Con harta frecuencia durante muchos años, y
dependiendo en el país en el que me encontrase, se me acusaba, medio en serio
medio en broma, de mi especial querencia por el correspondiente vecino: en
todos los casos, puedo afirmar que erraban estrepitosamente, pues mi afecto por
los unos o por los otros era y es, el mismo. Si bien es cierto que existen
excepciones, las cuales obvio al no hacer referencia a ellas. Esto no excluye,
de amistades personales o afinidades a colectivos de esas nacionalidades.
El cariño y respeto que me merecen como
conjunto social – nacional los: Rotos (Chilenos, en el sentido más restrictivo y
figurativo, que se representa en la estatua erigida en la plaza Yungay de
Santiago); Charrúas, (Uruguayos, pobladores de la “banda oriental” del Río de
la Plata, citados como valientes guerreros por el SJ Pedro Lozano); Costeños y
Serranos (Ecuatorianos. Monos, mor a la estratagema – estratégica de
suspenderse de los arboles); Cafeteros (Colombianos, como productores primarios
de tal preciado producto agrícola y base socio – cultural – económica, con toda
una proyección mundial de bien hacer); Venezolanos (a cuyo gentilicio respondieron
y correspondieron los ciudadanos de ese gran país), hoy tristemente convertidos
y conocidos, para su desgracia, mor a la nefasta gestión del “gorila rojo” y su
sucesor - heredero el “mono amarillo”, en “Pobrezolanos”; Canaleros (Panameños,
como los otros tres gentilicios que anteceden, y a los que hago referencia,
pertenecientes a lo que fue la Gran Colombia), actual “punto libre de encuentro
y fusión de culturas” (al decir del Rvdo. P. Xavier Villanueva, q.e.d.) ¿Qué
podría decir yo de los anteriormente citados y de los Nicas o Pinoleros;
Catrachos; Guanacos o Cuzclatecos; Chapines y/o de los Mexicanos? ¡Que les
quiero!, y que con sus peculiaridades nacionales, y algunas veces acendrado
nacionalismo, por lo general no excluyente, les hace acreedores de todo mi respeto y
consideración.
Sin menosprecio hacia ninguno de los
mencionados, quiero dejar patente mi muy especial “afecto” para los “Miskitos” y
los “Isleños” de las “Islas de la Bahía”, quienes supieron compartir conmigo
los más encomiables sentimientos y acciones.
Si no precisados, sí al menos esbozados
cuales son mis íntimos sentimientos hacia los países mencionados y sus
pobladores, paso a referirme al que en otro momento fue miembro de pleno
derecho de la “Gran Colombia”, a la que haciendo honor a la historiografía con
harta frecuencia recurro en mi hablar y escribir (dejando deliberadamente de
lado la denominación de “Nueva Granada”), cuando me refiero a la actual
República de Colombia.
La República Bolivariana de Venezuela,
nombre al que “derivó” la República de Venezuela, debido a la desgracia que le
sobrevino, cuando un “salva patrias”, llamado Hugo Rafael Chavez Frías, accede
al poder en las elecciones de febrero de 1998, quien aprovechándose de la
obtención del segundo mayor porcentaje de votos, en la cuarentena de años que
discurren entre la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y la
consiguiente “amnesia”, a la que en un momento dado, la corrupción conduce al
pueblo venezolano. Hacen que los tres postulados establecidos en el llamado “Pacto
de Puntofijo” (31 de octubre de 1958), se vulneren flagrantemente, en base a
las promesas incumplidas, que rompen con la Constitución de 1961, obteniendo la
aprobación de una nueva, por votación popular, en 1999. La cual, teóricamente,
se inspira en la de 1947, derogada por el dictador anteriormente citado.
Indudablemente, la abrupta caída de la economía que se produce tras el
boom de la “saudizacion” de la economía, a la que ya hice referencia (febrero
23, 2017. “Cuán difícil se
hace, el no poder hablar bien de aquello que se quiere…”), unido al
irreparable daño ético – moral que le causó a la democracia venezolana, la
sucesión de escándalos financieros, ambición desmedida de cierta clase política
y los efectos retardados del propio “Caracazo”, que se inicia el 27 de febrero con
“un baño de sangre” y finaliza, el 8 de marzo de 1989. Fuentes dignas de
crédito cifran, el número de muertos en unos trescientos, siendo escalofriante el
de desaparecidos, que se barajaron en su momento, y que en la distancia del
tiempo, se estiman en unas tres mil personas. ¡Estamos hablando de “tres mil
personas, como nosotros, desaparecidos…”!.
