domingo, octubre 21, 2018

Cuando un irresponsable llamado Evo juega con un país…

      Comprendo aunque no comparta, que por la azarosa vida que Él me concedió, el acusarme de lo uno y de lo contrario y de ambas cosas a la vez, se haga fácil para ciertas personas, que por su propia incultura y avariciosa estulticia, confunden los más elementales principios, que predisponen los sentimientos humanos en lo concerniente a la justicia natural y “concircunstancial” a las personas. Principios que según vemos en esta época de “verdades líquidas” y otras mentiras encubiertas, permiten vivir a mucho sinvergüenza de la política, religión o economía.
  
    El que suscribe, no sabe de ciudadanos Americanos de primera, segunda o tercera Si sabe de unos hermanos que son más ricos en lo material y de otros, que tristemente, casi carecen de todo. Por principio, a los ricos no les desprecio, pero tampoco quiere decir que estigmatice a los pobres. Estando en términos generales por creencias, más próximo a los menos favorecidos. Proximidad que no me impide ver cuál o cuáles son sus carencias y en algunos casos, causas de su propia pobreza e incultura.

      Tras las rotundas afirmaciones que preceden, paso a tratar de aclarar posicionamientos personales que nada tienen que ver con los ciudadanos de este o el otro país. Si lo tienen que ver y mucho, con los regímenes y “liderucos”, “bandidos” y “asesinos” e irresponsables, que dirigen los destinos de tales ciudadanos: bien bajo dictaduras sangrientas o “dictablandas” totalmente corruptas e irrespetuosas con sus propios ciudadanos, jugando con la “patriotería” que ellos fomentan para poderse sostener en ese poder. Poder, que lógicamente ellos no desean, pero que se sacrifican por su pueblo, para poder seguir jodiéndolo y cuanto más mejor.
 

    Ladeando, no olvidando al asesino Castrón sobreviviente y propietario de la finca caribeña de Cuba; al no menos asesino y canalla banano podrido de Maduro, dictador de la antigua y rica República de Venezuela, actual de la Bolivariana de Pobrezuela; a la no “linda parejita” (mira que son feos los cabrones), que tal les baila en la empobrecida, humillada, saqueada y masacrada Nicaragua. Debemos de entrar en el indigenista, indocumentado e irresponsable Evo Morales, el de la “casita presidencial” y el mismo que cubre de oprobio a los honrados ciudadanos bolivianos, cada vez que abre la boca y no es para comer. Lo malo o peor es que todo “bocazas” suele reunir a su alrededor a “bocas” con cabezas, ignoro si pensantes, que en términos generales siguen sus propias sandeces, confundiendo deseos con realidades y siempre con cargo al sufrido ciudadano, al que o bien engañan o doblegan en base al artificio patriótico y amaño de lo que ellos consideran “masa” o “súbditos”, nunca ciudadanos.

    Entrando en la cuestión que me ocupa y dando respuesta a la nota publicada por un amable lector en mi anterior escrito. Quien a priori  me supone preferencias determinadas por uno u otro de mis hermanos americanos. Me veo en la necesidad de recurrir a la historia como elemento que nos conduzca inexorablemente al “ridículo pintado” por todo un país, gracias al “bocas” de su dudoso, democrático presidente, el ya citado Evo Morales y a la “gran bola de ojetes” que le hacen coro.
 
    Cuando los españoles siguiendo a Pizarro, conquistan el imperio incaico, los actuales territorios bolivianos que pertenecían a él, fueron también conquistados y en alguna medida explorados. En 1539 y al mando de Gonzalo Pizarro Alonso (Hermano paterno del Conquistador), es enviado a someter a los indios Charcas, que poblaban la orilla S. del lago Titicaca y tras someterlos, funda la ciudad de Chuquisaca (Sucre). En 1548 y para conmemorar la derrota de Gonzalo Pizarro (Gran Rebelión de Encomendaderos), se funda la ciudad de La Paz. Actual ciudad capital del Estado. La riqueza de las minas de Potosí, motivó que en el discurrir del siglo XVII, el centro del país fuese explorado a fondo, fundándose numerosas ciudades y establecimientos, colaborando de forma directa las órdenes religiosas a la agrupación de indígenas en pequeñas comunidades o aldeas, conocidas como reducciones. Esta región, que originariamente formó la Audiencia de Charcas, al crearse en 1776 el virreinato de la Plata, parte del actual territorio boliviano pasó bajo su jurisdicción.

