Durante muchos años, carnaval y los santos
inocentes tenían fechas determinadas y en el primero de los casos, las personas
se disfrazaban de acuerdo a su cultura y usos habituales a cada área
geográfica, estatus social e incluso cultural. En el segundo, las inocentadas
con el clásico “inocente que te cayó la frente”, alcanzaban a niños y mayores. Así
serias publicaciones impresas, se permitían informar en “portada” a “bombo y
platillo”, desde la imagen del puente, el río o la estación ferroviaria local
derruido, desbordado o seco y el nuevo proyecto… copia original de la estación
central de Detroit.
Bien
dije, “serias publicaciones impresas”. En las épocas a las que hago referencia,
las “rotativas” dependían de cabezas, que como tal pensaban y consecuentemente
con ello actuaban, permitiéndose las licencias del “antroxu” o la “batalla de
D. Carnal y Dª Cuaresma” y las consiguientes inocentadas. Con la aparición del
título de Periodista, la proliferación y diversidad de medios de comunicación, la
necesaria mercantilización de los mismos e independientemente de su “línea
editorial”, nos condujeron salvo honrosas excepciones y, gracias al desarrollo
de las nuevas tecnologías, a la más absoluta desinformación. Eso sí, en tiempo
real.
Al
“amarillismo” informativo y de dónde nace tal concepto, ya me aproximé en el
presente blog a través del link que a continuación se reproduce:
El mismo
hecho referido a una misma noticia televisiva: la “manifa de turno”, con
“tomas” realizadas a la misma hora y en el mismo lugar, en función de esa fina
o gruesa “línea editorial”, la variación numérica de asistentes puede llegar a oscilar
en miles de manifestantes. O así al menos se le “vende” al telespectador.
Qué se
puede decir de las noticias o informaciones radiadas, donde la “escritura en el
éter” es aún más efímera que “publicar” sobre la arena playera de la zona
intermareal o placer. Las palabras, sucede como con las emitidas por los malos
pagadores, se las lleva el viento. Sin perjuicio de que se hayan emitido y
oído.
“Teoréticamente”,
la prensa escrita, bien en formato papel o digital, a priori, por esa su
permanencia temporal y capacidad de recurrir a su nueva visión o lectura,
debería ser más cuidadosa y exacta en sus informaciones y afirmaciones, pero…
la repetida “línea editorial”, en función de su grueso, cabe diga uno o lo
contrario y a la vez.
Así
quizás ante la inagotable fuente recurrente de noticias que producen esa troupe
de políticos nacionales, internacionales e interplanetarios, que al margen de
vivir ellos y tratar de amargarnos la vida a los ciudadanos de a pie, sus
mantenedores, se permiten “tomarnos el pelo”, al límite de dejarnos casi calvos,
mostrando a su vez la carencia de rigor, conocimientos y total oportunismo.
Recientemente,
en todos los medios de desinformación en tiempo real y/o o diferido, se puede
ver, oír y leer como noticia, la inadecuada actuación de “toda” una Sra.
Directora del Fondo Monetario Internacional, saludando y lo que es peor, respaldando
la actuación de una indocumentada joven, cuya única aportación a la ciencia, es
ser vegana y estar muy preocupada por el “cambio climático”. Cierto que una
cosa es ser “ecologista” y otra totalmente distinta ser ecólogo. Para lo
primero, basta con eso, ser vegana y estar preocupada con el “cambio
climático”, sucedáneo también de tener mucha jeta y/o haber sido Vicepresidente
de los USA, como el tal Al Gore.
