En círculos próximos a mi intimidad, se me
acusa de confusionismo a la hora de aceptar posicionamientos ético – morales –
sociales, sobre todo, cuando se trata de llamar por su nombre y definir
conceptos tan antiguos como la propia vida sobre el Planeta Azul, del que formo
parte y arte.
Aquellos que hayan tenido ocasión de
conocerme en las dos principales facetas en las que mi vida se desarrolló, bien
saben de mi forma de pensar y actuar. Pensamiento y actuación, que siempre y
dentro de las múltiples equivocaciones en las que pudiese haber incurrido, en
todos los casos estuvieron precedidas por el máximo respeto a las personas y al
entorno en el que en cada momento mi vida se encontraba inmersa. Extremo éste,
que salvo por algún mal perdedor resentido y/o inducido, a pesar de los
comentarios laudatorios retirados (ninguno reprobatorio) del presente blog, los
que por presiones de los emisores, me vi obligado a dejar, dan idea por sí
mismos, no fe, al menos de los afectos que coseché en esas mis variopintas actuaciones
en los referidos micro - mundos en los que me meneé.