miércoles, mayo 03, 2017

Hoy va, no de maduro ni de heroína, si no de “podrido” y de “gorilita”…


   Con harta frecuencia durante muchos años, y dependiendo en el país en el que me encontrase, se me acusaba, medio en serio medio en broma, de mi especial querencia por el correspondiente vecino: en todos los casos, puedo afirmar que erraban estrepitosamente, pues mi afecto por los unos o por los otros era y es, el mismo. Si bien es cierto que existen excepciones, las cuales obvio al no hacer referencia a ellas. Esto no excluye, de amistades personales o afinidades a colectivos de esas nacionalidades.
 
   El cariño y respeto que me merecen como conjunto social – nacional los: Rotos (Chilenos, en el sentido más restrictivo y figurativo, que se representa en la estatua erigida en la plaza Yungay de Santiago); Charrúas, (Uruguayos, pobladores de la “banda oriental” del Río de la Plata, citados como valientes guerreros por el SJ Pedro Lozano); Costeños y Serranos (Ecuatorianos. Monos, mor a la estratagema – estratégica de suspenderse de los arboles); Cafeteros (Colombianos, como productores primarios de tal preciado producto agrícola y base socio – cultural – económica, con toda una proyección mundial de bien hacer); Venezolanos (a cuyo gentilicio respondieron y correspondieron los ciudadanos de ese gran país), hoy tristemente convertidos y conocidos, para su desgracia, mor a la nefasta gestión del “gorila rojo” y su sucesor - heredero el “mono amarillo”, en “Pobrezolanos”; Canaleros (Panameños, como los otros tres gentilicios que anteceden, y a los que hago referencia, pertenecientes a lo que fue la Gran Colombia), actual “punto libre de encuentro y fusión de culturas” (al decir del Rvdo. P. Xavier Villanueva, q.e.d.) ¿Qué podría decir yo de los anteriormente citados y de los Nicas o Pinoleros; Catrachos; Guanacos o Cuzclatecos; Chapines y/o de los Mexicanos? ¡Que les quiero!, y que con sus peculiaridades nacionales, y algunas veces acendrado nacionalismo, por lo general no excluyente, les hace acreedores de todo mi respeto y consideración.

   Sin menosprecio hacia ninguno de los mencionados, quiero dejar patente mi muy especial “afecto” para los “Miskitos” y los “Isleños” de las “Islas de la Bahía”, quienes supieron compartir conmigo los más encomiables sentimientos y acciones.
 
   Si no precisados, sí al menos esbozados cuales son mis íntimos sentimientos hacia los países mencionados y sus pobladores, paso a referirme al que en otro momento fue miembro de pleno derecho de la “Gran Colombia”, a la que haciendo honor a la historiografía con harta frecuencia recurro en mi hablar y escribir (dejando deliberadamente de lado la denominación de “Nueva Granada”), cuando me refiero a la actual República de Colombia.
 
   La República Bolivariana de Venezuela, nombre al que “derivó” la República de Venezuela, debido a la desgracia que le sobrevino, cuando un “salva patrias”, llamado Hugo Rafael Chavez Frías, accede al poder en las elecciones de febrero de 1998, quien aprovechándose de la obtención del segundo mayor porcentaje de votos, en la cuarentena de años que discurren entre la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y la consiguiente “amnesia”, a la que en un momento dado, la corrupción conduce al pueblo venezolano. Hacen que los tres postulados establecidos en el llamado “Pacto de Puntofijo” (31 de octubre de 1958), se vulneren flagrantemente, en base a las promesas incumplidas, que rompen con la Constitución de 1961, obteniendo la aprobación de una nueva, por votación popular, en 1999. La cual, teóricamente, se inspira en la de 1947, derogada por el dictador anteriormente citado.

  

   Indudablemente, la abrupta caída de la economía que se produce tras el boom de la “saudizacion” de la economía, a la que ya hice referencia (febrero 23, 2017. Cuán difícil se hace, el no poder hablar bien de aquello que se quiere…”), unido al irreparable daño ético – moral que le causó a la democracia venezolana, la sucesión de escándalos financieros, ambición desmedida de cierta clase política y los efectos retardados del propio “Caracazo”, que se inicia el 27 de febrero con “un baño de sangre” y finaliza, el 8 de marzo de 1989. Fuentes dignas de crédito cifran, el número de muertos en unos trescientos, siendo escalofriante el de desaparecidos, que se barajaron en su momento, y que en la distancia del tiempo, se estiman en unas tres mil personas. ¡Estamos hablando de “tres mil personas, como nosotros, desaparecidos…”!.

