Independientemente de mi manifiesta fidelidad a D. J. Corominas – J.A. Pascual y a su D.E. y a Dª. María Moliner (D.U.E.). Hay hechos y acciones donde por el origen de los mismos y quien los realiza o preconiza, en mi caso, preciso dejar pasar un cierto periodo de tiempo, para que los calificativos a emplear bajen de tono y sean trasladables al presente blog:
El
decoro (del lat. Decōrum)…
La pérdida del concepto que encabeza el
presente “sub apartado”:
En su primera acepción del Mª.
M.: “Dignidad. / Con referencia al comportamiento,
aspecto, etc., de las personas, y a las personas o colectividades por ellos,
circunstancia de merecer e inspirar respeto y estimación: ‘El decoro de la
profesión exige un traje cuidado’. / Conciencia de esa circunstancia y respeto a ella, por los que
una persona se abstiene de hacer cosas vergonzosas: ‘Es un hombre sin decoro’. / Dignidad, honor, vergüenza.
Propia estimación.”
Es claro y manifiesto, que por parte de los
actuales dirigentes del partido que nos manda, no nos gobierna, los conceptos
literalmente reproducidos del diccionario “María Moliner”, o los ignoran o
“pasan de ellos”, lo mismo que pasaron de todos nosotros sus votantes; de lo
contrario sería inexplicable su presencia en San Sebastián, en el acto de
entrega del “Premio Gregorio Ordoñez”, en memoria del líder local de “aquel
partido”, al que por su pertenencia y defensa de las ideas que ambos (el Sr.
Ordoñez y el Partido) defendían, fue vilmente asesinado por un criminal Etarra,
en presencia de su compañera de militancia Dª. María San Gil.