domingo, diciembre 31, 2017

María, esa humilde judía, madre de Dios hecho hombre y por extensión mi/vuestra madre celestial.



   Los que me conocéis de antiguo y los que sin siquiera conocerme, seguís el presente blog, sabéis de mi favorable predisposición a la mujer como igual: amiga, compañera, hermana, esposa, madre o “gran madre”. Esas abuelas o magnas mujeres en todos los casos, que sin serlo en el sentido de consanguinidad, desempeñan ese entrañable papel, solamente a ellas reservado por la naturaleza y la afectividad humana. 

    Aclarado mi pensar, a los católicos nos cabe la gloria de celebrar una vez más, como cada primero de enero, la solemnidad de María מרים, madre de Jesús, Dios hecho hombre, y por extensión nuestra Santísima Madre. Desde la antigüedad los testimonios orales y posteriormente escritos, con respecto a ella, son muchos y variados. La devoción por María está contrastada a finales del siglo primero, denominándola San Irineo de Esmirna, en el 170 “Nuestra más inminente abogada”.

     Las referencias a esta humilde mujer judía y su linaje, nos dicen que desciende, de acuerdo a la tradición, de la noble estirpe de David, hija de Joaquín יְהוֹיָקִים  (al que Yahveh levantó) y de Ana, del masculino Ananías חנה (en judesco Jana, la benéfica, la llena de gracia). Con respecto a los nombres arameos, tener siempre presente, que el apelativo por el que se les conocía, respondía al tipo de persona y proyección de su personalidad.

     Dado el amor y devoción que le profeso a esta mí Celestial Madre, podría extenderme cientos de hojas, al menos las doscientas sesenta y siete que en su día le dediqué en patrística. Las evito y a ella en este su día, ruego tenga presentes a todos sus hijos en las distintas advocaciones bajo las que pidamos su divina intercesión, a la vez que le suplico que de un modo especial proteja a esas mujeres, que por el hecho de su pertenencia al género femenino, están sufriendo agresiones que atentan contra su dignidad o integridad física.

    Felicidades a todas aquellas que tenéis por apelativo su Santo Nombre, que ella os/nos guie y cubra bajo su protector manto celestial.

                              Capt. Willie

1 comentario:

  1. Que sus peticiones y súplica sean oídas y atendidas.
    Gracias y que tengan un feliz año nuevo.

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