miércoles, enero 11, 2017

Donde termina el demócrata de toda la vida y/o empieza el “Estulto Pijo Progre”


   Si la memoria no me falla, el día 14 de febrero de 2009, a sugerencia de un buen amigo, notable jurista, en aquel entonces, ejerciente como fedatario público en nuestra villa,  y hoy sobresaliente magistrado de sala en el Tribunal Superior de Justicia, asistí a una charla en el ateneo local; donde mí amigo actuaba de presentador del conferenciante y moderador del posible posterior coloquio. La ¿charla – monologo – disertación - conferencia? corrió a cargo de un conocido “opinador”, náutico y periodista, por más señas, siendo el tema a desarrollar: la reciente, en aquel momento, toma de posesión de Barack Hussein Mohammed Obama.

   Ignoro si de tales actos de índole cultural local, se levanta acta o registro. Independientemente de ello, las obviedades expuestas y reiterativas fueron constantes, y puede que por ser nosotros, los españoles, individuos poco o nada racistas, en el ambiente lo que predominaba era el color de la piel del individuo; incluso se hizo velada y pública referencia a ese su color. Finalizada la intervención del disertante y en el turno de preguntas, desde la primera fila de palco en la que me encontraba, de forma clara y contundente pregunte: ¿Les parece honrado el Sr. Barack Hussein Mohammed Obama…? ¿Las cuentas presentadas correspondientes a los gastos de campaña electoral, están claras? A esta pregunta, se me respondió con algo parecido… “a la honestidad a la que dicho Sr. hacía gala”. Recuerdo que, dirigiéndome precisamente al moderador (a mi amigo), hice publica y expresa mención a la clara distinción que yo hacía entre la honradez y la honestidad, pues a mí me gustan siempre más las palabras que carecen de antónimo exacto. Utilizando por sistema la honestidad como elemento concerniente a actitudes relacionadas o próximas a la entre – pierna, sea anterior o posterior. No obtuve respuesta alguna.

   Discurrió el tiempo que media entre la anterior fecha citada y la actual. Transcurrieron dos mandatos presidenciales, donde los éxitos anunciados a “bombo y platillo” con el correspondiente premio Nobel de la Paz, en un auténtico “brindis al sol”, posiblemente de media noche, a la Lapona, donde los noruegos, con la consabida  ignorancia que da el no saberse colaboradores necesarios de los criminales nazis en su día, no pasaron de ahí, de la concesión de premios Nobel a la Paz. Como el de la Menchú o el último a la “Pacificación”. Posiblemente a la de los cementerios y/o a la de la ignominia, a la que de forma magistral en su desnortada labor, colabora con todo ahínco el “peronista” en Roma.

   Olvidando aquella pregunta por mi realizada y nunca respondida, en aquel provinciano acto de cultura “multiétnico e internacional”, al que al inicio hago referencia. El tiempo discurrió y la “leche que dio la burra”, a la vista está: Cuando arribó el “buen musulmán, al decir de su abuela paterna, casado con la de las anchas espaldas, que por no ser racista, habla de blanquitos”, el mundo estaba “jodido”: él con su incapacidad y no hacer, lo deja “jodidisimo”, y lo que es peor, dejando manifiestamente clara y libre de toda duda, su total incompetencia, inoperancia, mala fe y a última hora, su peor saber perder.

   Con esa falta real de vergüenza de la que suelen hacer gala aquellos que presumen de “auténticos demócratas, de siempre, de toda la vida” (bien podríamos sustituir el término, por su equivalente), el de: “estultos pijos progres”. No recuerdan, por supuesto, las dudas planteadas por la Hilaria y la corte de “ojetes” periodísticos y editorialistas, donde no dejaban de insinuar horrorizados (posiblemente del propio horror que asimismos se producen ellos y sus falseamientos continuos y continuados). El mal perder, al que llegado el caso haría gala Mr. Donald Trump. El tiempo, que para bien o para mal, todo lo acaba poniendo en su lugar y sitio, transcurrió; mal que les pese y posiblemente les pueda llegar a pesar más aún ¡La justicia en USA, es la JUSTICIA!: el entonces perdedor, pasó a ser ganador. Su carencia total de virtudes (sin rubor ni recato alguno, así lo manifestaban públicamente todos ellos, incluida la “esposa” o lo que “sea” del famoso ex - presidente “mete mano a fandango - ajeno”). El mismo presidente de la unión, que al margen de “meter mano a fandangos ajenos” dedicó parte de su presidencia en el año 1994, a la construcción de un muro de separación entre USA y México, muro que alcanzo bajo su presidencia la “escasísima longitud” de casi mil quinientos Kilómetros (sí. leyeron bien. 1.500 Kilómetros, más que la distancia por carretera entre San Sebastián - Cadiz). Lo cual quiere decir, que así se expliquen algunos “desasosiegos y sinsabores” (entre “meter mano a fandangos ajenos” y construir muros dotados de alta tecnología en la detección de personas… el tiempo da para lo que da…). ¿Este “muro físico y tangible” y la “becaria”, fueron un mal sueño mío o existe y existió?

   La verdad no vi ni oí referencia alguna sobre el tema, ni al “buen musulmán”, ni a la “Hilaría”, ni a los “hilanderos” que se rasgan las vestiduras ante la “machada” expuesta por el triunfador de las elecciones, que a priori, tenían ganadas ellos. La “Hilaria” y su “corte de ojetes”, hablan del Muro Trump, nunca del ya construido, de quien lo construyó, ni de quien en ocho años consecutivos careció de tiempo para demolerlo. ¡Tienen bemoles los “E.P.P.”! 

