miércoles, abril 05, 2017

Para cuando el dejar de jugar y enredar de nuestros mandantes, mangantes políticos, religiosos, asociaciones de buenas intenciones y malos hechos…

  Una vez más estoy en disposición de hacerme acreedor de los insultos, descalificaciones e incluso “solapadas amenazas”, a las que con cierta asiduidad responden los “mandados”, “mamporreros” y/o “palanganeros” de los por mí, según ellos ofendidos. Pues de antiguo, el tratar de ser consecuente con los principios (sin caer en los ya conocidos al respecto de Groucho Marx), es algo imperdonable, pues a los que “mandan”, no gobiernan, les sienta fatal que no se les aplauda, sobre manera cuando la cagan una vez y otra también.

   Vivimos el momento oportuno, donde todo E.P.P. (Estulto Pijo Progre) que como tal se precie, tras mucho hablar y no decir absolutamente nada (auténtico paca, paca) terminan su erudita defecación mental, haciendo una invocación a la solidaridad. El concepto caridad, está en desuso y es poco “progre”. ¿Dónde empieza la solidaridad para todos estos E.P.P.?, en el mismo sitio y lugar donde dan por desconocido el concepto de la caridad en su primera y amplia acepción latina; que en cualquier diccionario de español, en el primer significado incluye, unos que por sí mismos “llenan” todo aquello que pudiésemos tratar de “llenar”, rellenar y aclarar: “Amor al prójimo, humanidad”. Tales conceptos les sonarán de algo a toda esa numerosa partida de indeseables y “mangantes” (de la segunda acepción del Diccionario) dirigentes políticos, religiosos y de caritativas asociaciones que mor a la solidaridad, figurar… figuran en sociedad, pero las teóricas buenas intenciones se quedan en malos hechos.

lunes, abril 03, 2017

La tragedia en forma de avalancha se ceba con Mocoa.


   Mi deseo al hablar de Mocoa, si lo pudiese elegir, sería para referirme a la hospitalidad de sus gentes (habitual en toda la Gran Colombia), al colorido de sus mercados y a un instrumento musical, para mi extraño, (llegué a poseer uno, regalado) conformado partiendo del caparazón de una tortuga, Podocnemis espansa, conocida en toda el amplia área de influencia de las dos grandes cuencas hídricas del Orinoco y Amazonas, por “Charapa”. Para no extenderme en la descripción, diría que algo parecido a nuestra “Zambomba”, pero a lo grande.

   Capital del estado de Putumayo y asentada de forma tal que todo su límite E. está bañado, regado y delimitado por el Río Mocoa, que da nombre a la ciudad, pero para que no exista escasez de agua, sus límites N. y S. lo delimitaban otros ríos, que discurrían más o menos paralelos en el sentido W. – E. e iban verter sus aguas al “Gran Mocoa”. En la época de lluvias impresionaba verle.

sábado, marzo 25, 2017

Cada cual habla de la feria, así le va en ella…

   Siempre que de palabra o por escrito (muchas veces), hice referencia expresa a Giovanni Battista Enrico María Montini, quien ocupó el sillón de Pedro, como 262* papa de la ICAR, bajo el nombre de Paulus PP VI (Pablo VI), lo hice desde el respeto y consideración que su persona, espinosísima (de espino) y su magna obra en mí ánimo despertaron, respeto y consideración que con el discurrir del tiempo y a la vista de los que le fueron sucediendo, se fue agrandando en la distancia que da el tiempo, y transformando en clara admiración.

miércoles, marzo 01, 2017

Cuando el correspondiente verbo latino “discernĕre” deja de ser discernimiento, y pasa a ser la voz de su amo…

   Cumpliéndose 250 años de la correspondiente efeméride por la que Carlos III, a la sazón rey de España, firma la pragmática de expulsión de la Compañía de Jesús, vulgo Jesuitas, de todos los dominios de la monarquía española.
 
 
  ¿Quién podría pensar entonces que el Papa “blanco”, en origen un jesuita y el Papa “negro”, por supuesto miembro de la misma compañía (orden religiosa), iban a ponerse de acuerdo y tratar ambos de conjugar un nuevo verbo, puede que en su caso regular (tirando a malo, como ellos), donde el “discernimiento” tenga un nuevo significado y no el proveniente del irregular latino discernĕre”? Comprendo que ambos, el “Peronista” y su acólito el “Chavista”, en compañía del futuro “premio Nobel de la Paz” y su valedor, el titulado vía “Bolletino”, gocen de tanto predicamento entre aquellos, que a sí mismos  se califican de ateos, extremo este que siempre me asusta: soy tan mal pensado, que cuando un ateo convicto y confeso habla excelencias de un miembro de la iglesia a la que por el sacramento del bautismo accedí, interpreto que la está “cagando” mucho o a punto de “cagarla” en grado sumo.