Muy sintetizados, esos fueron los “polvos”,
que nos condujeron a estos “lodos”. Así, imbuido de un “providencialismo” muy
propio de ciertos militares, que en el fondo de su formación castrense no
superaron los resabios heredados de aquel viejo ejército español, sobrevenido de la
guerra de la independencia contra el francés y posteriores guerras coloniales. Aparece
en escena el “chimpancé rojo”, quien aspirando a más, llegó a convertirse en el
“gorila rojo”.
Muy sintetizados, esos fueron los “polvos”,
que nos condujeron a estos “lodos”. Así, imbuido de un “providencialismo” muy
propio de ciertos militares, que en el fondo de su formación castrense no
superaron los resabios heredados de aquel viejo ejército español, sobrevenido de la
guerra de la independencia contra el francés y posteriores guerras coloniales. Aparece
en escena el “chimpancé rojo”, quien aspirando a más, llegó a convertirse en el
“gorila rojo”.
A quien concediéndole el beneficio de la
duda: quizás pleno de buenas intenciones y con una “cagada mental” fenomenal,
busca la solución a los males nacionales en base al comunismo, disfrazándolo de
toques indigenistas, utilizando en vano el nombre del Libertador, y en
disposición de ser “líder” a costa de empobrecer a su propio país. Gracias a
él, la “Hacienda Caribeña de los Castro” o la de los sucesores de “Tachito
Somoza”, empiezan a disfrutar del “dulce petróleo” venezolano y de los
“petrodólares” que se sustraen de PDVSA, a través del Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo, “petrodólares, que lo mismo sirven para comprar el liderazgo
político entre los afines, que para hacer “ricos a los colaboradores necesarios
en el saqueo nacional”.
Con el “líder por excelencia” y su liderazgo,
se cumplió la “receta de libro”. El empobrecimiento total del país. La incuria,
necesidad y hambre física al que lo
condujo, fue y es culpa de esos “contubernios capitalistas – racistas – anti
indigenistas”, que no supieron apreciar todo lo que de sí podía dar un “líder”
como él. ¡Ingratos ignorantes!
Lo cierto y verdad, es que tras “joder” por
completo la convivencia nacional y hundir totalmente la economía, el “jodido”
de él se muere y deja de heredero al “maduro”, aspirante a través de la
inspiración del “pajarito” a ascender a “podrido” y con pretensiones de llegar
a emular al “amado líder”, y perpetuarse en el poder. Cuenta para ello con la
ayuda necesaria de la, en otra hora “Heroína” (según decir del “Carnicero de la
Habana”), hoy simplemente “gorilita”. Pero… ojito, posiblemente la mayor
fortuna, del actual paupérrimo país, en el que su difunto papá y su sucesor
convirtieron a Venezuela.
Que ese “duopolio” y colaboradores
necesarios para delinquir, caigan es cuestión de tiempo, y tampoco mucho: la
valentía a la que está haciendo gala el pueblo venezolano, rasga las cortinas
tejidas por los Estulto Pijos Progres, que se lucran del régimen Comunista que
el “mono amarillo” encarna. Así se vio obligado a romper con la OEA, pues la
inminencia de serias sanciones a su criminal régimen, le conducen
inexorablemente al más absoluto aislamiento internacional. Siendo el momento
ahora de ver las reacciones de los dos “indigenistas” y del “Hacendado sucesor
de Tachito Somoza”. Del “cadáver político” sucesor del “Carnicero de la
Habana”, ni se sabe, ni se le espera.
Del que tampoco se espera nada es del
“Peronista” asentado en el Vaticano, pues por el Secretario de Estado que
tiene, “tendría que saber más de lo que reza”, dejando como vimos los rezos para
los episcopados de Panamá y Colombia, que se plantaron y mostraron quienes son
y quienes los componen. Esperando y deseando que el “comisario político” a
enviar a Ecuador, en sustitución del recientemente “ascendido”, no impida que
el episcopado ecuatoriano se pronuncie en la misma línea. Pues la verdad es que
Mons. J. L. Urosa, con las buenas palabras que le dan y la falta de hechos,
debe de “sentirse” a lo ”Cagancho en Almagro”: o dado su hacer y personal trayectoria,
posiblemente aún peor… si cabe.
A pesar del “abrigo” de esos “desinteresados
mediadores” de los que goza el “criminal régimen” del “mono amarillo” y por
añadidura de la “gorilita” (un día heroína). A todo “chancho le llega su S.
Martín”. Ellos y su corte de criminales de primera fila no lo tienen claro. La
“Hacienda caribeña de los Castrones” hoy no es segura, lo mismo le pasa a la
del “sucesor de Tachito” y los dos “indigenistas”, llegado el caso, opinaran “Muerto
el burro, se jodió la albarda”. “No hay más cera que la que arde”. La
posibilidad de un exilio dorado en Teherán, queda descartada. A parte de la
“gorilita”, existen otras “damiselas” que dicen no sentirse favorecidas con el hiyab
(muestra evidente de lo optimistas que son, cuando se miran al espejo). “Siempre
nos quedara Corea del Norte…” París… lo tienen “jodido”.