 

    Muy sintetizados, esos fueron los “polvos”, que nos condujeron a estos “lodos”. Así, imbuido de un “providencialismo” muy propio de ciertos militares, que en el fondo de su formación castrense no superaron los resabios heredados de aquel viejo ejército español, sobrevenido de la guerra de la independencia contra el francés y posteriores guerras coloniales. Aparece en escena el “chimpancé rojo”, quien aspirando a más, llegó a convertirse en el “gorila rojo”.

 

    A quien concediéndole el beneficio de la duda: quizás pleno de buenas intenciones y con una “cagada mental” fenomenal, busca la solución a los males nacionales en base al comunismo, disfrazándolo de toques indigenistas, utilizando en vano el nombre del Libertador, y en disposición de ser “líder” a costa de empobrecer a su propio país. Gracias a él, la “Hacienda Caribeña de los Castro” o la de los sucesores de “Tachito Somoza”, empiezan a disfrutar del “dulce petróleo” venezolano y de los “petrodólares” que se sustraen de PDVSA, a través del Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo, “petrodólares, que lo mismo sirven para comprar el liderazgo político entre los afines, que para hacer “ricos a los colaboradores necesarios en el saqueo nacional”.
 
   Con el “líder por excelencia” y su liderazgo, se cumplió la “receta de libro”. El empobrecimiento total del país. La incuria, necesidad y hambre física  al que lo condujo, fue y es culpa de esos “contubernios capitalistas – racistas – anti indigenistas”, que no supieron apreciar todo lo que de sí podía dar un “líder” como él. ¡Ingratos ignorantes!
 
   Lo cierto y verdad, es que tras “joder” por completo la convivencia nacional y hundir totalmente la economía, el “jodido” de él se muere y deja de heredero al “maduro”, aspirante a través de la inspiración del “pajarito” a ascender a “podrido” y con pretensiones de llegar a emular al “amado líder”, y perpetuarse en el poder. Cuenta para ello con la ayuda necesaria de la, en otra hora “Heroína” (según decir del “Carnicero de la Habana”), hoy simplemente “gorilita”. Pero… ojito, posiblemente la mayor fortuna, del actual paupérrimo país, en el que su difunto papá y su sucesor convirtieron a Venezuela.
 
   Que ese “duopolio” y colaboradores necesarios para delinquir, caigan es cuestión de tiempo, y tampoco mucho: la valentía a la que está haciendo gala el pueblo venezolano, rasga las cortinas tejidas por los Estulto Pijos Progres, que se lucran del régimen Comunista que el “mono amarillo” encarna. Así se vio obligado a romper con la OEA, pues la inminencia de serias sanciones a su criminal régimen, le conducen inexorablemente al más absoluto aislamiento internacional. Siendo el momento ahora de ver las reacciones de los dos “indigenistas” y del “Hacendado sucesor de Tachito Somoza”. Del “cadáver político” sucesor del “Carnicero de la Habana”, ni se sabe, ni se le espera.
 
    Del que tampoco se espera nada es del “Peronista” asentado en el Vaticano, pues por el Secretario de Estado que tiene, “tendría que saber más de lo que reza”, dejando como vimos los rezos para los episcopados de Panamá y Colombia, que se plantaron y mostraron quienes son y quienes los componen. Esperando y deseando que el “comisario político” a enviar a Ecuador, en sustitución del recientemente “ascendido”, no impida que el episcopado ecuatoriano se pronuncie en la misma línea. Pues la verdad es que Mons. J. L. Urosa, con las buenas palabras que le dan y la falta de hechos, debe de “sentirse” a lo ”Cagancho en Almagro”: o dado su hacer y personal trayectoria, posiblemente aún peor… si cabe.
 
   A pesar del “abrigo” de esos “desinteresados mediadores” de los que goza el “criminal régimen” del “mono amarillo” y por añadidura de la “gorilita” (un día heroína). A todo “chancho le llega su S. Martín”. Ellos y su corte de criminales de primera fila no lo tienen claro. La “Hacienda caribeña de los Castrones” hoy no es segura, lo mismo le pasa a la del “sucesor de Tachito” y los dos “indigenistas”, llegado el caso, opinaran “Muerto el burro, se jodió la albarda”. “No hay más cera que la que arde”. La posibilidad de un exilio dorado en Teherán, queda descartada. A parte de la “gorilita”, existen otras “damiselas” que dicen no sentirse favorecidas con el hiyab (muestra evidente de lo optimistas que son, cuando se miran al espejo). “Siempre nos quedara Corea del Norte…” París… lo tienen “jodido”.
 
