miércoles, noviembre 23, 2016

Día de acción de Gracias…


     En el presente blog, consciente o inconscientemente hice referencia en tres ocasiones a este día, al de “Acción de Gracias”. Al menos en una de dichas referencias dejaba claro, qué entre el laicismo (como doctrina favorable a la ausencia de influencia religiosa o eclesiástica, en las instituciones públicas, particularmente, en el estado), el ateísmo (como aquella doctrina que niega la existencia de Dios, en sus múltiples denominaciones e invocaciones) y el “come curas, made in spain”, existe un abismo. Yo diría, que muy grande.

      Esta fiesta a la que la tradición establece en el año de 1620, tuvo en sus orígenes unas claras connotaciones religiosas, ya que los “peregrinos”, quizás mejor llamados “primera multitudinaria emigración” documentada, a los actuales EE.UU. de Norte América, los “famosos” viajeros del “Mayflower”, que ideas religiosas aparte, eran como todas las grandes migraciones de todos los tiempos, emigrantes económicos, que huían de las hambrunas – penurias que asolaban las islas británicas, en aquellos tiempos. Siguiendo el curso de la ya citada tradición, a su desembarco en la bahía de Cod, lo denominaron ensenada de Plymouth (puerto del condado de Devon del que habían partido) en el actual estado de Massachusetts. Los indios locales (nativos), ignorando lo que les depararían los inmigrantes y el destino a ellos asociado, les acogieron con los “brazos abiertos” (posiblemente cuando los quisieron cerrar, ya era tarde para ellos, para los nativos), compartieron con ellos sus rusticas herramientas, semillas y conocimientos agrícolas y del medio. Sobrevivido que fue el largo invierno y que su primera cosecha de primavera resultó más abundante de lo que ellos podían esperar, asegurándoles su inmediato futuro, organizaron una gran fiesta, que acogiéndonos a la tradición oral de aquella, duró varios días, con abundantes platos a base de carnes procedentes de distintos animales domésticos locales, y en especial de pavos, aves muy abundantes en la zona, tanto domesticados para la obtención de huevos y plumas, como salvajes.

     Dicha celebración compartida por los recién llegados con los oriundos, tenía para ambos un claro significado de agradecimiento al Ser Superior de cada una de las creencias de los unos y de los otros; pues al margen de las gracias por las cosechas obtenidas, quizás en el fondo celebrasen también, aquel hermanamiento que surgió entre dos culturas tan distintas como podía ser la “puritanísima” de los recién llegados, con respecto a la de los amerindios con los que se encontraron.

    La evolución de la misma, sin olvidar en ningún momento su inicial significado, caminó paralela al desarrollo del propio país: así George Washington declaró como primer día de acción de gracias el 19 de febrero de 1795, fecha que Abraham Lincoln en 1863, posterga al 3 de octubre, como fecha dedicada a la reflexión y agradecimiento (¿Tiene en el fondo su reflexiva reflexión intención de asociación a un “Yom Kippur”, a la cristiana? “I don’t know”). La misma fiesta y con idéntico significado, la traslada Theodore Roosevelt al cuarto jueves del mes de noviembre, celebrándose así por primera vez en dicho día, en el año 1941.

    Con independencia de su origen, este día es el de la “familia”, donde a pesar del relativo desarraigo o independencia familiar, es normal que una gran mayoría de ciudadanos se desplacen cientos de millas, para poder compartir con la familia dicha tarde – noche. Siendo a su vez costumbre, que los niños de la “casa” durante una cierta temporada, les salgan los sándwiches de pavo hasta por los ojos, ya que es el componente principal del “bocata” del medio día, o al menos esto era lo que había en mis años mozos.

    Si en tiempos ya tan lejanos como 1620, los inmigrantes del “Flor de Mayo”, tras tres retornos a la metrópoli por averías en dicho “cascaron”, hablaron de ser “peregrinos religiosos” y no emigrantes económicos, es una señal evidente, de que ya no existe novedad alguna, bajo el sol, y que cuando pregunto dónde empiezan los perseguidos religiosos y políticos o los simples emigrantes de índole económica, los buenistas, papanatas y otras especies afines, con gran corrección política, me responden con “cajas destempladas”. Una vez más insisto, en la total legitimidad que asiste a las personas, con independencia de color, sexo, creencia u origen, para aspirar a mejorar. Pero… pay attention… los cupos migratorios se hacen necesarios y la legislación de la gran mayoría de los países realmente democráticos,  así lo establece en sus leyes. Leyes, que el papanatismo de nuestros “amados líderes”, se permiten pasar por el “arco del triunfo”.

   ¿Qué decir de un país laico, donde independientemente del día de la independencia, “Independence Day” o “The Fourth of July” (como se le quiera denominar), su mayor y más transcendental fiesta es esta; el “día de acción de gracias”. No rasgándose las vestiduras, ni los laicistas, ni los ateos. Quizás ellos tienen la ventaja sobre nosotros “pobrecitos españolitos de a pie”. Ellos no tienen “come curas made in spain”.

       Los “USA”… que gran país.    

                            Capt. Willie.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho el artículo. Muy interesante por la información que aporta y reconfortante por los valores que defiende.
    ¡Gracias!

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    1. Gracias por su amable apunte:
      En lo concerniente a los valores preconizados, se corresponden con los hoy pretéritos, y son a concepto del que suscribe, los menos malos de los mundos hoy conocidos. El Occidental Cristiano. Mundo que gracias y mor a los culicagados, buenistas, papanatas y otras especies afines, generalizadas entre nuestros “amados líderes” (religiosos, políticos y económicos), entre todos lo mataron, y él solito se murió.

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