Habida cuenta de la diferencia horaria con
N.Y., esta pasada madrugada, a través de mi querida prima Tachy, recibo un “affectionate pays attention” hacia un par de amigas wayús,
a las que mor a la directa intervención de una Rvda. Hija de Jesús, en época
tan lejana como inicios de la década de los 70s, nos unió una excelente y
sincera amistad. Amistad, que dada la edad de ellas y la que en aquella época
yo tenía, en su mundo y cultura fue motivo de ciertas tensiones a D. g.
superadas, cuando su entorno se pudo percatar, que aquella nuestra honesta relación,
era un medio de aproximación a su comunidad. Ambas hermanas, dada su natural
inteligencia y capacidad, unida a la inestimable ayuda de las Hijas de Jesús y
de una conocida fundación USA, consiguieron licenciarse en medicina e incluso
especializarse en dos importantes ramas de la medicina preventiva.
Pasaron los años y a finales de la década de
los 80s también del pasado siglo, aprovechando dos sucesivas y cortas estancias
en el Golfo de Venezuela, estado de Falcón, siempre que tuve ocasión me
desplazaba a través del golfo, a la costa de Zulia y entrando por San Bernardo,
remontando la marisma y área de la desembocadura del río Limón, tuve
oportunidad de visitar varios asentamientos humanos en otra hora familiares
para mí. Localizando en la ciudad a una de las, en otra hora amigas, de las
cuales por su seguridad y ser de sobra conocidas, deliberadamente oculto sus
nombres. Ella me puso en contacto con su hermana, pudiendo en la segunda de mis
estancias reunirme con las dos y sus respectivas familias.
Desde mi último y citado lejano encuentro y
hasta esta misma madrugada no tuve noticias de ellas, suponiendo a ambas asentadas
en la hermana República de Colombia, ya que dado el especial estatus del que
disponen las comunidades wayuu, no me las imaginaba viviendo el infierno
desatado en la Pobrezuela del genocida de Maduro y sus acólitos Diosdado, la
Delcy y asesinos en comandita. Pero según pude saber, las condiciones impuestas
por estos asesinos a una población indígena, ya de por si vulnerable, las
obligan a estar a “pie del cañón”, tratando de paliar, dentro de las escasas
posibilidades con las que cuentan, la desastrosa situación de crisis
humanitaria que vive su etnia.
Entiendo y comprendo la puerta a la que
llamaron, pues ambas son conocedoras de la disposición de la misma a abrirse,
pero… en base a esa inquebrantable amistad que desde antiguo nos une y que a
pesar de la distancia física y del tiempo no nos separó, debo aclararles que:
de nada sirven los esfuerzos que ellas realicen y desde el exterior les presten,
cuando ciertas minorías discordantes, como así me consta, se escapan a la
autoridad de su ancestral administración de justicia, teniendo que intervenir
en recientes momentos autoridades colombianas ajenas a la propia etnia. Que resulta
fácil acusar de bachaqueros y en especial de “bachaqueras”, a madres que a ello
recurren obligadas, para no ver morir por inanición a sus hijos. Esto justifica
que entre ese mismo pueblo y sus gentes surjan las situaciones que en los
últimos tiempos se están viviendo. Situaciones ajenas en todos los casos a la
acrisolada tradición de honradez y hermandad comunitaria.
Creedme que nunca podré olvidar, a esas mis
fieles amigas y a su etnia, de la que tan orgullosas siempre se sintieron. Ejemplo
para mí de dignidad compartida, sentido de la justicia e impresionante actitud
colectiva, en las manifestaciones plasmadas en las más diversas muestras de las
manualidades y combinación de colores, en ellas y por ellas realizados.
Amigas mías, y por extensión a todos y cada
uno de los miembros que componéis esa de antiguo por mi respetada comunidad.
Mis más fervientes deseos, de que la caída del criminal régimen del genocida
Maduro y adalides, lleven de nuevo la cordura y dignidad a la que siempre y en
toda ocasión hicisteis gala.
Desde aquí y ahora pregunto de nuevo: dónde
está la amiga de sus beneficiados amigos, la Sra. Bachelet y su homóloga
italiana la Sra. F. Mogherini y la “bola de ojetes” de los que ambas se rodean y
nosotros tonta e inútilmente sufragamos. A estas Sras. y “bola de ojetes”, si
por mi fuese, les cortaba desde el ajo al agua, para que supiesen bien y en
carne propia, lo que es realmente “joderse” y “aguantarse”, por culpa de su
total pasividad.
Capt. Willie
No hay comentarios:
Publicar un comentario