    En las primeras revoluciones coloniales, la región boliviana, bien por estar muy alejada de los focos insurrectos (Venezuela y Colombia al N. y la región de la Plata al S.), encadenó su suerte al Perú permaneciendo bajo dominio español. En 1821, vencidos los realistas españoles en toda América, continuaron resistiendo aún en las altas mesetas del Perú y en Charcas, pero tras la derrota de Ayacucho, en 1824, puso fin, de hecho y de derecho, a la dominación española, penetrando el general Sucre en el territorio boliviano y proclamando la independencia del País.

    Así, los delegados de la región se reunieron en Chuquisaca y declararon la fundación de un Estado independiente, bajo el nombre de República de Bolívar o Bolivia, con capital en la propia Chuquisaca, sustituyendo su nombre por el del libertador del país, Sucre. Los inicios políticos de la nueva República están marcados por una época de turbulencias, revueltas y continuas luchas, amores y desamores con su vecina República del Perú, quien no se avenía a dejar escapar las ricas mesetas de Bolivia, en otra hora pertenecientes al imperio incaico. A la vez que la extensión de las fronteras de “Charcas” hasta alcanzar el Pacifico, a través de la Provincia de Atacama, contravenía la letra y espíritu de la Ley V del Libro II. Título XV. De las Audiencias y Chancillerias Reales de las Indias. Recopilación de las Leyes de Indias de 1680. Donde con total claridad se especifica la frontera S. “de las provincias del Perú con el reino de Chile”.
      Reproducción de la Ley V. Audiencia y Chancilleria Real de Lima

    Extremo este que se ve confirmado en el mapa levantado por el SJ. Alonso de Ovalle, publicado en Roma en 1646,  donde claramente se aprecia que la única interposición existente entre el limite S. de Perú y el N. de Chile, es el cauce hídrico del río Ciapapo.   

          Reproducción del citado levantamiento cartográfico

 

     Independientemente de que en un dado momento, lleguemos a la mal llamada Guerra del Pacifico, a mi entender, más exactamente a la del “Salitre”, es digno de tener en cuenta que Bolivia como nación, tiene tendencia a caer en el clásico “vendedor del cerdo, que quiere cobrarlo y comerse los jamones”. Aunque sus fronteras con los cinco estados limítrofes son totalmente convencionales, su trazado está bastante bien definido, dando por finalizado el diferendo del Chaco boreal con el Paraguay, el 28 de abril de 2009. La firma de este tratado, que pone fin a las disputas fronterizas entre ambos países a lo largo de 77 años y tras tres de guerra abierta, que ratifican los presidentes Evo Morales y Fernando Lugo, coinciden en el tiempo con una de mis estancias en NOLA (LA), donde tras cenar en el Felix's Restaurant & Oyster Bar, en la sobremesa, e invitados por la casa, dos de los contertulios, me pidieron opinión sobre el acontecimiento sucedido en la Casa Rosada de Bs. As. en el discurrir de la mañana de ese mismo día. Textualmente contesté: “que se prepare Michelle Bachelet, que le tocó el gordo”. Ante tan escueta contestación hubo petición de aclaraciones. Las cuales planteé bajo el siguiente prisma. La cuestión del Chaco boreal, en el ángulo formado por el río Paraguay y su afluente el Pilecomayo, ya no da más de sí, y deja a Bolivia con el “culo al aire” en su reivindicación del principio de Utiposseditis juris, asiento de la constitución de las diversas soberanías suramericanas. Las cuales se basan en la división orgánica del antiguo imperio colonial. Así, como Bolivia se fundó bajo la base de la Audiencia de Charcas y pretende, como es natural, todos los territorios que la integraban, carece de toda duda que el Chaco boreal perteneció de siempre a aquella Audiencia, siendo este el fundamento en el que asentaba su pretensión. La renuncia expresa a dicho asentamiento, permitirá el demostrar la buena voluntad de Bolivia y “entrar a saco” en su salida oceánica al Pacifico. De la cual no puede reivindicar pertenencia real histórica a la Audiencia de Charcas. Ya que dicha Audiencia como tal, nunca fue rivereña del Pacífico.

      El tiempo pasó y salvo uno de aquellos contertulios, hoy fallecido, el resto, como el que esto suscribe, pudieron ver y oír las manifestaciones realizadas en un debate público a través de la TVU en el programa “El Pentágono” de 24 de septiembre de 2018, donde el ex ministro de la Presidencia, ex candidato a la vicepresidencia y diplomático boliviano Gustavo Fernández, hace especial mención a la “afinidad política entre Bachelet y Morales”, y el apunte de las “conversaciones realistas prácticas y útiles” llevadas a cabo entre 2009 y 2010 a las que hace mención el Ldo. Donoghue. Lo cual no deja duda al “Bingo”, por mi cantado en tan lejana fecha en un restaurante de New Orleans.

