domingo, diciembre 31, 2017

Compendio de desafueros, e injustificable justificación de los mismos…


    Cualquiera de sus acepciones gramaticales es válida para mí, con especial énfasis en la tercera del “María Moliner”.


   Por segunda vez en este blog, recurro a la frase que a continuación reproduzco, atribuida a D. Manuel Azaña, persona y personaje, al que salvo en su inicial educación, son muchas más las cosas que nos separan ideológicamente, que aquellas que nos puedan unir. No obstante a ello, a fuer de ser honrado conmigo mismo, he de reconocer, que siguiendo el consejo de mi difunto padre (q.e.d), leí y releí e incluso medité sobre su concepción de España y el pensamiento que sobre ella trasluce en su bibliografía y frases. Frases, para mí, más de una vez recurrentes, procurando poner a cada una de ellas en el contexto de su “origen” y la oportunidad de las mismas.


“Vendría a ser, sin duda, el pueblo catalán un personaje peregrinando por las rutas de la historia en busca de un Canaán que él solo se ha prometido a sí mismo y que nunca ha de encontrar.”


   Posiblemente por haber bebido directamente de esa mezcla histórica – mística, nunca folclórica, del concepto de religión del pueblo judío, mi conocimiento de la historia, me lleva a interpretar la frase que encabeza este paréntesis del presente escrito, con una inusitada profundidad. Profundidad ésta, que no deja de sorprenderme, al observar, que personas a priori racionales, dan muestra del mayor de los desatinos, cuando así mismos se auto engañan, inventándose una historia que ni ellos mismos pueden “digerir”.

 

   Ciertamente que el “nacionalismo” como tal, no deja de ser el “exclusivismo” llevado a extremos irracionales; pues si bien toda persona “normal”, en algún momento de su vida hace gala de su vena “nacionalista” (muestra evidente de ello, la proliferación de los chistes de españoles, ingleses, franceses, etc.), cuando dicho nacionalismo cae en la falsificación de los hechos tangibles (pasados, presentes e incluso futuros) y para más INRI, de “inritacion”, alguien que presume de ser Licenciado en Historia, con “una pinta física como la suya”, se permita hablar de la supremacía racial con respecto al resto de los españoles, es para desternillarse de risa. Salvo que se piense en profundidad y se le tenga que ubicar en el lugar que le corresponde como filo nazi. De su mismo estilo de pensamiento e igual pureza aria, era su camarada ideológico Joseph Goebbels. Para mear y no echar gota: qué pareja de prototipo ario, representativo respectivamente de la raza alemana y de la catalana. ¿Dónde quedó el nacionalismo y empezó el fanatismo y el racismo? Del cobarde potarro (el calamar tienen otra clase) huido, mejor no acordarse. Como lo hará la historia cuando se escriba, con una línea sobrara espacio, para decir ¡El cobarde potarro huido…!


   La perspectiva, como concepto de visión de una cosa, donde se aprecien sus partes y componentes, su posición y situación real en el espacio, la perdieron por el camino del “proces”. A muchos ciudadanos, entre los que me cuento, respetuosos con todo tipo de ideas, siempre que no nos las traten de imponer por la fuerza, nos conduce a un claro rechazo ese jodido eslogan de los “españoles nos roban”. Los únicos ladrones que desde mi perspectiva veo, son aquellos insolidarios individuos, que “peregrinando sobre falsas historias por ellos inventadas” nos condujeron en otra hora, al proteccionismo de su paños y tejidos; posteriormente al saqueo del Archivo Histórico de Salamanca; las obras pictóricas de Sijena; al desvió de fondos públicos a fines totalmente anti – sociales, a mayor gloria y engrandecimiento de una continua y continuada manipulación histórica. Donde para que la fiesta no decaiga, dan un GOLPE DE ESTADO en toda regla y se permiten hacerse las víctimas, acompañados por un partido, que en sus ratos de euforia, con dos cojo… se permite cantar la internacional, cuando su internacionalismo es de un “pueblerilismo”, que no llega ni a alcanzar el provincialismo. Donde el “jefe”, con ese par… al que hago referencia, se permite sin el menor sonrojo pedir la condonación de la deuda malversada en juergas, tres por cientos y en “embajadas” de esa entelequia racista, permitiéndose asimismo insinuar la solicitud de un indulto anticipado para los golpistas.


