jueves, diciembre 07, 2017

Evangelii nuntiandi (08.12.1975)

    En tal fecha como hoy, 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, hace cuarenta y dos años, S.S. Pablo VI da al mundo la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, fruto del trabajo en equipo del III Sínodo de Obispos. ¡Cuán lejos está en el tiempo y en la sensibilidad de la ICAR, aquel trabajo, dedicado por igual a unos y a otros (al episcopado, al clero y a los fieles), donde de forma magistral se trataba, la evangelización de aquel mundo, del de hoy y el de mañana!

    El comunismo rampante de entonces, fue sustituido por un materialismo quizás más sofisticado y menos doctrinario, pero no menos dañino para el concepto de humanidad que encierra el evangelio de Jesús. Con la salvedad de la pérdida de Rumbo a la que llevaron a nuestra Iglesia, El Efimero, El Okupa de los Altares, El venido a menos con capitulaciones e ínfulas de Teólogo y el Peronista. ¿Qué decir de lo que se rodea este último, cuando ni él ni el “Negro” son capaces de saber a ciencia cierta lo que dijo Jesús? El hijo de Dios, encarnado en María, mi Santísima madre, aquella judía hija de Ana y Joaquín.

    Lástima que el uno y el otro carezcan de grabaciones que le diesen textualidad a las palabras del Maestro, pues esa falta los tiene jodidos, permitiéndoles el improvisar; y la verdad tanto el uno como el otro lo hacen a cual peor.

    Con este par de dos y licenciados vía “Bolletino”: ¿A donde vamos a parar…? A la más absoluta nada.

     En abril del presente año, hice referencia a esta Exhortación, como respuesta a  un comentario externo, respuesta a la que accederán siguiendo el presente link: 
http://elcaptwillieopina.blogspot.com.es/2017/04/de-la-evangelizacion-las-ong-made-en-la.html?showComment=1492547158451#c4432215704071238392
 
    No puedo dejar pasar fecha tan señalada como la de hoy, día de la Inmaculada, Celestial Patrona de la Gloriosa Infantería Española, para felicitar a todos y cada uno de los componentes del Cuerpo. Felicitación que hago extensiva a sus familias, pidiéndole a esa mí madre celestial con ellos compartida, les cubra bajo su manto protector, preservándoles del peligro y dándoles el valor necesario para el feliz desempeño de esas cotidianas e incluso anodinas funciones, que cuando las demandas del servicio lo requieren, saben transformar en grandiosas. Muestras de ello, las páginas de gloria por ellos escritas.

    Felicidades asimismo a todas aquellas que tienen por onomástica su celestial nombre.
                                          Capt. Willie

                                                                      

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