viernes, noviembre 11, 2016

¿Qué nos jugamos…? ¿Y con cuanto “estulto – pijo – progre”…?


    De muy antiguo sé que la estulticia es contagiosa como la gripe, y que su capacidad de dispersión – contagio es proporcional a las ganas de figurar, en lo que sea, que el “estulto – pijo – progre” (de ahora en adelante, por las siglas “E.P.P.) de turno tenga. Mr. Donald Trump, que, estultos aparte, de majadero tiene muy poco, les sirvió en bandeja la oportunidad de aparecer dando opiniones, de lo más disparatado y cuanto mayor sea el dislate mejor queda, dentro del desatino argumental en el que se encaje, o lo traten de encajar. Ninguno de esos “E.P.P. a los que me refiero, se planteó el cómo sin el clásico “pelotazo” a la española: “convolutoG. Brunner” a lo PSOE; “Barcenada” a lo PP; “Palaulada” a lo CiU – CDC, etc. ¿Cómo “coño” se pudo hacer mega rico? La de ¡robando!, como tarascada dialéctica, propia de “E.P.P. puede que quede y suene muy “fina” y acorde entre ellos, fuera de ese su entorno, suena a lo que suena a “gilipollez – pijo progre”.
     Independientemente de todo ese “chorro” de “chorradas” vertidas por los “expertos opinadores”, anteriormente citados y tras el persistente desastre ocasionado por los de “ellos” “el buen musulmán” y la de las “anchas espaldas de estibador portuario”; la “cartofelera”, el “putero” y resto de “ojetes de los que se acompañan”; no son conscientes de qué cuando hablan de “populismo”, caen como siempre que abren su boca, en confundir las “churras” con las “merinas”. Aunque el que esto suscribe, tras la salida por “peteneras” (sin los cuatro versos octosílabos) o por “caminito”, ignoro si por el de la “Boca” (como en el tango) o el de “Jerez” (como en mi “yegua jerezana”), que tuvo el “Pampero”: cuando siendo Argentino, habló de ovejas y pastores y resultó que no distingue ni las unas, ni los otros. De ahí, que, el pastor mal que le pese, le resultó cabrero y tuvo que licenciarlo en Teología y Filosofía por medio del “Bolletino”, aprovechando dicha publicación para “deslicenciarlo” en Ciencias Exactas y en Pedagogía. Vamos, que el papel aguanta lo que le pongas: como los dignos fieles de rito oriental, quienes mor al “Pampero” tuvieron que soportar la imposición del “Licenciado – Deslicenciado”, como Ordinariato, cuando anteriormente, en términos generales, funcionaban perfectamente con los de las Diócesis o Archidiócesis de residencia. También es cierto y verdad, que dicho nombramiento pudo ser consecuencia de la similitud entre el “pasiego” que habla el cabrero designado, y las lenguas vernáculas de la gran mayoría de los fieles de estas respetables - respetadas y queridas iglesias católicas, de rito oriental.

     Con los “laureles” que se desprenden de las sabias e “infalibles” (de infalibilidad, emanada del Concilio Vaticano I) decisiones citadas en el párrafo precedente, se hace normal, que los que carecen del don de la infalibilidad, confundiendo las ovejas con las cabras, los “E.P.P” (que no son Argentinos) puedan existir y verter sus “chorros” de “chorradas”, como resultado de la civilización Occidental Cristiana a la que pertenecen, y de la que disfrutan. Sin perjuicio, que esa, la “diarrea mental” crónica que padecen, les lleve a confundir llegado el momento, las “Clases de Religión” como elemento de cultura elemental de su propia civilización (así les “joda”, SU PROPIA CIVILIZACIÓN), con el adoctrinamiento. Adoctrinamiento proselitista de acción directa  al que ese otro credo también monoteísta, de reciente opción optativa en la enseñanza pública Española, actúa: pues su propia estulticia, les hace ignorar, que la libertad de creencias y cultos, se ve normal en este “mundo occidental cristiano”, pero que en el musulmán es una entelequia como nuestros mismos “E.P.P., ignorando claro está, que ese su credo, va directamente en contra de la Constitución Política a la que se acogen, ya que su libro sagrado da como consigna política un estado Teocrático: ¿sabrán nuestros “E.P.P., que es una teocracia?.

    Esta Civilización Occidental Cristiana a la que habitualmente invoco, en el cargo electo obtenido por el Sr. Trump y el confiado al “Pampero”, en este momento crucial de la historia, tiene un importante papel que jugar: con inicio inmediato a la caída de Mosul y recuperación de dicha ciudad por las fuerzas Iraquíes y la coalición internacional que las apoya, pues independientemente de las obligaciones directas del gobierno Iraquí, todo el mundo occidental se juega la futura estabilidad. Del retorno de los refugiados a dicha ciudad, dependerá una nación fuerte, unida y en definitiva estable. No obstante, los riesgos y “demonios” a vencer son inquietantes: ¿la población mayoritaria suní, estará en disposición de perdonar o tomará venganza y tratará de subyugar a las fuerzas chiíes? ¿Qué va a pasar con los kurdos y sus muy legítimas aspiraciones, por muy justificadas que estas sean? ¿Qué papel jugaran, si lo juegan, los cristianos de las distintas confesiones y en especial los fieles de la iglesia católica caldea, que tuvieron que abandonar sus hogares, no pudiendo ahora retornar a ellos con un mínimo de seguridad? En esta inicial prueba, a pesar de no haberse realizado la transferencia de poderes en Washington, el “buen musulmán” tendrá que consensuarla con el Sr. Trump, pudiendo y debiendo jugar un importante papel el “Pampero”, libre de la intervención de las dos sotas de las que se rodeó, la de oros y la de espadas. Pues él y solo él, tiene el “hombre providencial” para poder poner e imponer en base a su prestigio personal, el orden en el desorden que se avecina en Mosul. Este hombre, que desde siempre se “vistió por los pies” y que sobradamente demostró, reiteradas veces, solo tener miedo al miedo: de origen kurdo, formado sacerdotalmente en el seminario de los predicadores (mis amigos, los de Sto. Domingo de Guzmán), precisamente de Mosul (y no por vocación tardía o vía estrecha). Licenciado en Estudios Árabes e Islámicos. Doctor por la Sorbona, de verdad (sin necesidad de recurrir a la titulación por publicación en el Bolletino); parlante de cuantos idiomas y dialectos se hablan en las distintas comunidades de Mosul (el mismo fue párroco en dicha ciudad), dada su facilidad para los idiomas, posiblemente entre su bagaje cultural, figure el hablar con toda soltura en “pasiego”.

    A este “providencial” hombre, dada su fidelidad a la iglesia y total entrega a su propio país y pueblo, solamente le puede poner nombre y dar orden el “Pampero”. De que lo haga o no, dependerán muchas más cosas de lo que imaginarnos podemos hoy, por supuesto las que ni se imaginarán nunca los “E.P.P.”.  

                            Capt. Willie    

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