sábado, mayo 06, 2017

Donde dije, dijeron que dije… Y aquí y ahora quiero decir…

    En anteriores ocasiones deje sentado, que a pesar de haber desempeñado ocasionalmente, en algún momento de mi vida actuaciones en instrucciones judiciales de lo más variopinto (desde fallecimientos por accidente o asesinato, averías, baratería, remolques, robos, salvamentos y un largo etc., que no hacen al caso), éstas siempre y en todos los casos fueron bajo la atenta supervisión del correspondiente Auditor del Cuerpo Jurídico. Debiendo aclarar una vez más que mi formación jurídica especifica es un tanto limitada y consecuentemente la “constitucionalista” comparada, corre pareja a la anterior. 
 
     No obstante a esa carencia de educación específicamente jurídica, mi formación humano -  cívica me permite distinguir y discernir lo moral o éticamente aceptable, de lo rechazable, a la vez que por “academicismo” formal, sé de la existencia e interpretación  básica, que en un momento dado me exigieron, de las distintas leyes y códigos, que dentro de la tradición del ordenamiento jurídico romano y/o del anglosajón están en uso, y que como ciudadano libre me afectan. Lo cual a priori me lleva a distinguir perfectamente el concepto de legalidad e ilegalidad.

miércoles, mayo 03, 2017

Hoy va, no de maduro ni de heroína, si no de “podrido” y de “gorilita”…


   Con harta frecuencia durante muchos años, y dependiendo en el país en el que me encontrase, se me acusaba, medio en serio medio en broma, de mi especial querencia por el correspondiente vecino: en todos los casos, puedo afirmar que erraban estrepitosamente, pues mi afecto por los unos o por los otros era y es, el mismo. Si bien es cierto que existen excepciones, las cuales obvio al no hacer referencia a ellas. Esto no excluye, de amistades personales o afinidades a colectivos de esas nacionalidades.
 
   El cariño y respeto que me merecen como conjunto social – nacional los: Rotos (Chilenos, en el sentido más restrictivo y figurativo, que se representa en la estatua erigida en la plaza Yungay de Santiago); Charrúas, (Uruguayos, pobladores de la “banda oriental” del Río de la Plata, citados como valientes guerreros por el SJ Pedro Lozano); Costeños y Serranos (Ecuatorianos. Monos, mor a la estratagema – estratégica de suspenderse de los arboles); Cafeteros (Colombianos, como productores primarios de tal preciado producto agrícola y base socio – cultural – económica, con toda una proyección mundial de bien hacer); Venezolanos (a cuyo gentilicio respondieron y correspondieron los ciudadanos de ese gran país), hoy tristemente convertidos y conocidos, para su desgracia, mor a la nefasta gestión del “gorila rojo” y su sucesor - heredero el “mono amarillo”, en “Pobrezolanos”; Canaleros (Panameños, como los otros tres gentilicios que anteceden, y a los que hago referencia, pertenecientes a lo que fue la Gran Colombia), actual “punto libre de encuentro y fusión de culturas” (al decir del Rvdo. P. Xavier Villanueva, q.e.d.) ¿Qué podría decir yo de los anteriormente citados y de los Nicas o Pinoleros; Catrachos; Guanacos o Cuzclatecos; Chapines y/o de los Mexicanos? ¡Que les quiero!, y que con sus peculiaridades nacionales, y algunas veces acendrado nacionalismo, por lo general no excluyente, les hace acreedores de todo mi respeto y consideración.

viernes, abril 28, 2017

Respuesta a vuestro comentario que antecede…

Queridos amigos compañeros y hermanos en Él:


Tras hablar hace unas horas con mi hermana Becky, me dice que os traslade, que toda la familia se acoge a mi petición, muchas veces expresada: En vez de agradecernos lo poco o mucho, que a vuestro concepto podamos hacer en un momento dado, en favor de unos u otros, nos deseéis de corazón que Él o El nos lo pague. Que sí agradecen el colmado de bendiciones que nos deseáis. Deseo recíproco hacia vosotros y hacia esa comunidad formativa en valores asentados en el humanismo.
 
Quien nos diría, que esa querida América latina, tendría la “involución post comunista”, a la que la “estulticia, pijo, progre”, de los ídem, condujeron a las Repúblicas de Venezuela, Ecuador y Bolivia (Parece ser, que a pesar de los malos oficios del Peronista asentado en Roma, la R. Argentina, aunque tarde, consiguió salvarse).
 
Si bien es cierto que toda esa chusma E.P.P., que se rasga las vestiduras hablando de democracia, sostuvieron y mantuvieron la “finca particular de los castrones caribeños” y al criminal de Fidel, hasta cuando era una “momia parlante”, sosteniendo actualmente, con el beneplácito del “buen musulmán”, al canalla de su hermano y aupando al “gorila rojo” y apuntalando a su actual heredero, el asesino “mono amarillo” y su corte de matones a sueldo.
 
Hermanos: que lejos están todos estos canallas, incluidos los “dos indigenistas”, de nuestro “revolucionario de cabecera”, aquel que se dejó inmolar por la redención de todos nosotros, y aquellos hermanos nuestros, a los que con tanto cariño y añoranza siempre nos referimos, que tan conscientemente bebieron de su mismo cáliz. Uno de vosotros y yo mismo, lo contamos por “Su proverbial intercesión” (yo siempre tuve la convicción, de que nuestra querida Sor. Petra (q.e.d.), tenía línea directa con la Santísima Virgen de Belén, celestial patrona de su pueblo, quien inspiró a nuestros asesinos, a despojarnos de los bienes materiales, antes de que los ensuciásemos con nuestra propia sangre, encontrándose así con mi documentación… y aquí estamos para contarlo.

lunes, abril 24, 2017

De un pastor de ovejas… en una archidiócesis de lobos…

   En las próximas horas, a D. g. cumple años un muy querido amigo, y por mí, más respetado “Pastor de Ovejas”, de los de “frontera”, de aquellos que sin pensarlo dos veces, se tiran al monte por intrincado que este sea, a la busca de la “oveja perdida”, con independencia de que la descarriada sea “churra” o “merina”.
 
   La amistad a la que hago mención se inició de forma no fácil. A través de un entrañable amigo común, titular de una UPAP del mismo arciprestazgo, que previo acuerdo con el “mencionado” me facilito su número de “móvil”, traté insistentemente de localizarle para establecer una cita. Cuál no sería mi sorpresa, cuándo cada vez que le llamaba y conseguía que me contestase, el “interfecto” me decía encontrarse en un punto de la geografía nacional, a cual más distante. Lo que me llevó a la equivoca conclusión, de que por razón desconocida rehuía la cita que quería establecer.

   Cuando ya daba por “fallido” el contacto y tras garantizarme reiterativamente nuestro común amigo, la buena disposición hacia la petición que le pretendía realizar, un buen día del mes de mayo de 2009, recibo una llamada telefónica, donde el “viajero” me cita en la Casa Rectoral de la UPAP que regentaba.