martes, noviembre 29, 2016

La tardía desaparición física de un Tirano…


     No por ser un deseo largamente esperado, me dejó impasible el fallecimiento del “Carnicero de la Habana”; solamente, que me hubiese gustado verle morir ajusticiado ante un pelotón de fusilamiento, en deshonor (si es que alguna vez supo el significado del término), como él y su corte de asesinos hicieron con el general de división D. Arnaldo Tomás Ochoa y el coronel D. Antonio de la Guardia y otros oficiales de las fuerzas armadas revolucionarias de la finca caribeña de los “Castrones”. Con ese mi deseo anteriormente expresado, estoy siendo auténticamente caritativo: él y su “corte de asesinos”, con la colaboración necesaria de otros muchos alcahuetes aplaudidores” a nivel mundial, subyugaron y condujeron a la más pura miseria a un pueblo entero, al Cubano, donde si el número de fallecimientos por inanición y falta de los más elementales medicamentos, se les imputasen ante un tribunal imparcial, a él y a la mencionada “corte” y “alcahuetes aplaudidores”, posiblemente, y en el mejor de los casos no se librarían de la reclusión a perpetuidad.

    Dentro de esa manifiesta deformación que constantemente hacen de la historia real los “Estulto Pijo Progres” (en abreviatura “EPP”), nos hablan de un “redentor” del pueblo cubano, y no del mundo, porque el muy castrón falleció a los 90. Si llega a durar otros noventa más, seguramente liberaría al mundo, pero de esos “EPP”, de los que también se valió para llevar a la situación que llevó a Cuba y a los cubanos.

     Me causa auténticas nauseas el recordar las palabras de una ex alcaldesa local, a su regreso de la “finca caribeña de los hermanos castrones”, cuando haciendo honor a su mayor cinismo, se permitió hablar de la popularización y generalización de la cultura y de la medicina pública en la Cuba post dictadura de F. Batista. Sí, leyeron bien, generalización de la sanidad pública por el “Carnicero de la Habana” y sus hordas de delatadores y asesinos. Lo que no dijo la muy alcahueta, es que su equipaje de ida a la Habana, estaba ocupado en un cuarto de su volumen por medicinas, tan sofisticadas, como aspirinas y distintas clases de preparados farmacéuticos contra la diabetes y similares. Claro está, la culpa no era del “Carnicero de la Habana” y acólitos, era de los “pérfidos” USA, que “bloqueaban” la finca caribeña de los hermanos castrones. Entendiendo que dicho bloqueo, consistía en que al carecer de divisas dicha finca, y no tener crédito, los potenciales suministradores pretendían cobrar por anticipado. La afirmación que antecede, la puedo sostener documentalmente, en el caso de dos cargamentos de combustible líquido, que estuvieron esperando el depósito de pago previo, con los buques en régimen de “moderados de máquina” en aguas internacionales, y al no formalizar dicho pago, se desviaron a terceros países, que por supuesto, sí lo pagaron. En síntesis, el “bloqueo” consistía en querer cobrar el producto o servicio prestado. Con la llegada del “Gorila Rojo” a la presidencia venezolana, quedó manifiestamente demostrado que el “bloque” solamente existía cuando había que pagar, los regalos tenían libre tránsito. Tanta regaló Petróleos  de Venezuela, que así les luce el pelo a la dicha compañía nacional y a los empobrecidos venezolanos, sometidos ellos a una revolución tan fallida e infecta como la de los hermanos castrones.

     Puede que de mis andanzas mozas en el área Caribe y América Central: procurando seguir los pasos del único revolucionario real al que reconocí y hoy sigo reconociendo (extraño en la especie revolucionaria de la historia del mundo mundial, no necesitó mártires ajenos como bandera, se inmolo él y a si mismo), un tal Jesús el de Nazaret, a más señas, judío e hijo de María y nieto de Ana. Vi tanta impostura, que cuando me plateo en la distancia las criminales dictaduras de derechas de la década de los setenta y principio de los ochenta del pasado siglo, yo que las viví y padecí, consciente del escándalo que producirá en el ámbito de los “Estultos Pijo Progres”, les pregunto: ¿En que se distinguía la finca de Tacho Somoza de la de Dany Ortega? lo cierto es que Hope deba mejor la imagen de “finquera mayor”, que la tal Rosarillo (for colleagues) ¿Qué decir de la Venezolana y el Orangután (no llega ni a gorila) que sustituyó al Gorila Rojo? ¿La del de la “medialuna” del altiplano, o la del “Bananero”, que jodió al “hombre de las bananas” y por consiguiente la economía del propio país?

    A éstos a los que hago referencia directa, les faltó el paraguas que toda revolución fracasada precisaba, la cobertura refugio que prestaba la extinta URSS. En el momento actual y con un Mr. Trump en la Casa Blanca, no tardará mucho tiempo en ser el “malo de la película”, aunque por más que se esfuercen los “Estulto Pijo Progres”, que suelen aplaudir a todo asesino de “izquierdas” que se precie, no conseguirán justificar a los dichos asesinos encubiertos como salvapatrias, ni a los salvapatrias encubiertos de demócratas a la espera de medrar, prosperar y evolucionar, porque así lo pide el guión, a asesinos. U occidente despierta y se libera de los actuales “amados lideres” que nos “mandan” (no gobiernan) en lo religioso, político y económico, o todo se andará, y a corto plazo. 
 
                         Capt. Willie 

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