOIS VOSOTROS, que acostumbrados a jugar con las cartas marcadas, ahora a mitad de partido, queréis cambiar las reglas. Clausewitz, nombre para ti y para tus “colegas” impronunciable, estudiándolo en profundidad, puede que justifique de pleno, la intervención militar, siempre y cuando sea en salvaguarda de la Constitución vigente. La misma, que en un momento dado, vosotros hicisteis a vuestra imagen y semejanza, semejanza que al faltaros la “verborrea” del “gorila rojo”, se os fue de la manos.
 
   Si tras la debacle que más antes que después se os avecina, sales con vida del trance, no dudes en nombrarme tu defensor en el “sumarísimo”, pues no soy rencoroso, y por las referencias que me dan, será difícil que encuentres otro que no sea yo, tu primo.
 
   Ahora que ya sé lo que había tras la llamada de atención de mi distinguido y siempre caballeroso amigo Sócrates. Decirte, me encargó le evites “la pena de tener que rechazar tus llamadas telefónicas” (es textual la cita, aunque no entiendo la pena, cuando el colgarte, para mí siempre sería un placer). Solamente pedir que la unión cívico – militar o militar – cívico actué y os “corra a gorrazos” a todos esos gorrones y gorrinos que hundisteis el país en la más profunda de las depresiones anímicas y económicas.
 
   Tened presente que todos los movimientos de la “alegre sicariada”, que os hacen los “trabajos sucios”, están siendo grabados vía satélite y almacenados. Que ellos como ejecutores pagaran caros sus desmanes, pero a los “jefucos”, no os auguro mejores salidas.
 
   Conciudadanos de tu Sra. Madre (q.e.d.) me piden te/os recuerde que están sin percibir desde hace meses las pensiones, que ese “gobierno de maduro, ya podrido”, no les paga. Pensiones que en su día cotizaron para que vosotros las malversarais.
 
   Ni convencéis, ni venceréis, una cosa es que en base a desviar el dinero de las pensiones para pagar Estulto Pijos Progres, éstos mientras paguéis os defiendan, y otra, que cuando “caigáis” se acuerden de vosotros. El dicho popular es inexorable: A todo cerdo le llega su San Martín y el vuestro está, muy, pero que muy próximo…

¿DÓNDE ESTÁN LOS GOBIERNOS DEMOCRATAS DE BOQUILLA? ¿QUIÉN ES EL VALIENTE QUE HACE ALGO A FAVOR DE LA DEMOCRACIA Y DE LOS DEMOCRATAS DE  VENEZUELA…?

                         Capt. Willie

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