    ¿Qué decir o mejor no decir, de la trastocada tarascada de la “catalana” en Gijón? Tan pacifistas y racistas y “buenistas” ellos, que van por la vida provocando y cuando les responden a las provocaciones, resulta que ellos son los mártires y los provocadores los provocados. Vamos, el mundo al revés.


    Preguntar por qué los Golpistas del 81 dieron con sus huesos donde tenían que dar, en la “trena”. Y a estos se les trata con tanto miramiento y consideración, es propio de “facciosos”, calificativo que cuando me lo aplican por esta o por preguntas similares, créanme, me hacen sentirme sumamente halagado. 


     Sr. Presidente del Consejo de Ministros, Secretario General de lo que queda del PSOE and Company, Ltd., sigan bajándose los pantalones, que cuando se quieran dar cuenta, estarán en estado de buena esperanza, y al menos podrán optar al premio a la maternidad – paternidad todo en uno. Pues o mucho me equivoco o el uno y el otro será lo que saquen de la “bajada” O tal vez, la patada en el trasero que están reiteradamente pidiendo a sus votantes.


     Dado lo “Azañista” que hoy me encuentro y siento, como colofón a este inicial “desahogo”, reproduzco la siguiente, cruda y dura frase a D. Manuel atribuida: "Una persona de mi conocimiento asegura que es una ley de la historia de España la necesidad de bombardear Barcelona cada cincuenta años. El sistema de Felipe V era injusto y duro, pero sólido y cómodo. Ha valido para dos siglos."


 "El patriotismo no es un código de doctrina; el patriotismo es una disposición del ánimo que nos impulsa, como quien cumple un deber, a sacrificarnos en aras del bien común; pero ningún problema político tiene escrita su solución en el código del patriotismo".

    La confusión o confusionismo al que el desconocimiento conduce, puede ser humanamente disculpable, no aquellos interesados, donde los fines perseguidos justifican los medios utilizados o a utilizar.

   Los que tuvimos la gran suerte, de que a una relativamente temprana edad y con el bagaje básico que se desprendía del antiguo bachiller a ciencias (el del PREU), accedimos y recibimos una “formación académica militar”, posteriormente complementada con la obtención de títulos universitarios en el campo de las ciencias y de las letras (HUMANIDADES). En la distancia que marcan las experiencias vividas, dentro de las más dispares situaciones y con responsabilidades formativas sobre personas de distintos orígenes sociales e incluso culturales, en algunos casos, envenenados en gran medida, por nacionalismos a ultranza y excluyentes, te conduce a ver y distinguir perfectamente, que la finísima línea que delimita el patriotismo como tal y la “patriotería”, cuando a su vez se tiñe de “progresismo”, formarían al decir del gran Ludi  un “jolipendan”, muy, pero que muy próximo, al “pendón desorejado”.

   Tristemente en una gran mayoría de los casos, esa fina y variable, a conveniencia, delimitación a la que hago referencia, se mueve sin ningún sonrojo por parte de los que dirigen y manejan el “cotarro”, pretendiendo sentar como doctrina el patriotismo, pero como doctrina, partidaria y base de apoyo a sus propios intereses y conveniencias, llenándoseles la boca de conceptos para ellos totalmente vacuos: patria, honor, honra. Donde ellos mismos se encargan de hacer un “mix”, que puede serles válido a sus torticeros fines, pero totalmente alejado de la realidad de dichos conceptos.

