Respuesta a una “loca descosida”, que puesta a reivindicar se
pierde y no sabe si ponerse a servir o buscar criada.
Ignoro quien es más
tonto, si el que siéndolo lo asume, o aquel otro, que sabiendo a ciencia cierta
su cortedad de luces, en base a subterfugios de puro servilismo, trata de que
esa, su baja capacidad lumínica de desacompasados y ligeros destellos, emule las prescripciones
de las normas internacionales de balizamiento marítimo y/o aéreo. Por elevación
y dentro de su total ignorancia, creen estar sirviendo y ganando méritos con la
“superioridad” y lo que están es dejándoles con el “trasero al aire”. ¡Jo… que
fino estoy! Aunque no tanto como aquel seminarista, que pretendiendo sentar sus
posaderas sobre la base de cierto “Cruceiro” existente en el jardín de un
determinado seminario, pidió a los “posados” que apartasen su “pompis”, para
acomodar el suyo ¡Qué fina y viril expresión…!
Partiendo de tales “finuras y viriles
expresiones”, no deja de sorprenderme lo soez del vocabulario utilizado, cuando
algún miembro perteneciente a ese “claque de danzarinas mariposas”, contacta
conmigo telefónicamente, a su creencia de forma anónima y, aprovecha para
largar toda la bilis, que opino debía dirigir sobre su progenitora y el
“calzonazos” (siendo muy suave) de su padre o del varón que como tal lo
registró, quienes sin duda alguna lo convirtieron en lo que es, en una “loca
desorejada”.