Este viejo país, en su historia próxima inmediata, tuvo al menos dos días y sus dos frases, que dejaron y forjaron el futuro inmediato, vamos la más reciente actualidad: "El día que nos vayamos, a éste país no lo va a reconocer ni la madre que lo parió" y "España, el país europeo donde es más fácil hacerse rico".
La primera fue premonitoria de lo que se nos avecinaba y la segunda daba el pistoletazo de salida al robo y al pillaje. La combinación de ambas, lógicamente, fue explosiva: Al amparo de la primera, entre otras, surgieron un número infinito de profesores, profesores titulares y catedráticos de universidad, donde el enchufismo, amiguismo político y lameculismo, en términos generales, estuvo reñido con los méritos. Así, en las distintas universidades públicas, se fueron creando plazas y más plazas, a imagen y semejanza del destinatario de la misma (el que esto afirma, no es catedrático, porque no lo quiso ser, pudo elegir en dos asignaturas diferentes. Si alguien se da por ofendido, estoy en disposición de explicar públicamente y con todo lujo de detalles, el infalible método a seguir y conseguir). Así accedieron a la docencia universitaria un alto número de “paniaguados”, doctores en las más variadas materias, donde dada la gran experiencia del Director de Tesis y los amplios conocimientos del aspirante, aquellos inventos del TBO de mi infancia, tenían una altura técnica e intelectual de la cual carecían algunas de las tesis a las que aludo.