De la corrupción y el “robicio” a la estulticia o la pendejada y el lapsus…

Del “autobusero” al “auto abusón” consentido…

  Entiendo y comprendo, que el salto social que dio el actual “Podrido” pues de “Maduro” se lo dejó pasarse ya hace tiempo, fue sumamente grande, tan grande y proporcional, como el empobrecimiento moral y económico al que condujo a la actual República Bolivariana de Pobrezuela. La cual de no producirse un milagro, será el equivalente del siglo XXI a la Cuba de los Castrones.

  Ciertamente, él lo único que hizo, fue seguir la estela del canalla que le precedió, ayudado en su caso, por la camarilla de asesinos y ladrones que heredó. Aunque la opinión que al que suscribe le merece el actual Presidente del Consejo de Ministros, de este antiguo país antes llamado España, es clara y manifiesta, interpreto que alguna virtud oculta debe de tener, que yo no vislumbro; pero que el “Podrido” y su corte de asesinos, bandidos y ladrones deben  de apreciar, ya que cuando… “su bocaza se pone a largar mierda”, siempre larga contra él, a pesar de que alentó la impresentable presencia de Rodríguez Zapatero, en no se sabe qué mediaciones.

  Contra la que nunca “larga” es contra la indirecta valedora de sus fechorías; la hasta hoy pro clara “disculpanta” de dictaduras de izquierda, Federica Mogherini, alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Su “debilidad política” la deja manifiesta y claramente reflejada en el “idilio político – amoroso”, mostrado hacia los Castrones de Cuba; claros colaboradores, necesarios, en el evolucionar de Venezuela a “Pobrezuela”. Viendo lo que veo, no me extraña que el U.K. decidiese mandar a comer mier… a la UE. Esperando y deseando que a corto plazo cunda el ejemplo.

  A la vista de las felicitaciones recibidas por “El Podrido”, de su JEFE el Castrón superviviente, del colega indigenista del altiplano, de aquél que hizo bueno a “Tachito Somoza” y el che “drogata”; no cabe la menor duda de su amplia proyección internacional. Sobre todo cuando el resto del mundo democrático, en el mejor de los casos para él lo ignora y en el mejor para ese empobrecido país, le presionan para que deje de delinquir y empobrecer moral y económicamente, a la en otra hora rica República de Venezuela.

  Es comprensible, que rompa relaciones diplomáticas con todos aquellos que puedan pretender enviar observadores y demostrar los continuos robos y fraudes electorales. Lo que no es muy normal, es que la corrupción dentro de las FF.AA. haya llegado al extremo que llegó: que le dejen hacer y a la vez parte de esas FF.AA. hagan de su “capa un sayo” y del sayo, el saco donde recogen todo aquello que roban, en el sentido más literal del término.

 Una vez más insisto. Actualmente “existe el ojo que todo lo ve”, China y Corea del Norte están muy lejanas de la República Bolivariana de Pobrezuela, y cuando “toquen a degüello”, muy posiblemente ni la finca isleña de los Castrones, ni la de Ortega y Sra. sean lo suficientemente seguras para albergar a tanto asesino y ladrón, dando lugar a que se cumpla el dicho “el que a hierro mata a hierro muere” (Mt. 25, 51-52). Vulgo: “a todo chancho le llega su San Martín”. Aunque los perniles frescos de chancho, prometidos por el “Podrido”, no hayan llegado en las pasadas navidades.

  ¿Dónde empieza el “buenismo” o la pendejada del “buenista”…?

     “Cada cual, es cada cual y tiene sus cualicaladas”. Esta verdad sin llegar a ser absoluta, es cuasi. Todos y cada uno de nosotros somos el ineludible resultado del “medio ambiente” en el que nacimos y nos desarrollamos. Recurriendo como apoyo a la afirmación que antecede, a A.F. Thienemann y a su definición del concepto.

     Las “cualicaladas” resultantes de nuestro propio “medio ambiente” y de los planteamientos éticos – morales que él nos permitió desarrollar, son indudablemente el bagaje y equipaje que nos irá acompañando a través de nuestro discurrir por la vida. En ese tránsito, juega importante papel el oportunismo, no siendo menor la ambición de poder, como elemento intrínseco, que en un determinado momento es el que dicta algunas de las decisiones más equivocadas del actuar de las personas.

