Todos, incluido el que esto suscribe,
posiblemente estemos cayendo en una serie de tópicos que afectan a la
cotidianidad de nuestras vidas, sea en el plano político – social, económico, cultural
y por supuesto en el religioso. Nuestro credo nunca fue ni puede ser aséptico a
los conceptos anteriormente citados, pero… mor
a actuaciones más o menos afortunadas de miembros de la estructura
orgánica de nuestra ICAR, desde simples miembros de la comunidad de fieles,
presbíteros u obispos, incluido el de
Roma damos/dan la “nota” con más asiduidad de la debida y, no precisamente para
bien.
Esta peripecia generalizada, nos está conduciendo a un paulatino
abandono de lo realmente importante. Esto es la transmisión de la palabra y a
poder ser de la materialización en hechos imitativos de Jesús, el hijo de Dios
encarnado por obra y gracia del Espíritu Santo, en María. Una humilde judía,
hija de Ana y Joaquín. Mi Santísima Madre, con ÉL compartida.