jueves, enero 12, 2017

Cuando el “estoy trabajando” es una licencia para joder al que también está trabajando, sin joder a nadie…

   Cayendo en algo que por repetido lleva todo el camino de convertirse en ley, la “Ley del Embudo”: lo ancho del cono para mí, lo estrecho del tubo, para ti - los demás.

   En los dos últimos años tomó “carta de naturaleza”, que a cualquier hora de la mañana, tarde o noche, domingos y festivos incluidos, recibamos una llamada telefónica, donde alguien pretendiendo ser muy afable, los anglosajones dirían “very friendly”, “muy amistoso”, tanto, que algunas veces ya se pasan tras ese “afable saludo”, comienzan a asaetearte a preguntas. Preguntas, que mientras sean realizadas por el que llama, vamos, el “incordiante carente de todo derecho para hacerlo”, todo discurre como miel sobre hojuelas. En el momento en que el “incordiado”, el pacifico contribuyente el que por la propia constitución política del país que sostiene con sus impuestos, no es tan “fiendly” como el “incordiante”, pretende, se le suelta en tono “menos amigable”: “ES QUE ESTOY TRABAJANDO”. Sucedáneo de TE PUEDO JODER, O AL MENOS PRETENDERLO, PORQUE… ESO, ESTOY TRABAJANDO.

miércoles, enero 11, 2017

Mi iglesia es: “una, santa, católica y apostólica”.

  Ignoro si son los muchos años que paulatinamente voy acumulando, o si es, que en cuestiones que atañen  a mis creencias soy refractario a las innovaciones. Un feliz día de mi vida y sin que nadie me lo cuestionase, por el Sacramento del Bautismo accedí a la religión Católica Apostólica y Romana.
  Pasaron los años y con mi natural crecimiento físico y mental, fui intimando con esa, mi religión y desarrollándome y fundamentando mi fe, a la vez que por formación reglada, profundice en ella y accedí a su orden.

Donde termina el demócrata de toda la vida y/o empieza el “Estulto Pijo Progre”


   Si la memoria no me falla, el día 14 de febrero de 2009, a sugerencia de un buen amigo, notable jurista, en aquel entonces, ejerciente como fedatario público en nuestra villa,  y hoy sobresaliente magistrado de sala en el Tribunal Superior de Justicia, asistí a una charla en el ateneo local; donde mí amigo actuaba de presentador del conferenciante y moderador del posible posterior coloquio. La ¿charla – monologo – disertación - conferencia? corrió a cargo de un conocido “opinador”, náutico y periodista, por más señas, siendo el tema a desarrollar: la reciente, en aquel momento, toma de posesión de Barack Hussein Mohammed Obama.

domingo, enero 01, 2017

Tres puntos determinan un plano, o dos puntas y un punto, un trio o “triada” (*1).


   La “triada”, tomando la tercera acepción del DRAE, donde los tres a los que me refiero tienen en común la más supina de las incompetencias, unidas al atribuir a sus calamitosas personalidades, el providencialismo y ansias de enriquecerse sin límites. No obstante, a las dos más uno tres, la historia a muy corto plazo los dejará en su sitio, como auténticos VILLANOS. Uniendo más antes que después, a dicho “trio”, a aquella que empezó como “hacendosa ama de casa” y terminará, como una vulgar “cartofelera” o “patatera” venida a más, sin razón alguna para ello.

     De la desconsolada Viuda, alegre jefa de “picateros” y especies afines: La “perseguida”, pobrecita ella, ella que llevó a la más absoluta de las vergüenzas al país y a su armada. La misma marina, que en la última de las guerras del pasado siglo XX, puso los héroes en su arcaica flota naval y aérea. A la que le embargaron, por insolvencia, el buque escuela nacional en un país africano.