Europa… o la casa sin Mamá - San…
Según puedo ver y últimamente padecer, la historia que yo creo conocer está “out”. Vieja y envejecida Europa, que solamente es un continente, a los meros efectos de poder dar fe de la existencia del imperio ruso. Hecho que confirma la definición simplista, pero real y generalmente admitida de: “se extiende desde el océano Atlántico a los Urales”, afirmación válida hasta hoy y desde 1735, y respaldada por un concepto espiritual, que la mantuvo como tal: la Civilización Occidental Cristiana.
¿Qué entienden y preconizan por libertad “esos mandantes, nunca líderes” ni gobernantes? ¡No saben, no contestan! ¿Intuyen acaso lo que puede significar para la libertad, como concepto, la Islamización de Occidente? ¿Saben lo que es el Mundo Occidental Cristiano? La “progresía”, el “papanatismo”, el “buenismo” y el “estultismo pijo progre o peronista” del que hacen gala, más antes que después les juzgará, y la historia los ignorará, ya que gracias a su dejación de funciones y cobardía congénita, la escribirá un musulmán.
Al igual que en el precedente, desafío a esos “mandantes” no gobernantes, tanto políticos como religiosos, para que me contradigan en las afirmaciones que realizo, caso de ser falsas. Disponiendo en el segundo de los casos, de un “porrón” de doctorados en “Islamismo”. Puede que el Corán que ellos manejan (sí es que lo llegaron a manejar) esté en una edición mejor escrita y/o traducida que las que yo manejo.
En definitiva, el Islam es lo que resumidamente a continuación expongo: En contra de lo que se pueda afirmar, los datos que se barajan sobre la biografía de Mahoma son muy imprecisos. Hacia el año 570 d.C., nace en La Meca, en el seno de una familia pobre, dentro de la pujante tribu de Quraysh. Quedando huérfano a muy temprana edad y estando al cuidado de su abuelo hasta su fallecimiento, momento en el que se hace cargo de él su tío. Casa con una mujer viuda llamada Khadija, la cual le dio seis hijos; dos varones, que mueren jóvenes y cuatro hijas.
Se establece en las inmediaciones de La Meca, dedicándose al comercio agrícola. Fruto posiblemente de sus vivencias, adoptó la costumbre de retirarse a lugares solitarios, donde se dedicaba a la meditación y contemplación. Observando con disgusto, la idolatría de la que hacían gala los árabes de su propio entorno. En uno de los éxtasis en los que caía en los periodos de aislamiento, Estableció diálogos con el Arcángel Gabriel (aquel que anunció a la Santísima Virgen María, la próxima encarnación de Jesús). Fruto de estas interlocuciones con el Arcángel, fue persuadido de que él era el elegido de Dios para reformar y reconducir la religión y la vida social y sus formas.
No cabe la menor duda, de la inmersión en el judaísmo y cristianismo en el que vivía, ya que ambos, por su propia antigüedad y proliferación de adeptos en la península arábiga, estaban muy arraigados. De ahí que la influencia de ambas quede manifiesta: aunando el monoteísmo judaico a la ética cristiana y a los hábitos locales.
Ateniéndose a los hechos, Mahoma fue un líder militar y reformador social, quien tras once matrimonios (el último con una niña de nueve años), desarrolló toda una doctrina que le condujo a dominar y doblegar a toda Arabia. Finalmente, ya venerado como profeta de Dios, muere en el 632 d.C., siendo reconocido como un gran líder religioso y estratega militar.
Biblia "versus" Corán: En la revelación bíblica (antiguo y nuevo testamento) comparten íntimamente la deidad – hombre; Dios como inspirador y el hombre como redactor. “Dios se valió de hombres elegidos, que usaban todas sus facultades y talentos, de modo que obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y solo lo que Dios quería” (Dei verbum 11)
En el caso del Corán, la autoría humana no existe. No es Mahoma quien se dirige al pueblo. Es el propio Alá directamente, quien ordena a su extasiado profeta, con un imperioso “Dile a tus conciudadanos, este mensaje…”. Esta tónica se da desde el inicio al final del Corán. Siendo en todo momento un largo monólogo divino, donde Mahoma solamente interviene como elemento receptor, no admitiendo por tanto, en ningún modo respuesta. El interlocutor debe solo escuchar y después trasladar el mensaje a los suyos. Dentro del concepto coránico, la sola idea de que Mahoma pueda ser autor del Corán es una blasfemia.
Así, el Corán, contrariamente a la revelación bíblica, no admite interpretación alguna, ni de ningún tipo, de ahí que tenga que ser tomado de forma literal y en toda su integridad. Este hecho en particular, lo diferencia de cuando nos encontramos con esos “expertos de portal y escalera” que nos pican a la puerta de nuestras casas, y que a poco que les escuchemos, nos largan una parrafada, aseverando que la biblia dice “tal o cual cosa”, siendo en todos los casos por falta de conocimiento de la oportuna interpretación de dicho pasaje (contexto, mensaje, etc., etc.). Este riesgo es totalmente ajeno en el caso del Corán, debido a que no tiene más interpretación que la que se desprende de su lectura. Aceptado y recibido como un “libro dictado” directamente por Alá.
A modo aclaratorio, decir que todo lo que Mahoma asevera recibir del Arcángel Gabriel como revelación directa, tuvo que memorizarlo. La práctica del texto fue oral hasta después de la muerte del Profeta. La tradición es clara, asevera que él no escribió nada, debiendo recordar, que la historia nos dice que fue analfabeto.