     Antes de entrar en otras consideraciones tan “peliagudas” como las desarrolladas hasta el momento y a riesgo de ser considerado parcial y favorable a Chile, me veo en la necesidad de hacer un nuevo rodeo antes de citar de pasada la “Guerra del Salitre”. Tal cual, como anteriormente hice un resumen sobre la historia colonial de Bolivia, a fuer de ser honrado debo de hacer la homónima de Chile: dando por cierto que en 1535, Almagro, acompañado por 500 españoles, abandona la ciudad de Cuzco, encaminándose hacia el S. a través de las mesetas del “Charco”. Tras penosísimas jornadas a través del desierto de Atacama, él y sus huestes, alcanzaron los fértiles valles de Coquimbo y Aconcagua, pero desilusionados por no encontrar el oro anhelado, a la vuelta de un año se encontraban de nuevo en Cuzco. En 1540, Valdivia, cumpliendo órdenes de Pizarro, fue enviado a fin de conquistar Chile. Fundándose la ciudad de Santiago un año más tarde. No obstante, las continuas luchas con los araucanos, aguerridos y valientes nativos que poblaban el país, costó numerosísimas vidas entre las tropas españolas, entre ellas, las del mismo jefe Pedro de Valdivia. A este lo sucede Hurtado de Mendoza, prosiguiendo las luchas iniciadas, sometiendo por la fuerza el país y fundando una serie de ciudades. No obstante, los araucanos no se rendían fácilmente, continuando feroces enfrentamientos hasta finales del siglo XVII. Organizado primero como Audiencia dependiente del Virrey del Perú, Chile se transforma en Capitanía general en 1778, quedando veinte años más tarde completamente separada de las atribuciones y autoridad del virrey.

     En 1811, como consecuencia de los movimientos revolucionarios que detonaron en toda la América española, se forma en Chile una Junta de patriotas, que toma las riendas del poder, deponiendo al capitán general, sin perjuicio de que dos años más tarde, repuestos los españoles, derrotaron a los patriotas obligándoles a abandonar el país y a refugiarse con los compañeros del coronel San Martín, en Mendoza. Los tres años que permaneció San Martín en Mendoza, los dedicó a la atrevida y arriesgada empresa de invadir Chile. Así en 1817 cruzó los Andes y derrotó a los realistas en la batalla de Chacabuco, entrando triunfal en Santiago. La declaración de independencia chilena se produce en 1817, consolidada por la nueva victoria alcanzada por San Martín en Maipú.
 
    La organización de la joven Republica chilena y el imperativo de su normalidad, fue precedido, como en el resto de Estados de reciente creación, por una época de agitación, de luchas políticas internas y lógicas dificultades que, no obstante, fue relativamente corta, pues ya en 1830, con el acceso al poder de los conservadores, se puede decir que el Gobierno de Chile alcanzó una extraña normalidad en su área. Normalidad interrumpida por la Guerra del Pacifico o del Salitre. Donde combatió contra sus hermanos y vecinos Perú y Bolivia, a quienes infligió duras derrotas. Consecuencia de ellas, extendió sus territorios por el N., anexionándose la provincia de Atacama, perteneciente en aquel momento a Bolivia, y la de Tarapacá peruana, ocupando además las provincias de Tacna y Arica. Cuestión esta última enquistada, a causa del muelle o malecón portuario, área de servicio portuaria y línea ferroviaria Arica – Tacna. Desde tan luctuosos hechos, por lo de fratricida que tuvo dicha guerra, la paz armada ha hecho progresar extraordinariamente a la República. Que con hondo sentimiento por mi parte y total reconocimiento debo afirmar, que de todos los países nacidos a la independencia de la América española, Chile siempre fue una de las que se mostró más patriota, más homogénea y más unida.

     A fuer de tratar de mantenerme en esa imparcialidad que me da el total hermanamiento con los pobladores de todas las Repúblicas americanas, he de decir, que a mi personal concepto, y de la amplitud y profundidad con la que estudié desde el punto de vista estratégico militar, político y económico social. La Guerra del Pacifico o del Salitre, fue el disparo o escape de una “válvula de seguridad”, que alcanzó el momento crítico de su máxima presión de tarado. ¿Qué situación real en el plano social – económico – político se daba en cada una de las tres hermanas Republicas, involucradas en tan infaustos sucesos? Las que se daban y tristemente, en gran medida, se continúan dando.  

