Todos aquellos que realmente me conocéis, no aquellos que dicen conocerme, sabéis que en mi cabeza no cabe ni cupo jamás, algo que se aparte del más elemental concepto: un hombre (*1), un voto. Sin perjuicio alguno, que por un total confusionismo de ciertos vividores desvergonzados, el boto debería de ser con “B” no del noble animal “Equus asinus”, vulgo “Burro”, si de la de “Bribón”, en su más literal concepto: aquel que engaña, estafa o roba. En el caso que nos ocupa las tres cosas a la vez y al unísono.
martes, junio 22, 2021
De los tirantes al sostén y de éste a los tirantes…
jueves, junio 10, 2021
Cuando el silencio no es aceptación, sí total decepción e impotencia…
viernes, abril 02, 2021
Que en estos tiempos de zozobra, ÉL nos tome bajo su divina protección.
En mi largo peregrinar a través de planeta azul que habito, siempre y en toda ocasión que así se me requirió, me definí como judeocristiano y consecuente de ese mi intimo sentir y formación cultural, es el hecho de que maneje con total cotidianeidad el calendario Hebreo y el Gregoriano. No siendo ajeno en ninguno de los casos a las festividades solemnes de ambas concepciones religiosas. Como hombre, soy un animal religioso.
No puedo negar esa mi imprescindible
necesidad de creer en Él, uno o triduo, lo mismo que el día que supe de la
existencia de María, hija de Ana y Joaquín, de la estirpe de David, madre de
Jesús el de Nazaret y judío, por extensión madre amantísima mía. Ella pasó a
ocupar un especial lugar en mí concepción de valores, quereres y satisfacción
al estar ligado a su divina y maternal protección.
Siendo niño, acompañado de mi madre
terrena y hermanos, asistí a una procesión católica, conocida por el
“Encuentro”. Donde lo que vi, me sorprendió, pero lo que nunca podré olvidar
fue el mensaje de aquella, mi madre terrena, que con palabras muy simples y
apropiadas a mis seis o siete años, me explicó lo que fue el principio de mi
fe: el milagro de la vida después de la muerte.
Desde tan lejana fecha, con independencia
del lugar en el que me encuentre, siempre recuerdo aquel momento tan especial.
De de ahí que durante muchos años, por el correspondiente algoritmo calculé con
total exactitud dicha fecha en que coincidía la pasión – muerte y resurrección
de Jesús, el hijo de Dios hecho hombre, en la humilde judía María. Repito mí
Celestial Madre.
Cuando en un dado momento de mi vida, pasé por
una profunda crisis, el “Encuentro” fue una tabla a la que me agarré y transité
de la escolástica de Johannes Vuyclevum
a la de Juan Duns Scoto y de esta a la patrística.
Hoy Sábado de Gloria, a este
judeocristiano, solamente le cabe el júbilo de reafirmarse en sus más firmes e
íntimas creencias, por dos mil veintiuno años solares (julianos y gregorianos)
y en el día 21 de Nisan del 5781. Una vez más el milagro se cumplió y Jesús
Redentor del Mundo RESUCITÓ.
A toda mi familia, en las dos concepciones
en mí resumidas, a los creyentes en Él y a todos los hombres de buena voluntad,
con afán de paz: les deseo una FELIZ PASCUA DE RESURRECCION.
Capt. Willie
sábado, marzo 27, 2021
Séder de Pésaj: סֵדֶר
En la distancia temporal y física que hoy nos separa de aquellos hermanos que nos precedieron, quienes tras la liberación del yugo egipcio, emprendieron llenos de esperanza el largo y penoso camino que les condujese a la tierra prometida.Esa tierra prometida con la que no solamente soñaron aquellos libertos de hace 3300 años, también lo hicieron y posiblemente les sirvió de esperanza para sobrellevar la esclavitud física y moral, a los miles y miles de recluidos en los campos de concentración nazis y estalinianos, sabiendo que su fin no era otro que el de ser asesinados moral y físicamente bajo el eufemismo de “experimentos biológicos” y o de desinfección. ¡Que de todo hubo! Información que a nivel familiar poseemos de primerísima mano ya que se desprende de la correspondencia intercambiada entre Primo Levy (Z”L) y nuestro recordado padre, Raphael, a su vez también, de bendito recuerdo.Así una vez más, esta tarde noche, con la aparición de la primera estrella en el firmamento, aquellos que habiten en la tierra prometida estarán iniciando el Pásaj. Entre ellos, aquellos nuestros primos allí residentes. Los mismos que en un lejano día renegaron de nosotros. Mi entrañable y directa familia, mis queridas hermaninas, sobrinos; la gran mujer y persona que es la “Peli”, en su incansable obra de unir y aglutinar a la familia, y resto de ausentes de nuestra tierra de promisión: lo celebraremos mañana.Que unos y otros tras el kidush, compartamos en familia y/o con amigos la keará y la fiel interpretación de la lectura de la hagadá que tengamos ante nosotros hoy/mañana noche. Que todos nosotros en la respuesta “todo aquel que tenga hambre que venga y celebre con nosotros”, no sea un mero formulismo. Lo realicemos desde nuestro más íntimo yo.Sepamos tomar ejemplo y de él virtud, de los avatares experimentados por nuestra historia y de nuestro cotidiano vivir. Que seamos fuertes en nuestras convicciones y responsables de nuestros actos y de todo aquello en que podamos ser de utilidad a nuestros semejantes.