     En mi reiterativa afirmación de que la Civilización Occidental Cristiana, es la menos mala de las civilizaciones al día de hoy conocidas, y que la amalgama: de la filosofía griega, derecho romano y monoteísmo hebraico, sobrevivió a los experimentos comunistas, libertarios y fascistas, me llevan a juzgar con cierta perspectiva histórica, las “revoluciones” y a los “revolucionarios” de estas tendencias. A los en gran medida inconfesables móviles, que tras ellos se esconden y, como no a los pacifistas, “buenistas”, pendejos y especies afines, que creyéndose redentores y con ambiciones que les ciegan, se consideran y atribuyen la capacidad de deshacer los “entuertos enquistados” a través del tiempo.

     Cierto que a fin de dar realce y premiar a todo pacifista, buenista y pendejo que se precie, existe una importante fundación, que creó un premio, que contrariamente a los premiados serios de la misma, se concede desde la capital de un país, que al día de hoy, no se sabe muy bien dónde y con quién estuvo en el discurrir de la 2ª Mundial. Premio que lo mismo se da a una famosa “indigenista” de la América Central, que a un individuo cuyo único mérito acreditado a priori, fue ganar unas elecciones en un país democrático de corte occidental cristiano, siendo él musulmán; tener una esposa con espaldas de estibador portuario, la cual por no ser racista, se la grabó hablando de “esos blanquitos”. Concesión de dicho premio a un tercer “colega” de los dos citados agraciados, cuyo gran mérito, fue rendir al estado de derecho a la narco guerrilla que asola su país desde hace más de cincuenta años y que llevó al campesinado de amplias zonas, a la más paupérrima miseria en lo humano – social y en lo económico.

    El mismo “premiado”, que ante los últimos atentados narco – terroristas, habla y dice de tomar medidas. ¿Qué medidas? ¿Bajar los calzoncillos? Pues los pantalones ya los bajó. Entonemos la canción: ¡Allá en la Habana…! ¡Allá en la Habana, pasan y pasamos por las mismas cosas que aquí en España! ¿Será cierto que cada país tiene los políticos que merece y no otros?

     En la misma línea y como aspirante a dicho premio, tenemos a un conocido clérigo español, cuyo gran “mérito y negocio” está asentado en las “limosnas” y en los “limosneros” y consiguiente beneficio que para ambas partes se genera, en base a las correspondientes deducciones fiscales. ¡Toma premio de la paz…!  

¡Ignoro donde empieza el pendejo o el lapsus…!

    Puede que en esa manifiesta admiración que me produce el pueblo Francés y su historia, en especial la época que encarna “Boney” como prototipo de sanguinario avasallador de todo y todos, no pude menos que sustraerme a: “En Waterloo terminó el imperio de los mil  días de “Boney””.

   Cierto que nunca fui ministro y tan cierto como que nunca llegaré a serlo. Pero no es menos cierto, qué todos aquellos que no fuimos ni seremos ministros sí sabemos, que tras la espantada de “Boney” de la isla de Elba, lo que se conoció como “cent – jours”, comprende el periodo que va del 20 de marzo pasando por el 18 de junio de 1815, donde le/s “dieron como para el zorro” (precisamente en Waterloo y alrededores), yéndose definitivamente al “carajo” el 28 de junio, con cambio en el mar de rumbo obligado, hacia Santa Elena, no a los USA.

    Es muy posible, que el Sr. Ministro de Educación y Cultura, a pesar del ministerio que desempeña, por empatía con el jefe, lea a su vez “El Marca”, y en dicha publicación no se incluya referencia alguna a las “jugadas” del “escapado consentido” y del viaje y estancia pagada a costa del Ministerio de Hacienda Español, vamos… de todos los españoles.

   Los mismos españoles, que un buen día veremos el indulto a unos COBARDES Y ALCAHUETADOS GOLPISTAS, tan golpistas, pero mucho más onerosos a las arcas públicas, que aquel del mostacho y la pistola… Al que metieron directamente en el lugar que le correspondía, la trena. La diferencia el que esto suscribe la tiene clara…

   Lo ya anteriormente preguntado: ¿No merecemos otra cosa…?

                          Capt. Willie