    En mi caso hablar de “libros de mesita”, resultaría ridículo, ya que tendría que hablar de “mesona”, pero con todo y ello, mi recurso al “María Moliner” y al “J. Coromines y J. A. Pascual”, me conducen inevitablemente a las definiciones y a la etimología de las palabras (tiene “bemoles”, me refiero a Joan Coromines i Vigneaux). Así define la primera, al patriotismo: m. Cualidad de patriota o de patriótico”. Continuando con la misma tónica, patriota: adj. y n. Se aplica al que ama a su patria. Particularmente, al que ha realizado algún sacrificio por ella”. Siendo el patriotero: adj. y n. Se aplica al que exagera las muestras exteriores de patriotismo o tiene un patriotismo ostentoso pero superficial”. Por extensión el patrioterismo y/o patriotería, es ni más ni menos que la actitud del patriotero.

    Creo que una vez aclarados los dos extremos anteriores, es el momento de sumergirnos en la progresía de “vía estrecha” (métrica) con miras de internacionalismo, incluso de canto de la “Internacional”, pero recitando estrofas sin pensar en lo que se dice, ni el significado que encierran. De ahí, qué con la mayor de las impudicias, adobadas ellas por la total ignorancia del concepto se permiten hablar de País, Nación y Estado y del “Sursum corda”, en traducción libre para ellos. Donde nuestro corazón lo tenemos que levantar no hacia Dios, sinó en función de esa su patriotería, inmenso “buenismo” y más grande “papanatismo”, si éste cabe. Entiendo y comprendo que esa partida de indeseables: actuales lomo de León, nunca rabo, aspiren a ser cabeza de ratón, siendo ellos las cabezas, donde en base a ese patrioterismo totalmente patriotero, puedan hacer y deshacer, convirtiendo la democracia de tipo occidental, en algo a imagen y semejanza de la orgánica, en la cual, ellos sustrayendo la opinión del pueblo, le den a él (al pueblo) lo mejor que ellos consideren. Gramaticalmente a quien así actúa, se le define como DICTADOR.

    Los “nacionalismos históricos” de nuestro país, son en ambos casos, fruto de la más innoble aspiración de sustraerse a la solidaridad con los demás, a costa de vivir, a poder ser, de ellos, esos demás, sub ciudadanos a los que denominan como “maquetos” o ”charnegos”. Encubriendo dicha insolidaridad en hechos diferenciales, que posiblemente a finales del siglo diecinueve sonasen muy mal, pero que en estos inicios del veintiuno, suenan horribles: ya que tras la posible determinación de la cadena del ADN, vemos que los hechos diferenciales entre los distintos humanos, Sí es que existen, son imperceptibles y que nuestra proximidad al cerdo, ese noble animal, del qué a mí me van hasta sus andares, es mínima. ¿Qué opinaran de esta última afirmación los expertos en razas y diferencias raciales, Oriol Junqueras y el hoy amortizado Ibarretxe?

   Cuando personas de tan dispares pensares y sentires, al día de hoy le dan y damos el Don a D. Manuel Azaña, tengo que entender que es por algo, y ese algo, es que su pensamiento y sentir a España y a los españoles sigue intacto y con una frescura total, de hoy mismo. Que nos traten de solucionar los problemas por ellos mismos creados, en base a la patriotería del cobarde e irresponsable fugado, o de los otros, que están en disposición de “vender sus profundas convicciones” por un plato de lentejas y no hacer frente a los delitos cometidos, es el colmo de la patriotería, pero no la solución política a sus arcaicos conceptos del mundo y del moderno concepto de nación, país o estado.

     Lo peor del caso, es que el nacionalismo en cualquiera de sus formas, es contagioso por vía oral y cuando se desarrolla, afecta terriblemente al cerebro. Así los contagiados pasan a pensar como los focos del contagio, e idea que conciben, idea que cagan.

    Si dura era la frase final del “desahogo” precedente, de nuevo recurro a D. Manuel y ahí les dejo esta, él no hace referencia a los columnistas y demás “entintadores de papel”, yo los incluiría. "No me importa que un político no sepa hablar, lo que me preocupa es que no sepa de lo que habla".

“Os permito, tolero, admito, que no os importe la República, pero no que no os importe España. El sentido de la Patria no es un mito”.

