Ver
para creer. ¿Quién me iba a decir que mi “teclado” se pondría al servicio de
los “ocultos intereses” de un antiguo colega, compañero y amigo, colombiano de
pro?
viernes, febrero 03, 2017
Cuando el “teclado” se pone al servicio del “peticionario”, pero… prevaleciendo aquello en lo que se cree y confía…
sábado, enero 28, 2017
Asnorasnos del mundo uniros, que más antes que después, seréis vencidos…
Puede que peque de “crecido”, pero echo en
falta palabras que definan en su justa medida, el nivel intelectual – social –
cultural de “algunos de mis muy amables lectores” y “disparadores” telefónicos,
y en menor medida, “escribidores” en este blog. Nunca rebatiendo mis buenas o
malas opiniones, siempre en disposición de descalificarlas, aprovechando la
oportunidad para descalificarme a mí de “pasada”.
En mis años jóvenes, por algunas afinidades
que no vienen a cuento con los propietarios de dos burras o hembra de asno (Equus africanus asinus), y de las
“proezas” que en ambas observe: una de ellas era capaz de conducir a su dueño
de “chigre” en “chigre” y después, cuando ya no cabía más sidra en su cuerpo
(en él de su dueño), llevarlo a casa, como si de un saco atravesado sobre su
lomo se tratase; subir con su “sidril carga” unas empinadas escaleras,
descargarlo a la puerta en el rellano y rebuznar hasta que su dueña se enteraba
de que la “pipa de sidra” estaba en “stand - by” esperando que lo entrase. La
otra, de baja alzada, y por tanto cortas ancas, pero capaz de ganar año tras
año las sucesivas carreras locales en las que participaba. Tiempos aquellos… de
carreras de burros. No de “asnos por partida doble” en carrera… tras una
prelatura o el cardenalato.
lunes, enero 23, 2017
Cuando el magisterio pasa a ser un simple modus vivendi…
Próximo
a cumplir los setenta, con una formación académica reglada de lo más
“variopinta” y respaldada por las más dispares titulaciones, licencias y
doctorados. Lances vividos y compartidos de la “ceca” a la “meca”, con personas
de toda raza, origen y condición. Desde entornos de total abundancia y
seguridad física a extremas, donde mi vida no tenía valor alguno y mis
necesidades primarias, incluida la alimentación, dependían de la benevolencia
de Él, que en toda ocasión tuvo a bien darme lo necesario para sobrevivir.
Situaciones todas ellas, que al día de hoy
no se me olvidaron, pero que, en distintas entradas en este blog, desde los
lugares más chic o recónditos, me hacen recordar y en algunos casos (más de los
que quisiese) revivir, a través de conexiones Webcam.
martes, enero 17, 2017
Cuando en función del nivel intelectual y social, así son los apelativos, apodos o remoquetes que se endosan a los demás…
Ignoro si los sucesivos apodos que a un individuo le pueden ir aplicando
a lo largo de su vida, en los ámbitos personales – profesionales, en los que se
desarrolló, pueden ser o no reflejo de su ser, estar y participar, en esos
precisos ámbitos, momentos y lugares. Dada la disparidad de formación académica
reglada que en un momento elegí, en aquella, mi Escuela por antonomasia, entre
mis compañeros de promoción, a propuesta del único poseedor en dicho momento de
dos doctorados, pasé a ser “Vademécum”. En el ámbito técnico familiar, un buen
día y sin saber realmente de su existencia, fui “El Casillas” (por un conocido
y curiosísimo libro práctico de mecánica aplicada al taller).
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