No obstante, si los jefes no lo tienen “claro”,
la morralla sus “sicarios”, lo tienen auténticamente mal. Sus fotografías con
todo lujo de detalles en su actuar, incluida “hoja de vida”, más antes que
después, estarán en las redes, lo cual les augura una “caza de ratas” de la que
muy pocos se librarán.
¿Dónde están y se encuentran esos
democráticos gobernantes del mundo mundial? ¿Acaso están ciegos y sordos? ¿No
ven lo que está sucediendo con los ciudadanos y opositores democráticos en
Venezuela? ¿Qué esperan de los buenos oficios y posibles caros honorarios de
los “mediadores”? ¡Acaso milagros! La verdad no lo entiendo… pero con el
beneplácito de unos y el culpable y cobarde mirar para otro lado. Los
demócratas venezolanos están solos…
¿QUIÉN
ES EL VALIENTE QUE HACE ALGO…?
Capt. Willie
Muy respetado y querido Comte. Willie:
ResponderEliminarConsciente de que le estoy achiquitando, quiero valerme y que U. se valga de la afirmación que hace un NCO Pumpman, que entreveo compartió destino a sus órdenes, en la “multinacional” en Trieste. Para este su siempre amigo, compañero y servidor: permanecerá en mí imaginario como el Lt.Cdr. Willie. Con su fino porte y hablar, aquel, que cuando intervenía, siempre lo hacía para evitar cayésemos en la clásica pelea de tigre con burro amarrado, pleitos a los que tan dados estábamos. Se hace preciso el conocerle para entender el “que Dios me lo pague”. Ese su dicho y consecuente actuar. ¡Que de sorpresa nos pillaba cuando era toda la cancelación por U. reclamada!
Una vez no más, me repito, le deseo de corazón: que Dios le pague el cariño que en toda ocasión revela a mí querida patria y a mis conciudadanos.
Le quedaría muy reconocido sí en el día de mañana 5-5-17 a sus 1800LT respondiese a mi llamado, quisiese hacerle unos requeridos sobre varias cuestiones que le preocupan a un condiscípulo, quien con otros cinco fue de nosotros en el CZ. El necesita de sus conocimientos interpretativos de la doctrina Carl von Clausewitz.
Suyo siempre amigo, compañero y servidor.
A. R. Sócrates R. T.
PD. Le solicito me dé publicación o al menos me muestre su disposición horaria.
Amigo y compañero Sócrates:
EliminarTras su despedida, con el encabezamiento que utilizo en esta mi respuesta, disculpa todo posible “achiquitado” o “engrandecido”. Nuestra memoria es la que es y no otra.
Le agradezco, aunque inmerecidas, las alabanzas que de mi persona realiza y me hace gracia su expresión del “… burro amarrado”.
Créame Vd. que la petición expresa a que hace referencia de ser retribuido por el Altísimo, tanto a nivel individual como familiar, sin caer en la insolencia, lo considero una muestra de inteligencia, pues dentro de nuestras respectivas creencias familiares, Él o El representan el sumun en equidad, lo cual justifica que queramos ser juzgados y retribuidos de acuerdo a sus baremos.
En mis principios, figura uno que más o menos asevera, “que para ser bien nacido, hay que ser agradecido” y de la Republica de Colombia y de los colombianos que conocí, solamente recibí el mismo respeto y consideración que Vd. siempre me muestra.
Espero su llamada de esta misma tarde, sorprendiéndome muy gratamente la importancia que en los últimos años se le dan a las teorías y consiguientes “filosofías” del “Prusiano”. Quien le iba a decir a su Sra. esposa, que al organizar sus publicaciones póstumas, adquirirían con los años la transcendencia que tomaron, pues si en un momento fueron asignatura obligada en las academias militares, hoy los son de toda universidad que se precie, sea de formación puramente humanística, como técnico – científica y/o de “business”.
No obstante aclararle que hace muchos años que no manejo dichos textos, pero sigo teniendo muy clara una afirmación suya (del “Prusiano”) que fue muy muy manipulada “La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas”. Interpretando siempre en mi caso, que lo que quería dejar sentado con dicha frase - afirmación, era la subordinación del poder militar al poder civil – político, siéndome muy difícil de entender o asimilar, lo que alguien en momentos dados de la historia, como auto – exculpación definió de “estado de extrema necesidad”. Ignoro que significa dicho concepto.
Entretanto le pueda manifestar esta tarde telefónicamente, mi aprecio y respeto, delo Vd. por recibido.