Así y con el debido respeto que merece todo creyente de buena fe, se puede entender que el Corán sea totalmente permeable desde sus inicios y fuente de posibles fundamentalismos de índole religiosa, ya que carece de una posibilidad de contextualizarlo en su propio marco histórico.
El filo de la espada y la religión de “Paz”: Entiendo y comprendo que dado el actual nivel intelectual y sólida formación humana de los “mandantes” políticos y religiosos y la supina ignorancia mostrada por “expertos informadores” (¿de qué informan?), el ciudadano medio occidental desconozca todo o casi todo de la segunda religión en número de fieles del mundo mundial; el Islán. El cual, como ya anticipé en la respuesta que precede a este escrito, se asienta desde sus inicios y hasta el presente, en la violencia y la guerra. No dejando de hacerme recapacitar y extenderme en el presente, la siguiente frase de una amable lectora: “Pienso que se está olvidando de los excesos de la religión católica. Sirvan de ejemplo las cruzadas y el Santo Oficio.” Faltando en mi opinión a estos dos, el otro tópico: el generado por las más que interesadas y controvertidas manifestaciones de Bartolomé de las Casas, quien en base a su tendencia hiperbólica, creó y recreó ciudades y reinos superpoblados en las Antillas y Tierra Firme, los cuales fueron diezmados por los crueles españoles y sus “Curones” y “Frailones”, de “crucifijo en una mano y la espada presta a descargarla en la otra”. Este personaje, al cual dedique bastante tiempo de mis andanzas americanas, se anticipó en una “pila de años”, a la actual propensión mostrada por el Islamismo y sus adalides, “crear el arquetipo de víctima y la consiguiente e imperiosa necesidad de la justicia restaurativa”.
Mi posicionamiento respecto al “predicador en segunda instancia” y Obispo de Chiapas, sé que una vez más desconcertara a algunos muy próximos a mí, y más próximos aún a la teología de la liberación. Pero aún al día de hoy, ninguno de ellos pudo refutarme, de acuerdo a los atinados informes al respecto de Jorge Juan (Acreditado científico y marino) y de Juan Nuix SJ.
Retornando al asunto principal, quien a pesar de haber citado en qué fecha ve la luz el Islán (Siglo VII d.C.), no se haya enterado, es el momento de mostrarle en los correspondientes mapas, las sucesivas y “pacificas” batallas a librar para ir imponiendo su doctrina y consiguiente “pacifica” expansión durante 1400 años, y “los que te rondare morena”.
Al retomar las Cruzadas, me
veo en la imperiosa necesidad de recordarles a esos desmemoriados ciudadanos
occidentales, que independientemente del entorno en el que nacen
y se desarrollan, son el resultado y respuesta a la “invasión” y “pacifico”
saqueo de los Santos Lugares. Entiendo que para los “mandantes”, no
“gobernantes”, tanto civiles como religiosos, ese su “buenismo”, “papanatismo”
y “estultismo pijo progre o peronista”, les impida ver otra cosa que no sea ese
mensaje de “paz”, de los cementerios, y hermandad que el Islam viene
transmitiendo a través de los siglos. Comprendiendo perfectamente a los
partidos de izquierdas, que dentro de su auténtico descerebrado pensar, están
en la creencia de que los musulmanes, les van a realizar el trabajo que a ellos
les resulta imposible: deshacer a la familia al concepto tradicional (la del
Génesis), como célula elemental básica
de la sociedad occidental cristiana. Desequilibrada dicha sociedad, opinan se
les va a dar opción a ellos para tomar el control y podernos llevar a la Cuba de
los castrones o la Pobrezuela del canalla del Maduro de turno. ¡Pobres
cretinos!
La
proporcionalidad entre las “pacificas” conquistas musulmanas y las cruzadas,
quedan perfecta y gráficamente reflejadas en el mapa que a continuación se
reproduce.
“Metidos en harina” y para que la “fiesta no
decaiga”, me veo asimismo en la necesidad de desvirtuarles dos mitos más: En el plano edafológico, la actual desertización del
Norte de África, con independencia del “jodido cambio climático” (en el que no
creemos ni Mr. Donald Trump, ni yo), se debe sin lugar a duda al pastoreo
intensivo al que sometieron las tierras aquellas, “pacificas” y religiosas
gentes que las conquistaron. En otra hora, fértiles en base al esfuerzo de los
Romanos para cubrirlas de vegetación que protegiese la tierra.
Acaso lo soñé yo, o
esos “ecumenistas” especialistas Arabistas en no hacer “proselitismo”, pero sí
“papanatismo” y “estultismo pijo peronista”, no se enteraron de la existencia
del concepto que emana del siguiente texto: La Yihad es uno de los principios
del Islam. Es la obligación del creyente en Alá, para que la ley divina reine
en la tierra. Esta ley implica la guerra santa en todas sus formas y tiene
permitido y recomendado como forma concreta, la violencia contra los infieles y
la muerte a quienes no se conviertan al Islam y a su único profeta, Mahoma.
Pobre Europa, en manos de quien caíste… Cada
vez que en connivencia un Párroco, su Arzobispo y corte de ojetes (Vicario
General, Vicario, Arcipreste, Ecónomo y “Aparejador de Cabecera”), dejan caer
una Iglesia Parroquial, pero en el pórtico de la iglesia caída ponen la foto
del párroco, como elemento recaudador de dinero para el merecido homenaje, que
por su propia negligencia, estulticia y desvergüenza merece. A
la vez, se están abriendo tres mezquitas…
¿Lo vislumbran esos cretinos…?
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