Consciente
de los criminales y terroríficos efectos de las minas antipersonales y sus secuelas,
tanto en lo físico como en lo psíquico, y los estragos que las mismas pueden
causar sobre la pobre, de por sí, economía de subsistencia en las zonas rurales
de cualquier país y consecuentemente en esa querida tierra colombiana; donde el
campesinado en alguna zonas determinadas tiene que vivir y convivir con el mal
añadido de las mismas, me llevan a colgar el presente. Como respuesta al mismo desearía
que Vd. estableciese el correspondiente enlace, que nos condujese a esa
dirección de la entidad encargada de recopilar fondos destinados al auxilio
directo de los damnificados por tales infernales artefactos.
Lo
más malo o aún peor, es que al ser la “insurgencia” un ejército no regular, en
la gran mayoría de los casos, aunque se les “suponga” la mejor y buena voluntad
del mundo – mundial (expresión de la que mi hermano Sil dice tener “copyright”,
aunque benignamente me permite su uso), su colaboración con los esforzados y abnegados
desactivadores del ejército y policía
nacional colombiana, resultará un tanto infructuosa. Ya que no dispondrán de
cartografía exacta de su ubicación, teniendo que determinar la posición de cada
una de ellas y tipo en particular sobre el “propio terreno”, con el
consiguiente riesgo para la integridad física de los desactivadores.
El que esto suscribe, por los
condicionantes propios de la edad y formación, cree estar en disposición de
poder navegar con cartografía limitada,
tablas y muy escasos instrumentos (compas, incluso magnético, cronómetro,
sextante), con cualquier sistema hiperbólico
y por supuesto GNSS, pero… en la red de redes, la cosa cambia, al
faltarme vocabulario “básico” o
terminología “net”.
La red que trato de usar tiene una maya con
aberturas u ojos muy grandes o tan
pequeños, que lo cierto, es que no capturo nada. De ahí que los lectores
avezados de este mi blog puedan informarse directamente y por sus propios
medios, de los estragos que dichos canallescos
artilugios infieren a la población más desfavorecida.
Pues aunque el desminado figura en los
acuerdos de paz, el proceso puede durar años y la costosa “reparación” físico –
quirúrgica de los afectados y de los efectos psíquicos al principio ya
enunciados.
Gracias anticipadas.
Muy respetado y querido Comte. Willie:
ResponderEliminarMuy, pero que muy obligado le quedaría, sí U. tuviese a bien dar, no darme, una elucidación a las colijas que le trasladaron a retirar el lazo Web, que tan gentilmente a través de éste su bienquisto blog, me inclinó a incluir.
No considere falta de acato o mal antojo el presente billete. Más ante la imposibilidad de copiarle vía phono, a indicación del Ldo. Arias, le realizo el mandado: sé y los que bien le conocemos y mejor consideramos saben, que razones de delicadeza o de otra recóndita cualidad indujeron al Comte Willie para retirarlo. Así mí arrojo, por otros compartido, de la petición de la ajustada elucidación.
Sea dadivoso y detenido en su bonito hablar y consiguiente escribir, sus escritos y comentarios siempre son motivos de placenteras tertulias entre aquellos que fuimos por U. tratados como amigos y condiscípulos, siendo sus meros alumnos. Escasas personas tienen su capacidad de permanencia en el sentir de sus condiscípulos ajenos, subordinados y alumnos.
Gracias por la presente publicación y posible estadía.
A. R. Sócrates R. T.
Sentí no atender sus llamadas por estar ausente. A mi regreso vi que las había realizado.
EliminarSi lo intenta de nuevo a partir de las 18.00 LT. me agradará el poder hablar con Vd.