    Por esas razones de hermandad a las que reiterativamente aludo, no podría prescindir de dejar sentada una sucinta historia del Perú, que puede que no guste, pero que es fruto de la más exquisita equidad y dentro de la brevedad que a ella le puedo conceder, en un escrito como el que me ocupa. En 1532, Francisco Pizarro, con un grupo de españoles, desembarca en Tumbez, punto situado en las inmediaciones de la actual frontera de Ecuador, en disposición de conquistar todo el país de Bisú o Perú, donde el poder de los incas era prácticamente omnímodo. En menos de un año los españoles se apoderaron de todo el territorio y ocuparon la ciudad de Cuzco, capital del Imperio Incaico. Pizarro, fue reconocido como gobernador del Perú, funda la actual capital Lima. Las discordias de antiguo entre los conquistadores se agudizan y, Pizarro es asesinado por los afines a Almagro. Discordias y luchas internas entre conquistadores que no cesan hasta que, en 1547, Carlos V envió un gobernador que somete al Perú bajo su directa autoridad.

   Los territorios conquistados en la América del S. fueron en principio agrupados, en el virreinato del Perú; Lima, de hecho, se convirtió en el centro cultural español por excelencia, y su hegemonía la mantuvo a lo largo de los trescientos años, que las colonias americanas estuvieron bajo dominación española. Cuando a principios del siglo XIX se inician las revoluciones contra la metrópoli, Perú fue el baluarte de España en el continente. Los primeros conatos de conspiración se cortaron con energía inusitada, y hasta el año 1820, el Perú se mantuvo intacto bajo dominio español. Cuando en esta época se reciben en la colonia noticias del alzamiento del ejército de Riego en España y el virrey Pezuela es depuesto por los liberales, a la vez que el ya general San Martín, se aproximaba con su ejército a Lima. La situación de la capital se hizo insostenible, dando orden el virrey de desalojarla y retirarse  a la meseta. Tres días más tarde, San Martín declaraba la República del Perú Independiente. No obstante a su retirada a la meseta, los españoles se mantuvieron en la lucha, consiguiendo apoderarse temporalmente de Lima en 1823; siendo derrotados definitivamente a finales de 1824, en Ayacucho. Este es el último episodio de la dominación española en América.

    Inicialmente, el Perú se incorporó a la Confederación andina, pero muy pronto fue rota esta tentativa de unión de Suramérica, obra e idea personal de Bolívar, quien nunca llegó a comprender que los españoles hubiesen dejado tras de ellos, “la maldición del “jefuco”, y consiguientes ínfulas de Cacique”. Perú pasó a formar una República independiente. República que hasta 1845 atravesó por un continuado periodo de guerras civiles, revoluciones, golpes y contra golpes de Estado, entrando al fin en una corta época de “reconstitución”, que desgraciadamente fue interrumpida por dejarse involucrar en pactos militares, que a nada bueno le conducirían. La Guerra con Chile 1879 – 1883. Para que citar las perdidas territoriales y efectos socio – políticos que aun hoy, tras Tratados y más Tratados, no consiguieron revertir la situación ni territorial, ni anímica, ni política.  

   Ciertamente no suele haber uno sin dos, ni dos sin tres. Ahí tenemos al “bocas” o “bocazas” (siendo muy benigno) del Evo, “largando” y “jodiendo la marrana” siempre que oportunidad tiene. Que si estrangulamiento de los puertos Chilenos en favor de los peruanos. que Si el rio Silala bajará sin agua, que sí… estuviese callado o le pusiesen un bozal o le “cosiesen el culo” como a los loritos, para que no hablen. Bolivia marcharía mejor, pues en el “Silala” le volverán a “cascar”. Lo malo o peor es que a quien le “cascan” y lo paga, es ese sacrificado pueblo Boliviano, que entre su población dispone de personajes de la talla profesional y humana de la Dra. Karen Longaric y de cientos de profesionales, entre ellos, los por ella formados a través de su docencia.

   Espero y deseo que mi amable “escribidor”, cuando salga la sentencia del “Silala”, no me pida aclaraciones. Puede aplicarse las presentes y futuras, siempre y cuando que el tal Evo, siga jugando con un país y con sus pobladores.
                                    Capt. Willie

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