 
   No obstante, si los jefes no lo tienen “claro”, la morralla sus “sicarios”, lo tienen auténticamente mal. Sus fotografías con todo lujo de detalles en su actuar, incluida “hoja de vida”, más antes que después, estarán en las redes, lo cual les augura una “caza de ratas” de la que muy pocos se librarán. 
 
   ¿Dónde están y se encuentran esos democráticos gobernantes del mundo mundial? ¿Acaso están ciegos y sordos? ¿No ven lo que está sucediendo con los ciudadanos y opositores democráticos en Venezuela? ¿Qué esperan de los buenos oficios y posibles caros honorarios de los “mediadores”? ¡Acaso milagros! La verdad no lo entiendo… pero con el beneplácito de unos y el culpable y cobarde mirar para otro lado. Los demócratas venezolanos están solos…

¿QUIÉN ES EL VALIENTE QUE HACE ALGO…?
                                  Capt. Willie

 
 

 
 
 
 
 
 
 

 

2 comentarios:

  1. Muy respetado y querido Comte. Willie:
    Consciente de que le estoy achiquitando, quiero valerme y que U. se valga de la afirmación que hace un NCO Pumpman, que entreveo compartió destino a sus órdenes, en la “multinacional” en Trieste. Para este su siempre amigo, compañero y servidor: permanecerá en mí imaginario como el Lt.Cdr. Willie. Con su fino porte y hablar, aquel, que cuando intervenía, siempre lo hacía para evitar cayésemos en la clásica pelea de tigre con burro amarrado, pleitos a los que tan dados estábamos. Se hace preciso el conocerle para entender el “que Dios me lo pague”. Ese su dicho y consecuente actuar. ¡Que de sorpresa nos pillaba cuando era toda la cancelación por U. reclamada!
    Una vez no más, me repito, le deseo de corazón: que Dios le pague el cariño que en toda ocasión revela a mí querida patria y a mis conciudadanos.
    Le quedaría muy reconocido sí en el día de mañana 5-5-17 a sus 1800LT respondiese a mi llamado, quisiese hacerle unos requeridos sobre varias cuestiones que le preocupan a un condiscípulo, quien con otros cinco fue de nosotros en el CZ. El necesita de sus conocimientos interpretativos de la doctrina Carl von Clausewitz.
    Suyo siempre amigo, compañero y servidor.
    A. R. Sócrates R. T.
    PD. Le solicito me dé publicación o al menos me muestre su disposición horaria.

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    1. Amigo y compañero Sócrates:
      Tras su despedida, con el encabezamiento que utilizo en esta mi respuesta, disculpa todo posible “achiquitado” o “engrandecido”. Nuestra memoria es la que es y no otra.
      Le agradezco, aunque inmerecidas, las alabanzas que de mi persona realiza y me hace gracia su expresión del “… burro amarrado”.
      Créame Vd. que la petición expresa a que hace referencia de ser retribuido por el Altísimo, tanto a nivel individual como familiar, sin caer en la insolencia, lo considero una muestra de inteligencia, pues dentro de nuestras respectivas creencias familiares, Él o El representan el sumun en equidad, lo cual justifica que queramos ser juzgados y retribuidos de acuerdo a sus baremos.
      En mis principios, figura uno que más o menos asevera, “que para ser bien nacido, hay que ser agradecido” y de la Republica de Colombia y de los colombianos que conocí, solamente recibí el mismo respeto y consideración que Vd. siempre me muestra.
      Espero su llamada de esta misma tarde, sorprendiéndome muy gratamente la importancia que en los últimos años se le dan a las teorías y consiguientes “filosofías” del “Prusiano”. Quien le iba a decir a su Sra. esposa, que al organizar sus publicaciones póstumas, adquirirían con los años la transcendencia que tomaron, pues si en un momento fueron asignatura obligada en las academias militares, hoy los son de toda universidad que se precie, sea de formación puramente humanística, como técnico – científica y/o de “business”.
      No obstante aclararle que hace muchos años que no manejo dichos textos, pero sigo teniendo muy clara una afirmación suya (del “Prusiano”) que fue muy muy manipulada “La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas”. Interpretando siempre en mi caso, que lo que quería dejar sentado con dicha frase - afirmación, era la subordinación del poder militar al poder civil – político, siéndome muy difícil de entender o asimilar, lo que alguien en momentos dados de la historia, como auto – exculpación definió de “estado de extrema necesidad”. Ignoro que significa dicho concepto.
      Entretanto le pueda manifestar esta tarde telefónicamente, mi aprecio y respeto, delo Vd. por recibido.

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