Con
el presente escrito me surge la duda existencial, de a quién le producirá peor
“milk”, a ciertos peruanos o a las hordas “rojos señales” por alusiones.
A
fuer de ser honrado conmigo mismo y con Vds. amables lectores, he de decir, que
dicho difunto, en compañía de otros secretarios generales de la ONU que le
precedieron y sucedieron (U Thant, K. Waldheim, el propio difunto, B. B. Ghali
y/o K. Annan) fueron la fuente de inspiración de mi total desconfianza en dicho
organismo y por extensión de todos aquellos de él o ella dependientes. De los
mencionados de todo hubo, desde vendidos, a potenciales criminales, pasando por
“ponedores de mano” a nivel personal y familiar. Eso sí, en todos los casos “entornados”
totalmente a la siniestra y quizás ellos mismos un tanto siniestros.
Centrándonos en el peruano hoy “ausente”, una vez más insisto: o a mí me
falla horrendamente la memoria o sobre dicho personaje, del que hoy tratan de
contarme “cantares” que no concuerdan con las letras que yo hace años escuche,
incluida su música, les falla a los demás.