     La caracterización de antiecologista (me solidariza con él, con el Sr. Trump. Soy antiecologista, máxime si un individuo llamado Al Gore, a ellos afín, es ecologista, pancista, y unos cuantos calificativos más terminados en “ista”, a mi concepto, ninguno bueno). Creo oportuno, llegado el momento, de preguntar por las sucesivas glaciaciones y calentamientos experimentados por nuestro planeta azul y el consiguiente efecto directo de los pedos, aire acondicionado, calefacción y demás confort con el que estaban dotadas las cuevas de nuestros ancestros los cromañones y neandertales. ¡Nos ha jodido…! ¿El cambio climático y el calentamiento global, no vendrá producido por los “calentazos” desaforados del “mete mano a fandangos – ajenos”?

   La desvergüenza a la que estos “auténticos demócratas, de siempre, de toda la vida” o su equivalente “estulto pijo progre” suele hacer gala, les condujo a organizar desde el día 9 de diciembre, todo y todos aquellos desmanes que le adjudicaban a su rival, al que tildaban de “furibundo fascista”. Ellos, impecables demócratas liberales, son los que organizaron manifestaciones de malos perdedores, justificando injustificadas agresiones a adversarios y obligaron al contribuyente (al que con la boca grande dicen defender) a invertir ingentes cantidades de dinero público en baldíos recuentos, de antemano conocidos. Amenazaron y trataron de amedrentar a miembros de colegios electorales contrarios para que alterasen su voto. Llamaron a acciones violentas el próximo 20 de enero, para enturbiar el traspaso de gobierno en la Casa Blanca, y hacen lo posible y lo imposible para deslegitimar una merecida derrota, como la por ellos sufrida. Para terminarlos de arreglar (en mi vulgar decir, joder), el TRIUNFADOR, Mr. Donald Trump, se dedica a facilitar nombres sobre quienes compondrán su administración. Personajes en todos los casos hasta ahora brillantes y totalmente ajenos a los “pesebres” en los que sus detractores pensaban comer y medrar.

  ¡La intervención de los rusos! ¿Quién nos dice, que un avisado fiscal, “tirando de la manta” no consiga echar para adelante una acusación legal por dejación de funciones, negligencia y otros posibles delitos a cual más mal sonantes?, cuando sí es cierto, que se produjeron todos esos desmanes: en definitiva, fue porque el presidente, a través de sus hombres de confianza en las múltiples agencias estatales competentes en la materia, los autorizaron o miraron para otro sitio. A mi entender, hay que pedirles a los responsables de Inteligencia Nacional; CIA; FBI; DIA; NSA y a casi un millón de empleados, “escuchas”, “orejas” y “gargantas más suaves o profundas”, que devuelvan al tesoro nacional los salarios y gastos ocasionados. ¿O a la hora de pedir reclamaciones se deben de ejercer contra el que los nombro? Si esa prueba de intervención extranjera existen ¿Quién no la impidió y por qué no la impidió? ¡ESA ES LA CUESTIÓN!

   Mi asombro va en aumento. Resulta que esas “lumbreras” (parece que oscurísimas) llegaron a estas alturas del siglo XXI a la conclusión, que la Rusia del futuro Zar, trató de influir en las elecciones USA. ¡Joder! No saben que desde Lenin hasta ayer mismo, fue política no oculta, dicha intervención y el establecimiento de gobiernos títeres, donde pudieron y se les consintió.

   Acaso esos paladines de la democracia “auténticos demócratas, de siempre, de toda la vida” o su equivalente “estulto pijo progre”, aún siguen sin enterarse de lo dicho en el final de mi cuarto párrafo, que tras los ocho años de la administración de Barack Hussein Mohammed Obama, el mundo es mucho menos seguro. El futuro Zar, hace ocho años, era un auténtico “D. Nadie” y si hoy, es quien es, fue gracias a él, cuando bajo los calzones en Ucrania, Siria, Bielorrusia.

    Dado el profundo cariño y total respeto, que independientemente de quien gobierne al Norte o Sur del Rio Grande me merecen los ciudadanos de ambos EE.UU., decir que todo aquello que pueda separarlos en lo afectivo – social o económico, me causa profundo desasosiego y dolor. Por conocerlos los quiero a ambos y no siento rubor alguno por manifestarles ese mi cariño, a los del Norte y a los del Sur, a los del Sur y a los del Norte.
 
                         Capt. Willie

2 comentarios:

  1. Ínclito Comandante Willie (Abuelón de la Chamaquita):
    En lo que a éste su siempre seguro servidor y amigo le pulsa, gracias una vez más por ese su respeto y consabido afecto por este nuestro país y sus gentes. Mostrando parejo aprecio por opulentos y pobres, con esa especial sensibilidad de U. a los que de hecho siempre andan brujas.
    Su siempre acatado, compañero, amigo y admirador. C.N. JC.
    Publíqueme sin espulgados, gracias Comandante.

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  2. Querido y siempre fiel amigo y en un tiempo pasado, compañeros:
    No puedo sustraerme al regocijo que me produce su cariñoso apelativo de “Abuelón de la Chamaquita”, pues créame me hace sentirme abuelo en grado superlativo.
    A fuer de caer en el tópico, he de reconocer, que en mí el respeto y cariño que su país y gentes despiertan, es reciproco en todos los casos a las múltiples y continuas deferencias por mi recibidas, desde todos los estamentos que le componen, incluidos los opulentos, los pobres y seguramente que también de esos (que no sé quiénes son) “los que de hecho siempre andan brujas”. ¿Qué decir de las deferencias y continuas atenciones por Vd. y todo su entorno dispensadas? ¿Acaso se le olvidó como fui recibido en su ciudad y en su propia casa?
    Gracias de todo corazón, por las continuas e inmerecidas atenciones y deferencias que en todo momento y oportunidad me prodiga.
    Siempre a la recíproca, su siempre amigo y s.s.

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