La
diferencia es clara. Para decir que uno es Ecólogo, se hace necesario haber
obtenido como mínimo una Licenciatura en rama reconocida de las Ciencias, amén
de algún que otro doctorado específico en: biología; edafología; física; geología;
meteorología; oceanografía; vulcanología y un largo etc. de conocimientos
imprescindibles, para poder acceder con cierta base de conocimientos, a
complejidades tales como las interrelaciones que en un dado momento pueden
tener las convulsiones experimentadas en el astro rey, el Sol, la gravitación
astral, los efectos naturales de la propia actividad de nuestro Planeta Azul y esa
negada relación de él con una serie de variables en parte por la ciencia
conocidos, pero… también muchos, desconocidos.
Por decir
y afirmar cosas tan racionales (del
lat. Rationālis) y evidentes (del
lat. evĭdens, -entis), como las que anteceden, la proporción de
enemistades crece en magnitud geométrica. Curiosamente entre aquellos que por
lógica (del lat. logĭca, del gr. logik1, f. de logikós),
supondría debían de apoyar mis “teoréticas” teorías, pues comen, beben e
incluso figuran de ser profesores y catedráticos universitarios de la
asignatura de ecología, bajo distintos nombres o encubrimientos. Si bien es
cierto, que no caer en repetición es un tanto difícil, pues en este blog, toqué
sucesivamente de forma directa y tangencial dicho tema y, en toda ocasión tuve
respuestas muy airadas, pero muy poco científicas y siempre conducentes al
mismo punto de vista: el desarrollo al que lleva el retorno a cubrir las partes
pudendas con la hoja de parra.
Entre las penúltimas majaderías oídas,
figura la defensa por parte de cierto grupo ecologista, del “descalcificado
natural en base a la imantación del agua”. Tiene bemoles… ser imbécil es una
cosa, pero ignorante total y majadero a la vez, es otra. No obstante, en esto
del agua, podemos recordar a la ministra aquella, que muy ecologista ella, negó
por pernicioso el trasvase de agua entre cuencas hídricas y propuso llenarnos
de sal hasta las cejas, dotándonos a tal fin de las correspondientes plantas
desalinizadoras. Como premio a tal “babayada” ascendió y ahí la tienen de Jefe
del jefe del que está al servicio del jefe (mi “machismo” me impide hablar de
“jefa”).
Tras ese merecidísimo reconocimiento a los “méritos
científicos”, que concurren en la semi - analfabeta sueca, por parte de la aludida
“jefa de la plata” a nivel mundial y el número de repetitivas noticias con las
que los “medios de adoctrinamiento”, no de comunicación nos bombardearon,
comprenderán y se explicaran “mí total adhesión” a todos esos impresionantes
acrónimos ONU, CEE, OTRA, la de más allá, los cuales una vez más, insisto:
todos sus organismos, poblados por inútiles e inservibles vividores, creadores
de posibles dolores de cabeza a los políticos que mandan en sus respectivos
países, a los cuales alejan y alojan en todos esos organismos, a fin de que no
les toquen los cataplines.
Jóvenes del mundo, háganse Vds. veganos,
jetas y gansos y ganarán la “pasta gansa”, jetearan entre la flor y nata de
esos natos vividores que dicen representarnos y saldrán o los sacarán en las
primera páginas o equivalente de los medios de comunicación o adoctrinamiento
de masas. Por el contrario, como caigan en la tentación de estudiar,
licenciarse, doctorarse y optar a trabajar, en aquello que a priori pueden más
o menos saber y conocer, llegarán en el mejor de los casos a “mil euristas” y,
como protesten un poco, al ajo y agua consiguiente. Las empresas guardianas de
las “tecnologías verdes”, tienen verdadero pánico a todo aquel que pueda
descubrir las falacias en las que asientan sus substanciosas subvenciones e
inservibles, por inoperativas, instalaciones. Vd. joven, con unos mínimos
conocimientos científicos puede llegar a cuestionar su “modus operandi y
vivendi”. Los “malos casi satánicos” son los de los combustibles fósiles, cuando
yo diría, que son ciertas mamás, que no se cierran de piernas cuando están a
punto de traer “esos”, sus hijos, al mundo.
Capt. Willie
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