En esa grillera habitualmente asociada a la
capital de un estado semi fallido europeo, al que un día estuvo a punto de
“quitarle la mugre” un noble español, a quien le tenían más miedo que al diablo,
y a la Comisión del Parlamento que bajo su impresionante acrónimo se cobija.
Cual las moscas a la miel, acude el Excmo. Sr. Ministro de Asuntos Exteriores para no hacer nada,
el mismo que en una lejana fecha tuvo que desistir en su empeño de ser
Secretario, por las amistades poco recomendables que tenía en lo concerniente a
defraudación e información privilegiada, de las cuales parece ser, el “jodido”
de él, algo aprendió, según las lenguas de doble filo.
En ese Parlamento a priori tan serio, los “legos”
como el que esto suscribe, no acabamos de entender cosas tan elementales, como
las que a continuación y sin “acritud” desarrollo: cómo es posible que esos
Sres. Parlamentarios, tan serios y ecuánimes ellos, a la mínima oportunidad
presentada, montan el “pollo” con respecto a posibles y dudosas muestras de
buenas prácticas democráticas, en países donde sus líderes disponen de “respaldo
democrático” para dar, tomar, y prestarles a ellos algunos millares de votos; a
los del “pollo”.
Esos sesudos y bien pensantes Sres. Parlamentarios,
cuando de otros se trata, y eso que el “tratante”, si es bien cierto que ciertamente
“trató” con los que por la mínima profilaxis democrática, no debía haber
tratado. Eso sí, por sí, carece de votos para aspirar a formar gobierno,
necesitando recurrir a tirios y troyanos para poderse aupar a costa de quien
sea y de lo que sea.
Tal vez la elección democrática de esos
Sres. Parlamentarios a ese impresionante (a quien consiga impresionar, al que
suscribe, ni lo más mínimo) Parlamento, subordinado a un no menos aparatoso
acrónimo, lleve pareja, a los votos por ellos recibidos, una especial
“iluminación”, que les permita discernir entre los votos buenos y los malos, o
también que la calidad de los votos esté en función de la ideología mayoritaria
de dichos votantes.
Una vez más no entro en “picado”, sino en
“barrena”, y me cuestiono las atribuciones legales conferidas en los estatutos
a dicho “sanedrín”, para que se permitan las “alegrías” a las que hacen gala en
los asuntos internos de algunos países, mientras que en otros, las “tristezas”
son manifiestas. Cierto, las “alegrías” siempre se dan en esos países a los que
hay que enseñarles, que la democracia es algo de izquierdas, en menos fino:
rojo bermellón o señales. Verdad que los verdaderos demócratas aunque causen
auténticas “tristezas”, al estar respaldados por votos de calidad, la cantidad queda
supeditada a esa calidad que da la cualidad de “demócrata de toda la vida”.
Cuando esos Sres. Parlamentarios, tan democráticamente
elegidos y como tales representantes de la soberanía popular, demócratas a su
vez por sí y para sí, tienen claro, que si lo que votan los votantes no les
agrada o va contra la existencia de su muelle vida, democráticamente, sugieren
la repetición de la votación. Pues el pueblo soberano tiene una cierta
tendencia a equivocarse, que les obliga a ellos (a los Parlamentarios del
impresionante acrónimo), a sugerir la correspondiente corrección. ¡Repítase la
votación tantas veces como sea preciso para que la democracia se cumpla!
Entendiendo por democracia aquello que es el deseo de los “democráticos
parlamentarios”, que por aburrirse en Estrasburgo migran todo lo que pueden a
la capital de ese semi fallido país, al que tristemente el noble español no
terminó de quitarles las mugre.
Dentro de esa “democracia teledirigida”, al
igual que en todas las impresionantes siglas o acrónimos representativos de
esos serios y democráticos organismos, refugio de políticos “estorbantes” en el
contexto interno de sus países de origen, tenemos a la “Italiana” y a la
“Chilena”, las cuales y al menos en teoría, al margen de su “rojez” tienen por
misión, la una y la otra, la defensa de los derechos humanos en el mundo.
¿Sabrán la una y la otra qué es eso? A modo recordatorio a la una y a la otra
decirles, que existe una finca caribeña llamada Cuba (con gran afinidad para al
menos una de ellas), propiedad del Castrón sobreviviente, donde el único que
vive es él y sus sicarios. De la antigua y rica República de Venezuela,
envilecida en República Bolivariana de Pobrezuela, mor al asesino y corte de
sicarios que le rodean del banano podrido de Maduro, donde los más elementales
principios del derecho, incluida la vida, están siendo pisoteados. De la
Nicaragua de la no linda parejita, los asesinos de Dany y Chayo (for the
Friends).
Desde tercero de lo que antes se llamaba
bachiller, conozco la definición de daltónico: pero lo que nunca creí que
podría ver por mis propios ojos, eran tantos daltónicos, sin capacidad para
disimular su desvergüenza en la distinción del ROJO. Los matices, los dejamos
para los asesinados en base a su no hacer nada mor al daltonismo.
Ánimo y valor a eso valientes y abnegados
Arzobispos y clero de ellos dependientes, que diariamente se la juegan en la
Pobrezuela del criminal Maduro, Danielito y Chayito, con la indiferencia de las
dos indicadas daltónicas crónicas. No olvidemos en este tándem al ilustre
zapatero remendón y a su homónimo colombiano, el que se bajó los “pantakas”
para obtener el premio a la inutilidad.
Lo que sí es cierto, es que a estas alturas
de mi vida, que fue un tanto dilatada, aún no llegué a entender y comprender
que es el “populismo”, sin embargo entiendo y comprendo lo que es el COMUNISMO
en sus múltiples disfraces, incluido el del socialismo. ¿Alguien me puede
aclarar tan importante cuestión? Si a la vez me indican que pintan esas dos
Sras. A las que anteriormente me refiero, el agradecimiento por mi parte sería
doble
Capt. Willie
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