Donde las demandas sociales son
como el “destape de los 70s: los exige el guion. En
tiempos de la “modernidad líquida”, la “post verdad” y otras
verdades o mentiras tan etéreas o relativas como las anteriores, entramos
directamente en el “césped artificial” de Monsanto, el “AstroTurf” y por
extensión en el “Astroturfing” o campañas para engañar subliminalmente a todo
incauto que se encuentre por el camino, lo mismo da, que vaya o venga.
Su falsedad intrínseca nace de la misma
forma que el “césped artificial”, al que se hizo anterior referencia. Es un
simple “fabricado sintético” de opinión, que si falsa es como opinión, no menos
falso es su sustento inicial, ya que esa orquestación multitudinaria que se
presenta a “escala planetaria” e “interplanetaria”, es en realidad un auténtico
bluf, orquestado por poquísimos individuos estratégicamente colocados en lo
“estamental” y en lo geográfico. Lo que da como resultado, un producto tan
tóxico, como los otros dos en su momento, fabricados estrella de Monsanto: el
DDT y el “Agente Naranja”.