Caguemos Gijón, si podemos…

   Nuestro actual Gijón, descendiente natural y legítimo de la antigua Gijia romana, aumentada y corregida por la unión del istmo de Santa Catalina al continente. Arcadia feliz,  ejemplo claro y preclaro de la libertad existente en nuestra villa, donde todo un César Augusto colocado sobre su propio pedestal en el “Campo Valdés”, mor a nuestra igualitaria democracia y a la acción defecadora de las palomas, aparece todo cagado, como cualquier plebeyo humano que en sus inmediaciones se pare. Alguien quiere mayor igualitarismo que éste. Él, todo un Cesar Imperator y yo un humilde pechero, igualmente cagado.

    Sentado el principio histórico y democrático en el que nuestra villa hunde sus raíces, aparecen o aterrizan por su Ilmo. Ayuntamiento, unos Sres. Concejales, que basándose, claro está  en la absoluta mayoría de los votos emitidos en las pasadas elecciones municipales y para no ser menos democráticos que nuestras palomas (ignoro si también son municipales o el régimen de propiedad en el que viven), deciden cagarnos y de paso cagarla (que es lo de ellos) la C./La Merced, bastante más antigua en su denominación que las ideas que ellos representan y preconizan (y eso que son arcaicas de narices), nos la quieren renombrar, dedicándosela a D. José Manuel Palacio Álvarez, nuestro primer alcalde de la restablecida democracia. Persona a la que en público y privado, siempre que tuve ocasión le mostré mi deferencia, por su comportamiento personal hacia mi difunto abuelo, cuando él era empleado del Banco de Bilbao. En lo político, entonces no opinaba, cosa que ahora si hago, tras los consiguientes desastres urbanísticos que sus entonces conmilitones y posteriores enemigos realizaron.
    Que en este acrisolado demócrata Gijón, se le dieron nombre a calles, plazas y avenidas, que lo único que crearon en los últimos cien años fue polémica, es algo asumido. Así pasamos de nombres de infausto recuerdo para unos, a denominaciones  de nefasto recuerdo para otros. También es cierto que la ignorancia jugó sus pasadas, como con la ex C./La Playa, después Vázquez de Mella y de nuevo C./La Playa. Puedo atestiguar, que cuando se trató el cambio de dicha calle en el pleno municipal, fui a visitar a un Concejal pidiéndole que meditasen dicho cambio, a lo que me contestó que estaban “expurgando de franquistas el callejero”.
     Dado que bajo la presidencia de D. José Manuel Palacio y debidamente asesorado por el Sr. Fernández - Rañada y su equipo técnico, se desarrolló un, digamos, equilibrado Plan Urbanístico, existe una Avenida dedicada a un auténtico y patético paria (eso sí muy guerrillero a lo tipo Che), que bien merecería llevar su nombre, pues la paternidad a tal existencia material, a él y al Sr. Fernández - Rañada de deben.
     Decirles no obstante a los proponentes de tan genial idea, que haciendo bueno el adagio de nuestra “igualitaria democracia”, gracias a su sobresaliente propuesta, hoy al pasar a firmar en contra de su cagada, tuve el placer de encontrarme con un amigo de la infancia con el que jugaba de niño en la C./La Merced (entre M. Marina y Munuza) hace nada más que sesenta años.
     Independientemente de lo que digo en el párrafo precedente, no me cabe la menor duda, que si no la joden de esta, la joderán la próxima, salvo que el respetable espabile, y los joda a ellos mandándoles a donde tienen que estar. Con el “guano” de las palomas.

                          Capt. Willie