miércoles, mayo 09, 2018

“La vida de determinados muertos perdurará a través del tiempo en la memoria de los que les sobrevivan”


    Por el “confidencial” del “The Jerusalem Post”, en la madrugada del 15 de abril próximo pasado, supe del fallecimiento y ausencia física de una muy grande persona y por añadidura mujer. Me estoy refiriendo con el respeto que ella en vida y obra me mereció a: הדסה בן עתו(Hadassa Ben-Itto). Brzeziny (Polonia), 16.05.1926 – Jerusalem (Israel) 15.04.2018. Hadassa  que en hebreo significa árbol de mirto. Planta que en la tradición heredada de la antigua Babilonia, se consideraba símbolo del amor y la belleza, también de la generosidad por la abundancia de sus semillas reproductivas.
    Tras conocer la triste noticia, como siempre que algo me causa honda impresión, surgen dos reacciones contrapuestas: la actuación inmediata, o la meditada. Cuando actúo consecuentemente con la segunda, preciso clarificar mi posicionamiento ante una serie de situaciones dadas, que van desde planteamientos vitales a ideológicos, sin olvidar los éticos.
    Para este sentido epitafio de una persona, tan sumamente persona, no encontré mejor frase que la que le dedico en el encabezamiento. ¿Dónde empieza la historia real y tangible del único Estado democrático de Derecho existente en todo el Medio Oriente y la vida física - intelectual de Hadassa Ben-Itto? Lo ignoro, pero si puedo asegurar que los setenta años de existencia del actual Israel, en gran medida discurren paralelamente a su vida y obra.

    Dado que el mayor enemigo de la mentira institucionalizada y consolidada a través de la historia, es la simple verdad. Que esa verdad simple y llana cuando afecta a los judíos como tal, siempre adquiere tintes de verdad a medias o verdades totalmente tergiversadas. Me veo en la necesidad de desarrollar un breve panegírico de esta Persona, que sin grandes alardes de feminismo ni de “redentorismo”, dio ejemplo del buen hacer a todos aquellos que libres de perjuicios sepan distinguir esos dos conceptos antagónicos, que con tanto tesón y descaro se tratan de mezclar: MENTIRA – VERDAD.
     Nacida como Lipmanowicz, Inmigro con sus padres en 1935 a Palestina,  bajo mandato inglés. Allí, en 1957, nace su única hermana Nira. Se graduó de secundaria en la escuela religiosa Ma'aleh de Jerusalén; lógicamente fue oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel durante  la Guerra de Independencia. Contrajo matrimonio en 1950, con Gershon Ben-Itto (de quien adquirió el apellido por el que se la conoció a posteriori). En 1957 tuvieron una hija llamada Orly, divorciándose de su marido en 1982.
      Ya casada, estudia en la Universidad Hebrea de Jerusalén psicología, historia y literatura inglesa, para posteriormente, en 1954, Licenciarse en Derecho por la Universidad de Tel Aviv, postgraduada en derecho y criminología por las universidades USA de Northwesrern (UN) y Denver (CO). Se colegió como abogado en 1955, ejerciendo la abogacía a modo liberal durante cinco años, con especial dedicación al derecho penal.
      En 1960 accede a la magistratura, siendo nombrada juez de instancia en Tel Aviv, para pasar en 1970 al Tribunal de Distrito. En el período comprendido entre 1971 – 1974 impartió la asignatura de derecho penal en la facultad de derecho de la Univerdidad de Bar-ilan. En 1980, siendo juez en un caso de atraco bancario, en el transcurso de las vistas, fue objeto de un atentado por explosivos, del que salió ilesa. Por razones de seguridad nunca llegó a trascender, si este atentado sufrido en su domicilio, tenía relación directa con el caso a juzgar o eran otras las connotaciones del mismo.
      Su carrera en la judicatura fue consolidándose, y en 1980 es designada jueza interina en la Corte Suprema de Israel, convirtiéndose en 1988 en vicepresidenta del Tribunal de Distrito de Tel Aviv. En el año 1991 y en el desempeño de dicho cargo, por voluntad propia se jubila anticipadamente, para dedicarse de forma incansable, ingrata y muchas veces frustrante a la inmensa labor de esclarecer, de forma irrefutable, el “calumnioso justificante anti semítico”, asentado en la imperecedera e infame falacia publicada en la Rusia Zarista de 1903, “Los Protocolos de Sion”.
    Por último, éste que, en un lejano día fue juzgado de acuerdo a la ley, por ella, solamente me resta, desearles a sus deudos (hija, hermana, cuñados y descendientes) y a todos aquellos que amamos la verdad en la y por la que ella tanto persevero y luchó, que el Señor les consuele y nos consuele por su inestimable pérdida, junto con todos los dolientes de Sion y Jerusalén. Que su camino en la Luz nos sirva a todos de ejemplo y Paz.
                                 Capt. Willie

No hay comentarios:

Publicar un comentario