     España como nación y concepto de ella, asentada en los avatares, por mí muy conocidos, la de las garrafales expulsiones y persecuciones de índole religioso o conceptual del mundo, azules o rojos, me llevan a ver el gran trasfondo que encierra la frase de D. Manuel Azaña, que encabeza el presente “desahogo”.

    Republicano a ultranza, español por principio, internacionalista sin “internacional”, comparto íntimamente y en su totalidad, la frase de D. Manuel. Entendiendo en mi caso, que la jefatura del Estado en toda monarquía, aunque sea vitalicia y por derecho hereditario, mientras se mantenga dentro del plano constitucional que los españoles de todo signo y condición nos concedimos en difíciles momentos de nuestra historia reciente, se me hace un mal menor; considerando llegado el caso intranscendente, la forma de la Jefatura del Estado. La Patria no es potestad de un Monarca o de un Presidente de la República: Es el conjunto de relaciones afectivas, derechos y obligaciones que de ella emanan. Teniendo como ciudadano, no súbdito, los mismos derechos y obligaciones recíprocos hacia ella, esa Patria. Extremos estos últimos, a los que por claras observaciones y manifestaciones, más de los que en principio pudiese parecer, o no son conscientes de ellos o están en la concepción del “mito” sin Patria.

    Por ser sin lugar a duda el País – Estado más antiguo de los contemporáneos, y dados los múltiples avatares que esa su propia antigüedad e idiosincrasia de sus gentes nos hizo vivir, somos aunque a algunos indocumentados les cueste reconocerlo, paradigma que otras naciones siguieron. Así tengamos un Presidente del Consejo de Ministros, que por no citarlo el “Marca”, ignora que el primer Parlamento y el concepto de real (de realidad) que ello encierra, no fue el Inglés, como el aseveró en su reciente visita al U.K., extremo que por seguir sin figurar en el “Marca”, cuando corrigió, lo hizo para confundir el Reino de León, con León. Claro está, en el ya citado diario deportivo, no figuró nunca mapa alguno de tal reino. Si a este hecho unimos la alergia que le causan las Cortes Españolas, como sinónimo de Parlamento, se explica que al rectificar lo embrollase más.

    Si tanta tarascada dialéctica como se escucha a nuestra clase política y esa que dice ser periodista o columnistas, fuese precedida del más elemental sentido de la responsabilidad con la Patria, posiblemente esas alegrías nacionalistas no se produjesen. Fomentadas en todos los casos en base al falseamiento histórico y a subvertir el orden constitucional, permitiendo la edición de panfletos donde al margen de falsear descaradamente la historia, persiguen punitivamente nuestro rico idioma. Patrimonio de una civilización que mal que les pese a los que consideran la Patria como un “mito”, dio vida a gran número de naciones, posiblemente pobres, pero dignas y a las cuales en ese “mito” al que algunos de nuestros políticos llevaron el concepto de Patria, nos hace vivir de espaldas a ellas y a sus ciudadanos. Quizás sea que el que esto escribe, no distingue en absoluto la diferencia existente entre un peninsular, insular o cualquiera de los pobladores de esas hermanas asentadas en América Central, del Sur o islas caribeñas.

   Lo malo o peor, es que esa falta de sentido de Patria y sustitución por el concepto de “mito”, lleva a algunos a tratar de encontrar la cuadratura del círculo, pretendiendo circunvalar la buena, mala o regular Constitución que tenemos, pero la que nos concedió el más largo periodo de nuestra historia de paz y progreso, buscando en esa su total ignorancia y pobreza, llevarnos a un reino de taifas donde la solidaridad a la que tanto invocan, hace “mutis por el foro”

   Para cerrar este compendio de desafueros, vuelvo a lo “trillado”, a D. Manuel: “Si los españoles hablásemos sólo de lo que sabemos, se generaría un inmenso silencio, que podríamos aprovechar para el estudio”.

                           Capt. Willie

 NOTA ACLARATORIA: Posiblemente el lapsus del Sr. Rajoy, fue por confusión de "La Cultural Leonesa", con el Parlamento del Reino de León. Dicho equipo de futbol si aparece en "El Marca".

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