Humildemente he de reconocer que en mis años
mozos, en particular en mis estancias en el entonces Salvador, del Col. A. Molina
y/o en la Managua de Tacho Somoza, dadas mis “buenas” relaciones con los “guzmanianos”
discípulos ellos del Maestro de la Iglesia, Domingo de Guzmán, con más
asiduidad de lo que quisiese, solía recibir los correspondientes “pay
attentions”, que desde Roma me “embutían” vía telefónica, un día sí y el otro
también.
Estas reflexiones que a modo introductorio
realizo, me llevan a dar respuesta a un “pay attention”, que recibí vía telefónica
en el día de hoy. “Pay Attention”, que contrariamente a aquellos y en común con
ellos: que éste sí me afecto profundamente, por lo razonado del mismo, a la vez
que la persona que me lo dirigió, dentro de mi escala de aprecio y valoración,
aunque con menos familiaridad que la mantenida en su día con el difunto P.
Iglesias, ocupa un especial lugar de respeto y consideración.