Cuando algunos días me pasan subrayadas las
“babayadas publicadas en el diario regional de mayor crecimiento”, ignoro si de
lo que queda de España o del mundo entero, automáticamente paso a entender: que
no hay más cera que la que arde… justificándose por sí mismo el “babayismo” de
aquellos individuos que con ínfulas de “columnistas”, tienen que sobrevivir,
escribiendo para rellenar los “espacios anulares” que dejan los anuncios por
palabras. Entre ellos, destacan los más variados servicios a prestar por los
“mercenarios del amor”, vulgo putas y/o chaperos, en sus distintas modalidades,
versiones y números, incluyendo pares y tríos. Parece ser que los cuartetos no
caminan. Esquelas de defunción, crucigramas, horóscopos y afines.
Entre estos “sobre vividores” de prostituir su pluma (ahora teclado), existe uno, en especial, que siempre que consiguen que lo lea, no puedo menos que darle respuesta, pues su “babayismo” consigue superarme. Entiendo y comprendo, que el vivir de lo que él vive en la actualidad no es muy fácil, cosa que en el primero de mis párrafos queda manifiesto. No obstante y quizás porque su paso como corresponsal en los USA fue tardío, no pudo disfrutar de aquella época de finales de los 60s inicios de 70s donde el “estultismo pijo progre” estaba en su más tierno embrión. Raro era el día en que la hija de un conocido artista cinematográfico y artista ella, no salía a las calles a manifestarse contra algo, lo que fuese. La recuerdo en NOLA, de “manifa” contra los UFOS. Lo que sí puedo asegurar, es que ocupó más espacio en la prensa de entonces por “sus manifas”, que por las interpretaciones cinematográficas. Lo cual permitió comer a muchos de esa subespecie a la que pertenece el babayu por excelencia, la del “entintador de papeles por cuenta ajena”. Los periodistas suelen ser otra cosa que esta “carroña con el teclado prostituido”. Los periodistas, habitualmente sin trote académico de tal, son tristemente, una especie actualmente en extinción.
Ignoro
si esa frustración y resentimiento que rezuma, la vivió asimismo en su estancia
como corresponsal, en tierras de la “Kartofelera”. Desaparecidos los bandoleros
y asesinos de la “Baader-Meinhof”, aunque llegaron a los 80s, su momento
estelar lo alcanzaron en el último tercio de los 70s. Y él (el babayu) tampoco
tuvo oportunidad de lucimiento con crónicas destilando sangre de inocentes,
desde la entonces Alemania Federal.
Lo que
no deja lugar a duda alguna es su total frustración. Menos mal que últimamente
tiene la suerte, que ahí está Mr. Donald Trump para poder descargar su bilis. Bilis
lógicamente desarrollada por la imperiosa necesidad de dar respuesta a la “Voz
de su amo”, (no la antigua discográfica), sino esos panfletos de los que vive.
Solamente hay que ver donde publica y lo que publica, siendo una repetición de
sí mismo: “Mr. Trump es el más ignorante de la historia de los USA se cisca en
los que cínicamente llama sus “aliados”. Aquí, me separo de su guion y agrego:
y en él (en el ex corresponsal y actual bilioso columnista) y en la “bola de
ojetes” “estulto pijo progres” de los que se rodea y a los que para comer
sirve.
Que “el
buen musulmán, según su abuela paterna, casado con la de las anchas espaldas de
estibador portuario, que cuando se refiere a los “caucasianos”, como no es
racista, nos llama «blanquitos»”, sea el ejemplo al que dicho “entintador por
cuenta ajena” recurre, no deja de ser la “prueba del algodón” de su “e.p.p.”. Lo
que a dicho “buen musulmán” le interesan los “aliados europeos” cuando por el
medio existen los de su misma fe, quedó y lo dejó claro, cuando “compuestos y
sin bombardeo” (con alguna escuadrillas en el “aire”), se bajó sus nóbeles
pantalones y les “dio por el saco” a franceses e ingleses: 2013, primer uso de
armas químicas por el “Carnicero de Damasco” y sus progresistas valedores.
Ignoro si tenía o no tenía armas de destrucción masiva, pero gas “sarín” o el
equivalente, yo puedo aseverar que sí.
Si
fuese consciente de la “grima” que a muchas más personas de las que el mismo se
cree, produce el efecto de ver su imagen reproducida como complemento a las
“babayadas que por cuenta ajena entinta”, posiblemente pusiese careta o por el
contrario evitaría ese repertorio de epítetos que dirige sin ton ni son.
Entiendo, que dada la total carencia de formación humana y técnica de la que
hace gala, farfulle con la alegría que farfulla de todo, destacando siempre sus
doctas intervenciones en el mundo de la ecología de “sandía: verde por fuera y
rojo por dentro”. Una cosa es ser “Ecologista” como su admirado Al Gore y otra
ser “Ecólogo”. Para lo primero, solamente se necesita su jeta o la de él (la de
Al Gore), para lo segundo, una formación reglada en el mundo de las ciencias. Su
ecologismo, pacifismo y anti americanismo, es patético. Como el mismo con sus
gafas de resentido trasnochado
Al
margen de tildarlo de patético, dado su desconocimiento total de lo que
escribe, me permito sugerirle que se dedique a redactar eslóganes para
“puticlubs” o los homónimos de anuncios por palabras para “mercenarios del
amor” y afines. Sería mucho más honrado por su parte.
Mal que
le pese a él y a esa “bola de ojetes” “e.p.p.” a los que trata de servir, Mr.
Trump está llamado a poner orden en el desorden al que los de su “subespecie” y
afines, con su pacifismo y “buenismo” de salón nos condujeron. ¿Verdad que le
jode lo del Coreano del Norte y que ponga a los Ayatolas donde tienen que
estar?
Créame
que le comprendo, en esa su patética “prostitución”, a la que se tiene que
someter para poder seguir perteneciendo a la “bola de ojetes estulto pijos
progres” y de paso comer todos los días.
Posiblemente como complemento a esos “sapos” que la necesidad le obliga
a tragar, le venga bien el ajo y agua.
Capt. Willie
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